DELANTE Página Vanguardia Popular Define su Actitud Electoral וינציחויות San José, 21 de Noviembre de 1957 Señores Directores de LA NACION LA REPUBLICA DIARIO DE COSTA RICA, LA PRENSA LIBRE, LA PALABRA DE COSTA RICA y ADELANTE.
Sus Despachos.
Estimados Señores: Les envío el pronunciamiento del Partido Vanguardia Popular en relación con la actual campaña electoral, con el ruego de darle publicidad Atentamente, MIGUEL VALVERDE Secretario General La clase trabajadora de nuestro país y con ella las capas más avanzadas de nuestro medio social fue privada del derecho de intervenir en las presentes elecciones con candidatos propios. Los políticos de nuestra burguesia, obedeciendo órdenes del Departamento de Estado norteamericano, fueron los autores de ese atropello. El Partido Unión Nacional, presionado por don Otilio Ulate, consiguió la iega ización del Partido Unión Popular, en la misma forma como el Partido Liberación Nacional había conseguido, en época anterior, la ilegalización del Partido Progresista Independiente. En esa forma los referidos políticos, consiguieron, además de congraciarse con el Departamento de Estado, e iminar de la Asamblea Legislativa la presencia de incómodos voceros del verdadero pueblo costarricense.
No obstante eso, nosotros no nos dejamos poner al margen de ninguna de las luchas que esté librando o que deba librar nuestro pueblo y en el presente caso nos consideramos obligados a definir nuestro pensamiento frente a la situación e ectoral, tal como ella ha que do planteada.
Conforme a nuestros principios, para juzgar con acierto la situación política de un país en un período histórico determinado, es indispensable conocer de previo la forma como se orientan y conjugan las grandes fuerzas sccia es, ya que los caudillos políticos necesariamente tienen que ser consecuentes con las fuerzas en que se apoyan. para determinar el carácter progresista o reaccionario de una fuerza social en un momente determinado, precisa poner en claro cual dche ser el objetivo inmediato y fundamental de la lucha para cada pueblo.
Nosotros consideramos que la nación costarricense tiene en el presente momento y en primer plano, dos tareas básicas que realizar: defender y mejorar el régimen democrático; y defender la soberanía y las riquezas del territorio nacional de las acechanzas del imperialismo. De esas dos tareas depende que nuestro país pueda avanzar o se vea obligado a retroceder en el camino del progreso y de la libertad. Por lo tanto, para nosotros son reaccionarias y negativas todas aquellas fuerzas que se opongan a que nuestro régimen democrático se perfeccione y a que ci pueblo de Costa Rica llegue a ser amo absoluto de las riquezas de su sue o. son progresistas las que trabajen en sentido contrario. De acuerdo con ese criterio sustentamos la tesis de que el mejor Gobierno para Costa Rica sería aquel que resultara de una alianza de la clase trabajadora con los campesinos y con los capitalistas no entregados al imperialismo. Esa alianza debería tener por base un programa en que se contemplen los intereses de esas cases en sus proyecciones hacia el futuro y no en el programa extremista que algunos nos atribuyen. la luz de las anteriores ideas hagamos un examen rápido de la composición de los Partidos Unión Nacional, Liberación Nacional e Independiente, que se disputan el Poder.
El Partido Unión Nacional está claramente dividido en dos a as: una que jefea el señor Ulate, en la cual se mueven, con raras excepciones, todos los capita istas más reaccionarios del país, los terratenientes, las compañías norteamericanas y las simpatías oficiales de Washington; y otra que jefea el señor Echandi en la cual figuran capitalistas de mentalidad más democrática, lo mismo que algunas fuerzas populares progresistas entre las que conviene mencionar a una parte del calderonismo.
Estas dos alas mantienen una pugna sorda. La orientación de un posible Gob erno del señor Echandi dependeria del predominio de una o de otra de esas dos corrientes. En la confección de las papeletas de diputados de este Partido ganó la batalla el bloque de Ulate, es decir, el bloque proimperia Ista. Muy pocos hombres progresistas, con posibilidad de ser electos, figuran en esas papeletas. Ulate pretende dominar la próxima Asamblea Legislativa para convertirse, en caso de que triunfe Echandi, en un poder detrás del trono y en un candidato poderoso para el período siguiente. Echandi le ha faltario audacia para buscar el apoyo de las grandes masas populares mediante la formulción de un programa capaz de despertar verdadera confianza sobre la posibilidad de que bajo su Gobierno haya verdadero respeto para el régimen democrático y para la soberanía del pais. Dentro de esa política de vacilaciones al Partido Unión Nacional ha combatido el alza de salarios para los trabajadores del país; y ha anunciado que está dispuesto a poner en manos de capitalistas extranjeros instituciones tan importantes como el INVU y el ICE.
Estos son dos ejempos de triunfos obtenidos por el ala reaccionaria del Unión Nacional sobre el ala progresista. De aquí, necesariamente, tienen que surgir dudas acerca de la línea que ese Partido seguiría en el Poder.
El Partido Liberación Nacional fue a su nacimiento una agrupación heterogénea con una base de pequeña burguesía urbana, a la que se acoplaron algunos ricos y varios grupos de terroristas y de fascistas. Porteriormente en ese Partido se han producido varios desprendimientos de fuerzas negativas: primero se desprendió el grupo de Cardona y de los Tutas que era un grupo terrorista; después el grupo mi itarista de Marshall, también terrorista; y por último el grupo de Fernando Volio, Fernando Valverde, Mario Esquivel y Cia que es el grupo de los capitalistas y de los aristocratas que ayudaron a Figueres. Quedó el Partido reducido a su base de pequeña burguesía más algún sector de la clase trabajadora.
Pero sussiste dentro de él una pugna entre tendencias de izquierda y de derecha. Con este partido no están las grandes compañías imperialistas.
Pero sus dirigentes tampoco ocultan su empeño por atraerlas. Tampoco ocultan que está dispuesto a hacer concesiones para conquistarse las simpatías del Departamento de Estado. Así se explica, por ejemplo, su posición anti comunista.
En esta última tendencia del Partido Liberación Nacional está, precisamente, su perspectiva más peligrosa. La política del Departamento de Estado, hasta el presente, es contraria al mantenimiento del régimen democrático en América Latina y al control de las riquezas naturales de nuestro continente por nuestros propios pueblos. Para apoyar a cualquier Gobierno exigirá siempre discriminación política contra el movimiento obrero patriótico y concesiones y más concesiones en favor de sus grandes compañías. El señor Orlich está haciendo grandes esfuerzos para ganarse el apoyo electoral de la clase trabajadora. Esos esfuerzos tienen muchos aspectos positivos ante los cuales no podemos cerrar los ojos. Pero están penetrados del espíritu de odio contra el calderonismo y contra Vanguardia Popular heredado del 48. Ese espíritu se ha acentuado en los últimos días y no es por cierto el mejor incentivo para ganarse el aroyo de los hombres que lograron con su esfuerzo y con su sacrificio las Garantías Sociales y el Código de Trabajo. No estamos de acuerdo con la política de presupuestos astronómicos de este Partido, política que ha conducido a un encarecimiento alarmante de la vida. NO estamos de acuerdo tampoco con sus tendencias militaristas contrarias a las tradiciones nacionales y a los intereses del régimen democrático; ni mucho menos con su práctica de aventuras internacionales que ha creado condiciones para que cua quier día los sátrapas del Caribe se sientan autorizados para interferir en nuestros asuntos domésticos.
El Partido Independiente, que postula la candidatura del señor Rossi, es un desprendimiento del Liberación Nacinal como ya lo dijimos.
Constituyó el ala derecha de este Partido. El señor Rosci es un joven de mentalidad democrática y alrededor de él hay personas de la misma mentalidad. Pero el hecho de que haya podido agrupar alrededor suyo a los capitalistas y a los terroristas del figuerismo no es ninguna garantía de democracia para el futuro.
Por todas estas razones, es nuestro criterio que nuestros amigos deben abstenerse de votar por cua quiera de los tres candidatos presidenciales, mientras se mantenga la presente nebulosa. Esta actitud nuestra podrá variar si se producen hechos que ameriten tal variación.
El pueblo de Costa Rica atesora muy importantes tradiciones democráticas; y las conquistas sociales logradas bajo las administraciones de Calderón Guardia y de Picado están bien arraigadas en la conciencia de la clase trabajadora. Creemos, en consecuencia, que cuando los candidatos ofrecen respetar el régimen democrático y las leyes sociales están siendo consecuentes con una dirección de la conciencia pública que ellos no podrían defraudar impunemente. Sin embargo, no es imposible que pudiesen producirse eclipses temporales de las libertades públicas y de las conquistas sociales. Esto podrá ocurrir si las fuerzas más reaccionarias de nuestro país aliadas a las del imperialismo, o estas últimas por si solas, llegan a predominar dentro del cualquier Gobierno que se esta blezca.
Nos parece muy necesario que el pueblo adopte desde ahora, y (Pasa a la Pág. 69)
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