SOBRE LA LA MUERTE DE CASTILLO ARMAS Un estimable ciudadano de ideologia comunista nos pidió que le publicáramos las presetites declaraciones. Como nuestro periódico está realmente al ierto a todas las ideas, como correspondie a una hoja realmente democrática. complacemos al mencionado ciudadano y el original, deb damente firmado, queda en nuestro poder.
Aun no se habían apagado los ecos de los disparos que ocasionaron la muerte del tirano Castillo Armas, cuando la prensa nacional, al unísono, haciendo coro estridente a las agencias noticiosas imperialistas, consig naban la noticia: un comunista mata a Castillo Armas.
Por supuesto, después vinieron los denuestos contra los comunistas y los ditirambos para el fenecide. De ja noche a la mañana Castillo Armas se convirtió en un apóstol de la democr.
cia y libertador de Guatemala. Has ta en la Cámara de Diputados más de un charlatán se paró a acusar al comunismo internacional por el asesinato de Castillo Armas.
Al hacer este comentario, convie: ne, primero que nada, dejar consig.
nado que la doctrina comunista condena por inútil el atentado personal.
Para los comunistas no puede haber un cambio de verdadera trascendencia social y política si las masas poTulares no participan en él, si no son ellas el motor del suceso. Según la concepción de los comunistas son las masas, movidas por razones fundamentalmente económicas, las que llevan a cabo las verdaderas revoluciones, los grandes cambios que han hecho avanzar a la Humanidad y la conducirán hacia el comunismo. Por tanto, los comunistas no prohijan los atentados personales.
Si nos hemos de atener a la experiencia nacional, todas las personas honradas tendrán que eonvenir en ningún comunista ha sido todmado ja.
más en actividades terroristas. Por el contrario, todo el mundo sabe en Cozta Rica que los comunistas han sido a menudo víctimas de atentados. En la época anterior al 48, una bomba explotó en la residencia de don Manuel Mora, haciéndole añicos una parte de su casa. Días después, otra bomba destrozó el automóvil del señor Mora, mientras estaba parqueado frente a la casa de Carmen Lyra, salvándose la vida de aquél por pura casualidad.
Después de la llegada de José Figueres al Poder los comunistas fueron víctimas de més horren los asesinatos que registra la historia nacional, no obstante lo cual nunea ha cobrado la cuenta con la misma moneda. Esos son los hechos que hablan más elocuentemente que las palabras irresponsables escritas en los diarios del país o pronunciadas en la Cámara Legislativa.
La verdad de lo acontecido en Guatemala es que un hombre de toda la confianza del régimen, que no pudo ser jamás un comunista, dió muerte a Castillo Armas porque probable mente llevaba en el pecho un poco del odio que el pueblo de ese país hermano sentía por el tirano de tur.
no, impiesto por las maquinaciones del Departamento de Estado Yanqui.
El pueblo de Guatemala odiaba a Castilo Armas porque para él era el simbolo de la traición, porque lo habia privado de todos sus derechos politicos, porque había destruído a san gre y fuego, como servil instrumento de las compañías yanquis, sus sindicatos, porque había entregado las riquezas del subsuelo a esas mismas compañías, porque había anulado la Reforma Agraria y devuelto sus latifundios a la Unitel Fruit Co. porque luizo retornar al país a la época somhria de los Estrada Cabrera y de los Sorge Ubico. Por eso, hombre cualquiera del pueblo, en acto de desesperación impropio de los comu nistas, vengó a su manera, sin duda equivocadamente, la afrenta que sufre su patria. El hombre que dió muer te a Castillo Armas sacrificó su vida, al igual que sacrificó la suya el que antes diera muerte a Anastasio Somoza. Los hechos están diciendo y dirán en los días venideros que tales sacrificios han sido inútiles desde el punto de vista de que no han servido para devolver a Nicaragua y a Guatemala las libertades que les han sido arrebatadas. Pero ambos gestos heroicos son señal de que los pueblos citados no se resignan a su suerte y buscan, aunque todavía no por el camino justo, la verdadera liberación de su patria.
La se pronuncia.
un bién a los más valiosos principios de dignidad humana y de auténti tico espíritu democrático.
Es por esto que nuestra Asociación desea dejar claramente expresado ante los señores miembros de la Asamblea Legislativa su pensamiento de que está y estará siempre en contra de cualquier forma de coacción o persecución a los educadores, con motivo de sus ideas o de su credo religioso, político o filosófico.
En este sentido piensa la que es deber de los señores Diputados el asentar principios en la nueva Ley Fundamental de Educación que garanticen, de manera induditable, ese proyecto a los edu.
eadores, consolidado en un derecho inobjetable. Además la Asociación Nacional de Educadores desea también manifestar que le preocupa la redacción confusa y peligrosa de los artículos 37 y 38 del citado Proyecto de Ley, por lo cual espera y sugiere en forma muy rezpetuosa, que la redacción definitiva que a tales articulos se dé, consolide y garantice clara y terminantemente la dignidad profesional y humana y la más amplia libertad de expresión del pensamiento a los educadores, dentro de los principios fundamentales que establecen la Constitución Política y leyes derivadas de ella.
De los señores Secretarios, se suscriben atentos y seguros servi.
dores, por la Directiva Central de la Asociación Nacional de Educadores, ALLEN PEREZ CHAVERRI Vice Presidente de la BIENVENIDO RAMIREZ Secretario General de la DE.
Página TRES Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.