Apuntes Sobre mi Viaje a la NUEVA NUEVA CHINA por CARLOS LUIS FALLAS DE LA VISITA HARBIN: Al siguiente día, por la mañana, fuimos a conocer ia granja del Estado Chuan Juá (Perfume Brillante. en una vista a la que ya me referí en el ADELANTE del 10 de febrero del corriente año. por la tarde visitamos la Fábrica de Tejidos de Lino de Harbin.
Se inició su construcción el 10 de Julio de 1950. El 19 de octubre de 1952 la fábrica comenzó a trabajar, con la ayuda, en los primeros meses, de ciento treinta especialistas soviéticos, y consumiendo materia prima de la provincia de Hi Lun Kian. a mediados de 1956 estaba produciendo 80. 000 metros diarios de tela de dieciséis clases dis tintas. Su producción, comparada con la de los primeros años, se ha elevado en un 163. 26. por consiguiente la fábrica podía cumplir las exigencias del Plan Quinquenal con un año y siete meses de anticipación.
4028 obreros y empleados (40 mujeres. contándose entre ellos 2637 jóvenes menores de veinticinco años. Dos turnos diarios. Salario promedio: 66 yuanes por mes. Alimentación buena y barata en el comedor de la fábrica y muy bajo alquiler de vivienda. Porque la fábrica cuenta con su propio restaurante, con ocho edificios viviendas de tres pisos y con quinientas casa en una sola planta, un Club con capacidad para 500 obreros, enfermería, magníficas instalaciones sanitarias y con sus propias guurderías infantiles. los obreros tienen derecho a servicios de hospital gratuitos.
Los inmensos talleres brillaban de limpios, con mucha luz y muy buena ventilación. con 18. 000 husos en acción continua. Cada obrera atendía dieciséis telares sin gran esfuerzo. según comentó un compañero latinoamericano ducho en el oficio, allí la técnica de producción era muy avanzada. Sin embargo, el Director nos dijo luego, modestamente. Esta fábrica es muy joven. como nosotros tenemos poca experiencia. existen aún grandes deficiencias en la producción, que estamos empeñados en superar.
Todavía algunas operaciones se hacen a mano. La calidad del producto no es todo lo buena que deseáran. os. las mujeres chinas necesitan telas más bellas.
Salimos de los talleres. Una escuela. El incenso Salón Comedor, en donde servían comidas de distintos precios; le echamos una ojeada a la cocina, amplísima, con hornos para el pan y multitud de enormes calderos repletos de arroz al vapor y de carnes, verduras, ravioles y muchos otros alimentos más, apetitosos todos.
Pasamos Tuego a visitar las viviendas, cada una con sala, dormitorio, cocina, baño e inodoro. Catorce yuanes mensuales, con luz, calefacción, muebles y agua potable. En una de esas viviendas la inquilina, una mujer de manos callosas y mirada inteligente, después de inostrarTios las habitaciones dijo, para que nos tradujeran los intérpretes. Es posible que para los amigos visitantes ésto resulte muy modesto todavía. Pero, comparado con el inifierno en que antes teníaamos que vivir, ésto es el Cielo para nosotros. Además, vivimos con la alegría de saber ſa patria libre y con la seguridad de un mañana inejor.
Al salir de la Casa Conmemorativa de los Mártires Revolucionarios, fuimos con nuestros amigos a recorrer a pie el paseo que bordea la orilla del anchuroso Shin Ga ri. El sol bajaba, ya, cubriendo el horizonte de espléndidos celajes y haciendo espejear la tranquila superficie del río que la brisa apenas rizaba levemente. Detrás, un puente inmenso. frente a nosotros, el hermoso Club de los Ferroviarios, con su embarcadero y sus motoras al servicio de los ferroviarios aficionados a los deportes acuáticos y a las excursiones por el río.
En una de esas motoras hicimos nosotros un rápido paseo por el río, surcado a tales horas por pequeñas embarcaciones de pescadores y por veloces motoras atestadas de paseantes. Regresamos al Club: amplio salón de baile con estrado para la orquesta, restaurante, varias otras instalaciones y un prque, todo mgnífico y muy bien acondicionado. Poco tuvieron que agregar allí los ferroviarios, porque antes eso era un Country Club de los adenirados de Harbin: Esa zona de la ciudad es muy bella, con muchos jardines y espléndidos arbolados y magnificas construcciones, antiguas residencias de comerciantes y burócratas enriquecidos. Por eso en la vieja China se decía que la ciudad de Harbin estaba dividida en tres mundos muy distintos y enemigos entre si: El Paraíso, El Bajo Mundo de los Humanos. y El Infierno.
Hoy, poco a poco esas abominables diferencias se van borrando. Huyeron los dioses extranjeros del ParaiY los nacionales que allí han quedado tienen que compartir su dicha y su abundancia con el pueblo que suda y que produce.
Por la noche fuimos a una función que los artistas de la ciudad dedicaron a los visitantes extranjeros. El teatro estaba de bote en bote, y la concurrencia nos recibió poniéndose de pie y aplaudiendo con largueza.
En esa función hubo de todo y para todos los gustos, desde acrobacia y prestidigitación, tan populares en el país, hasta ópera clásica china, artificiosa y cerebral.
Magnífico coro juvenil, cantando el trabajo de los leñadores en el bosque. Danza Uigur, con movimientos, trajes e instrumentos musicales muy parecidos a los que yo había tenido ocasión de observar en la Usbekia SoviétiDivertida canción de una joven ingenua contándole a sus maliciosas amigas como ella iba a visitar a su amado, llevándole dos pollos, dos patos, un camarón, una sandía y muchas otras cosas más; pero cayó un fuerte aguacero, ella tropezó. y huyeron los pollos. volaron los patos, nadó el camarón, se partió la sandía y perdióse todo lo demás. Cantaba esta canción una muchacha muy graciosa, y el público rió a carcajadas. Luego, una danza típica, con bellos trajes y curiosos instrumentus, de la nacionalidad Jan, pero de la región de Harbin. Actos de acrobacia, en una fantástica demostración de fuerza y agilidad. Sorprendentes actos de prestidigitación, pero poniendo al descubierto el truco al final de cada acto. después del intervalo, que aprovechamos tomando té y comiendo golosinas, dos trozos de una famosa ópera clásica, basada en una vieja leyenda china.
so.
ca. 000 (Próximo número: Visita a la Ciudad de Chan Tchun. Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.