Liberalism

SECCION LITERARIA FIESTA DE NINOS PARA DON CARLOS LUIS SAENZ ORGANIZADA POR LA Se le Curó el Pasmo Domingo de Setiembre, a las diez de la mañana PROGRAMA Por CARLOS LUIS SAENZ Saludo a los niños, por doña María de Mata. Saludo al profesor don Carlos Luis Sáenz, por Heidy Alvarez.
Con el titulo de Veinte Riales de Cuentos proyecta publicar Carlos Luis Sáenz, una serie de cuentos y relatos en verso, que conserva inéditos. En conjunto se puede considerar esta obra como un Romancero en el cual se refleja fielmente y con fino y sutil estilo literario, la vida de nuestro pueblo y sus costumbres.
ADELANTE ha obtenido autorización del profesor Sáenz para publicar una serie de sus cuentos en verso, no sólo para complacer a los lectores que gustan de la buena literatura, sino para que se interesen en Veinte Riales de Cuentos. cuando la obra vea la luz. Presentación de la obra literaria para los niños, escrita por el poeta Carlos Luis Sáenz, por Adán Guevara. Canciones y rondas infantiles. Títeres. Rifa de libros para niños escritos por don Carlos Luis Sáenz. Helados y confites para los niños.
Nota: Los niños no pagarán nada. Las personas mayores de 12 años pagarán 0, 50 de entrada.
Local: Salón de la Botica Victoria 50 varas al Este. Antiguo local del Dep. Saprissa. Las fuerzas democráticas deben apoyar el homenaje a la memoria de Don Ricardo y Don Cleto La Academia Nacional de Historia, ha lanzado una iniciativa para rendir homena e a la memoria de don Cleto y don Ricardo, con ocasión del centenario del nacimiento de los ilustres proceres.
Tal iniciativa tiene que despertar gran interés y simpatía en todos los costarricenses, porque en la vida democrática de nuestro país, la participación de estos dos grandes presidentes, como representantes del liberalismo, orientó con paso firme la vida institucional de Costa Rica.
Celebramos esta feliz iniciativa de la Academia de la Historia que será una hermosa oprtunidad, para revisar páginas brillantes de la vida nacional y para sacar lecciones que pueden tener vigencia en el prosente.
Con la canasta tan llena que ya se desionda al peso de aguacates, de dos piñas y de zapallitos tiernos, doña Dominga se acerca al puesto en que ña Remedios, los sábados y domingos vende su buen pan casero: enlustraos espolvorones, miel de ayote, blancos, tiernos suspiros y otros embustes pergueñados por su ingenio, delicia que en el mercado buscan los niños y viejos. Echeme un peso e bizcocho, eso si del que esté fresco, y dos riales de rosquetes de tusa y me va poniendo también unas diez tajadas de toronja, ña Remedios. Quiere sidra? Está muy rica.
No quiere sobao? Lo tremos de San Juaquín, del trapiche onde muele Juan, mi yerno.
Al fin se le casó Trina. Sí, pero no con Telésforo. Adió. quién es ese Juan al que se echaron de yerno?
El hijo de ñor Meneses. De los Víquez. De los mesmos.
Antonces va bien casada; caramba, mucho me alegro. sin dejar de atender a los clientes, fa Remedios con doña Dominga enhebra una plática de ejemplos acerca del matrimonio y de sus lances y enredos: que si es suerte, que si nu es; que si a uno le qué del cielo, o si el hombre es el que hace a la mujer; o si es cierto que a los más pantalonudos o a los más gallos o frescos la mujer puede amansalos si se resuelve sin miedo.
Entonces doña Dominga suelta el siguiente argumento. Cuando yo iba a casar toditicos se opusieron: me decían que Rafelino iba a dar vida de infierno.
Repará, me decia tata, u es que sea parrandero almadiao, ni que tenga caraiter pendenciero, Dominga, lo que tiene so es el vicio más feo, te vie de vagamundo atenio a ñor Venero, no se le conoce oficio ni beneficio. Estoy cierto de que al casate con él vas a tener que doblate a la batea y mantenelo.
Mi mamá, por el estilo, me lo ponía por el suelo: Pa qué querés vos calzones, Dominga? Pos no estás viendo que si de novio no hace por onde hacer, muncho menos se va a empeñar de casao en demostrate su aprecio.
Que va, qui a una ya casada le tiene menos respeto el hombre, porque ya sabe que hemos de aguantalo, al menos hasta que llegue la muerte a soltanos del pescuezo la soga que los echamos sin pensalo, en un momento.
Nor Melquiades, mi padrino, mi aconsejaba lo mesmo. que achará yo, mal casada con un endeviduo güeno sólo pa la conversona.
Que allí estaba Jilomeno, su sobrino, onde los Sánchez trabajando de orillero.
Yo los oyía a tuiticos como oyir un aguacero.
porque pa yo sólo había un Rafelino en el pueblo.
En la cuja, desvelada, ay veces me daba miedo pensando que Rafelino de veras, saliera güero.
Pero pensaba yo. pa todo mal hay remedio menos pa la muerte. Güeno metia la cabeza y al fin, los casamos a su tiempo. hora verá: al despertame el puro día del estreno de casaos, cuando vi qu iba apenas amaneciendo.
lo llamé: Mirá y es hora de levantanos; el fuego voy a prender andá treme burisquitas al potrero.
Como él no me respondía, talvez rendío de sueño, pos poco habíamos dormío por la parranda y. Lo cierto jué que lu hice levantase con las claras y alli mesmo le di el café y en la alforja le voy poniendo el almuerzo. Ya bebió, le dije yo. Rafelino, allí está hacha, andate onde don Anselmo.
que allí te tienen trabajo ya de pica, o de palero.
Ideay, pos qué sucedió?
Que ansina como le cuento, Rafelino cogió hacha, al hombro se echó el almuezo, salió pa juera silbando como quien va muy contento.
desde ese día, viera al hombre, nunca volvió a perder tiempo: con decile que ya al mes se levantaba primero que los gallos. Si me daba una contentera velo antes ise pal trabajo correr al yurro, trayendo dos tarros di agua pa henchime el barril del molendero.
Al año, ya no era pión, de mandador lo pusieron. ansina se jué arriba, le jué soplando güen viento, hasta llegar a tener lo poco que ahora tenemos. Caramba, de viajitico le curó el pasmo al enfermo.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.