Página ADELANTE SECCION LITERARIA LA BOTIJ Apuntes Sobre mi viaje Apuntes Sobre mi Viaje a la NUEVA CHINA Por CARLOS LUIS SAENZ Por CARLOS LUIS FALLAS Vino a vendelos jabón bajo llave, y jué la mesma. de chancho, Chica, la Renca; no apareció ni un rialillo VISITA AL BARRIO 10 SHI: le mercamos y acá por toda la casa entera.
le jué metiendo conversa. Entonce enterró la plata?
Mi afición a la lectura me había permitido conocer, Hablaron de aparecíos. Es seguro, pos apenas desde muchacho, la triste fama de los viejos barrios pobres na Chica soltó la lengua pasaron los nueve días de Shanghai, superpoblados, miserables, sucios, malolientes y contó, pelo por pelo, empezó la asustadera; y azotados por toda clase de pestes y enfermedades. Por entre humadillas y muecas, y es lo que voy a contales eso me interesé en saber como se estaban resolviendo, bajo lo que pasó con Casildo aunque a yo no me lo crean: el nuevo Gobierno, los tremendos problemas que los vecinos el casao con Baldomera dijeron a oyise ruidos de esos barrios confrontaban. una mañana, con mis dos su hermana, la que vivía a media noche; y la perra compañeros, un amigo de Shanghai y con nuestro intérpreen la Quintana. si acuerdan?
latía, y daba gemios te, fuimos en automóvil a visitar lo Shí, uno de los barrios cuando ispiaba pa la cerca, más pobres de la ciudad. Cuando murió ñor Casildo con todo el pelo parao Io Shi tiene actualmente (1956) 18. 000 habitantes, de esa enfermedá tan fea, y los ojos casi ajuera.
obreros de fábricas en su inmensa mayoría. 6. 000 niños, esa de no dar del cuerpo Los muchachos vieron luces algunos de los cuales nos acompañaron en bullicioso grupo, en una semana entera y un bulto haciéndoles señas mientras nosotros, después de abandonar el automóvil, recoy morirse con la panza debajo e la barbacoa, rriamos a pie las empedradas y torcidas callejuelas de la toditica hecha una presa, pacacito e la tranquera.
extensa barriada. Todo lo que pudimos ver allí, aunque potilinte como un tambor, Otras veces eran golpes bre, era limpio y ordenado. la gente, atenta y afectuosu mujer, na Baldomera como cerrando la puerta sa. Las viejas, desde las puertas de sus casas, nos saludar y los muchachos quedaron de la letrina, que está ban ceremoniosamente. unos ancianos vinieron en grusin una sola peseta.
por onde pasa acequia.
po a nuestro encuentro y, después de los saludos de rigor. Pos no era rico Casildo?
Se espantaban las gallinas; hablaron mucho con nuestro intérprete. No hay duda.
salían a ver lo que juera. Dicen nos tradujo Confucio que consideran un. entonces?
y no era el zorro, iqué va. gran honor la visita de los ilustres huéspedes extranjeros Viera: aquello era ánima en pena.
a su humilde barrio. que aprovechan la oportunidad habia vendio las fincas: Pa no alargales el cuento para manifestarles que ellos, los viejos, están muy contenel cafetal de la Breña, tuvo qu ise Baldomera; tos y orgullosos de todo lo que aquí se ha hecho en los los repastos del Pelón, dejó la casa y arrió últimos años. Antes, dicen, estas calles eran inmundos las milpas de la Ribera, con la jamilia a Alajuela.
lodazales, basureros hediondos donde abundaban las racon ellas, los animales. Es conocio de ustedes tas y las moscas; todas las chozas eran de paja y mal cetos güelles y las carretas.
tal vez, Ciriaco Ledezma?
rradas; y sólo dos llaves abastecian de agua a todo el y no vendió la mujer El mesmito. Ese era el hombre vecindario. Ahora no hay barro, ni basura, ni ratas, ni porque ya estaba muy vieja.
todo picao de virgüela; moscas; las casitas están bien cerradas y casi todas son Tuitico lo volvió en plata, aquel que tuerce los ojos de tejas; cuentan con suficiente agua potable; y con esporque le dió la chochera, ou cuando el acordión menea. Pasa a la Pág. 6)de por si, ya era tacaño, El mesmito. Ese era el hombre de estar contando monedas valiente pa una tontera.
de plata y di oro, en montones. Pos no se le jué metiendo asigún así lo cuentan, y le entró una canillera una idea en la cabeza. y es que una chacalincilla, pior que si hubiera topao qu iba a buscar la botija la menor de sus diez nietas, con la mismisima Cegua.
y a hablale al ánima en pena?
le vido varios domingos ¡Las cosas del otro mundo. Quién quita un quite, decía, asoleando en una estera carachas, no son cajeta!
y la gurbia siempre es güena.
los montonales de plata Entonces se oyó la voz Uno pa salir de pobre en di a cuatros y pesetas, con que le hablaba Ledezma: hasta la vida se juega.
aprovechando qui andaban Si es el alma e ñor Casildo, Una noche, bien de noche, los otros, allá en la ilesia.
diga lo que se le ofrezca; se preparó con linterna, un día que se le arrimó si es plata, que me la dé, se sampó unos cuantos tragos curiosa, pa ver de cerca, en la taquilla de Esteban; ñer Casildo la trapió hable, en el nombre de Dios, una medalla bendita diciéndole. Che, Clemencia, pa contale a Baldomera.
se prendió en la camiseta; Sasidass La luz hizo luminaria esto no es miel pa chupar; se conquistó a Rafelillo andá cogé la batea y dicen que vió Ledezma o metete en la cocina Dupa que lo esparara ajuera qui una tinaja venía y de ay, se metió al solar go!
rodando dende la cequia a cuidar la cafetera!
esperando a que saliera a metése en la letrina. Bueno y qué hizo la plata?
el dijunto. Pasó un rato: de sopapo, toda entera.
Hora verá: Baldomera se oyó un ruido, de carreta SS2nd El hombre corrió alla, registró toda la casa que llegaba y se paraba vido la tinaja llena, sin jallase ni la muestra; sin vése, entre las tinieblas.
y ay no más metió la mano esculcaron los colchones, Sono un quejío muy estraño sin reparar de qué juera.
Valmuada, las alacenas; como de visagras viejas la va sacando toda rompieron los dos armarios, y se apareció una luz atollada de canela!
por si acaso, en las gavetas; como de cuete de fiestas. eso, pos qué pasaria?
nada, con deciles que En la calle, Rafelillo. Hay verá! Decía Ledezma botaron la troja nueva no podía juir, pos las piernas qu en la tinaja habría hecho que ñor Casildo tenía Este documento es ploftedabide didaerađànaledagud Daggon Lizano del Sistema Nacional de Bibliomeas del Ministerio de Cultura almenaud, Costaffiedigencia. sts: yunque juera una promesa,