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N SON Por CARMEN LYRA años del fallecimiento de Carmen Lyra, uno de los más rica. Desde estas columnas rendimos homenaje a su meun artículo suyo, escrito en el año 1946 y publicado en el toda su actualidad, contiene el pensamiento de Carmen y sobre el papel jugado en nuestra historia por los dos don Cleto González Viquez, Se publicó en aquel entonces ría desprestigiaron entonces como desprestigian hoy al Seguro Social y al Código de Trabajo. Mucho cuesta sacar a la gente de los infiernos de miseria en donde se ha acostumbrado a vivir.
Grato es también para mi pensamiento recordar a don Ricardo cuando escribe su folleto del Colegio de Cartago en que presenta su visión de la educación basada en la ciencia experimental o, cuando, Presidente de la Corte de Justicia abandona su cargo en 1892 porque el Presidente Rodriguez cierra el Congreso. He aquí la protesta que deja escrita a sus compañeros los magistrados: No sé omo lo juzguen mis colegas, pero a mi ver, el decreto que publica el DIARIO OFICIAL de hoy sobre la disolución del Congreso, es un ataque mortal a la Constitución. Mi autoridad se derivaba de ella, y se ha extinguido al extinguirse la fuente. fin de que mis compañeros conozcan el motivo quie me aleja del lugar que entre ellos ocupé, les dirijo la presente comunicación, con las seguridades de mi respeto y aprecio.
Ricardo Jiménez con más fervor y honradez que otros y abren y despojan el camino para que González Víquez y Jiménez Oreamuno lleguen con su vasta cultura influenciada por le Revolución Fra sa, a dar cima y hondo sentido al liberalismo.
Se puede decir que ellos salvaron de pie sobre la base material y moral que habían venido construyendo los costarricenses a través de un siglo la dignidad del liberalismo en Centro América. Mientras en los otros países del istmo los tiranuelos y los presidentes débiles despojaban a la palabra REPUBLICA de su contenido democrático, en Costa Rica Ricardo Jiménez y eto González Viquez rodean de prestancia el vocablo. Ambos abren caminos y escuelas y la educación pública alcanza un nivel desconocido en el resto de la América Central. Mientras allá se destina la mayor parte del presupuesto a mantener un ejército con qué defender la tiranía, aqui se destina a escuelas y colegios. Mientras allá se abren más cuarteles, aqui don Ricardo Jiménez reza en el credo costarricense. esa fuerza de la cultura que convierte un cuartel en escuela. Más maestros que soldados ha sido posible en Costa Rica por la organización económica que le dieron sus hombr de Estado, ha sido la que ha evitado, en gran parte, la entronización de absurdas dictaduras. es de tomarse muy en cuenta que durante la última administración de don Ricardo Jiménez, se fortaleció el movimiento obrero que abrió las puertas a la organización sicdical que a su vez, junto con el Partido Vanguardia Popular, dieron sólido respaldo a la obra social del Dr, Calderón Guardia con sus Garantías para los trabajadores, protegidas por un Código de Trabajo. Ha sido Costa Rica el primer país de Centro América en donde los obreros y los campesinos han podido organizarse abiertamente a pesar de la oposición que han levantado los círculos de los grandes cafeta eros y del alto comercio.
Entonces don Ricardo estaba en sus treinta y dos años.
Grato es también para mi pensamiento recordar la actitud de don Ricardo durante la Huelga en los bananales del Atlántico en 1934. Entonces sus amigotes y todos los ricachones y hasta gente de buenos sentimientos. le aconsejaban que ametrallara a los huelguistas. Pero don Ricardo se negó a tomar esta medida que los instigadores de ella, llamaban medida de Orden. Al ver que no atendia aquel buen consejo, ricachones, amigotes y gente buen corazón dejaron so o al Presidente Jiménez y lo amenezaron con derrocarlo. a pesar de las amenazas se mantuvo firme y acusó a los patrones deshumanizados y sin escrúpulos, de ser los verdaderos causantes de la huelga por las condiciones en que su egoísmo mantenía a los peones de los bananales.
Tampoco se escandalizó nunca don Ricardo ante Irs nuevas ideas que agitaban al mundo después de la Revolución Rusa. Tal vez su mente de liberal que ponía al individuo por sobre todo no podía asimilar bien el socialismo. Pero no se cerrá a piedra y lodo ni se negó aboslutamente a admitir la razón de ser de las nuevas corrientes.
El sabía que la vida es movimiento y que la humanidad no iba a darse por satisfecha con las conquistas de la Revolución Francesa. murió, asomado con la inteligente curiosidad a la ventana desde donde se veía asomar una nueva para la humanidad.
Don Ricardo y don Cleto como les ocurrió a los más honrados gobernantes del liberalismo tuvieron que pecar contra la justicia en defensa de los privilegios de la clase poseedora amparada por leyes formuladas expresamente para salvaguardar los intereses de esa clase. ambos tuvieron que inclinarse ante la fuerza del imperialismo que con el garrote en la diestra y el dólar en la siniestra, ponia sus botas en las tierras de América Latina. Pero no se entregaron servilmente como ocurrió a los gobiernos de otros países, sino que hicieron como aconsejaba Juárez cuando era Al escribir estas líneas, es grato a mi pensamiento recordar a don Cleto con su perfil malicioso y su calva paternal, inclinado escribiendo sus páginas de historia patria en las que prevalece el interés material del pueblo bien moviéndose inteligentemente para colaborar con el doctor Durán en la obra de saneamiento de Costa Rica. Mucho tuvo que bata lar don Cleto para llevar a cabo tal obra y mucho lo atacaron los ignorantes por la construcción de la red de cloacas, lo cual tanto ha contribuido a ahuyentar de San José la fiebre tifoidea y otras enfermedades. Fue una gran empresa civilizadora que la ignorancia y la pille( Pasa a la Pág. 49. Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.