ATACAN UNA POLITICA QUE ES BUENA.
vida; elevará los precios de muchos artícules de consumo popular al pre tender una modificacin de arance les; desvalijará a la Caja Costarricense de Seguro Social, debilitará económicamente al ICE en favor de la Electric Bond and Share; y ases.
tará rudos golpes a las municipalidades de la República y a las instituciones de beneficencia. nadie puede caberle duda de que quien en definitiva pagará los platos rotos como consecuencia de todas estas medidas arbitrarias será el pue bio.
social de nuestro pueblo, en buena tesis no pueden objetarse las medidas tendientes a restringir la im portación de esos artículos para ecc nomizar dólares de nuestras exportaciones y prevenir graves males.
Nosotros hemos estudiado cuidadosamente la lista de artículos cuya importación va a ser restringida Nuestra convicción es que el nivel de vida de nuestras masas populares no va a ser afectado por esas restricciones. Unicamente será afectado el sector del comercio que ne gocia con esos artículos y las gentes que los consumen usualmente, quienes, por lo general. con personay adineradas Por otra parte, nos parece que la mayoria de esos artículos pueden ser producidos en el país. Y, desde este punto de vista, la restricción de importaciones que comentamos podrá servir para estimular el nacimiento de nuevas industrias nacionales y fortalecer el desarrollo de varias de las existentes. Esto, corto o mediano plazo, será beneficiosa para nuestro pueblo.
EL ALZA DE LOS F ROS: es atacar lo que realmente merece ataque. Los señores comerciantes ne han dicho una palabra de la política criminal que, disimulada con cánticos de triunfo, el Gobierno ha seguido con la United Fruit Co. Esta compañía, mediante juegos habilidosos de contabilidad, le escamoteo al Gobierno, en sólo el último año 21 millones de colones por utilidades no pagadas; pero, al mismo tiem po, se ha embolsado una suma pare.
cida por exenciones aduaneras. Con só o que la United Fruit Company pagara al Estado Costarricense lo que le corresposde pagar. el Go bierno no estaría en apuros económicos. Tampoco han dicho nada log señores comerciantes de las enormes inversiones de dinero que ha hecho y sigue haciendo el Gobierno en crear y mantener un aparato mllitar prohibido por la Constitución; ni de los millones que se gastar anualmente en carros oficiales; ni de las millonadas que se derrochan en viajes y servicios diplomáticos que carecen totalmente de justificación. En esos y en otros renglones del astronómico presupuesto nacional está el origen de nuestros maies financieros. Allí es donde hay que cargar. Pero insistimos en que las restricciones a la importación de ar.
tículos suntuarios son buenas y debieron haber sido establecidas desde hace mucho tiempo.
EL ORIGEN DE LOS MALES ECONOMICOS Opinamos que lo correcto y patriótico no es confundir al pueblo deformando medidas como las que acabamos de comentar. Lo correcto En cuanto al alza de los aforos nuestro criterio no coincide con de la Cámara de Comercio. Esa alza de aforos ha sido exigida por el Banco Central y nos parece una me.
dida correcta desde el punto de vista de los intereses de la Economía Nacional.
Nuestro país ha disfrutado en los últimos años de muy buenas entradas de dólares por concepto de sus exportaciones. Pero la mayor parte de esos dólares han regresado a los Estados Unidos invertidos en la cons pra de artículos de lujo, o, cuando menos, no indispensables para la vi.
da de nuestro pueblo. Todas nues.
tras buenas cosechas de café no se han convertido en plantas eléctricas ni en tractores, sino en automóviles último modelo, en licores finos, en carnes enlatadas, en perfumes, etc.
En el año 1949 a nuestro país le entraron 48 millones de dólares por sus exportaciones y le salieron 13 millones; en el año 1950 le entraron 55 millones de dólares y salen 4G mi nes. Ya en el año 1955 le entraron 83 millones de dólares y salen 87 llones; y en el año 1956 entran 63 millones de dólares y salen 91 milio nes. Esto es realmente alarmante.
Estamos importando más de lo que exportamos. Estamos gastando más de lo que tenemos. Por este camino llegaríamos a muy corto plazo a una desvalorización de nuestra moneda que automáticamente se traduciría en un encarecimiento, de grandes proporciones, de todos los artículos de consumo popular.
Ahora bien, si se toma en cuenta que ese exceso de importaciones co rresponde a articulos que no son de consumo popular, o que, cuando menos, no son indispensables para el desarrollo de la vida económica y tividad útil y no peligrosa para el pais.
No podemos discutir los criterios científicos a este respecto. Sin em bargo, el mismo Convenio dice lo si.
guiente: Algunos de los materiales productores de energía atómica que el Gobierno de la República de Costa Rica pueda solicitar le sean suministrados por la Comisión (Comisión de Energía Atómica de los EEUU. sor dañinos a las personas y a las propiedades a menos que sean manipulados y utilizados cuidadosamente.
Pero la responsabilidad, según el Convenio, por la segura manipulación y uso de esos materiales, correspon.
derá al Gobierno de Costa Rica. Cabe preguntar: quiénes van a manipular y utilizar los materiales productores de energía atómica? No van a ser costarricenses. Tienen que ser indudable.
mente técnicos norteamericanos. Рот qué entonces la responsabilidad por la manipulación y uso de tales materia les la va a tener Costa Rica? aún algo más incomprensible. No sólo el Gobierno costarricense va a ser garante del buen uso y manipulec de los materiales nucleares especiales o elementos combustibles que la citada Comisión arriende al primero, sino inclusive Costa Rica tiene que indemnizar al Gobierno norteamericano por cualquier causa debida a la producción o fabricación, el dominio, el arren damiento, la posesión o el empleo de esos materiales.
Hace pocos meses se hizo la sensacional denuncia de que varias familias costarricenses emparentadas con ciertos conocidos bufetes de abogados, estaban denunciando tierras de acuerdo con la ley de minería, tierras que iban a parar a manos de compañías. Pasa a la Pág. 7)Página TRES Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.