DemocracyManuel Mora

QUE DEMOCRACIA QUE CIVILIZACION CRISTIANA PRETENDEN QUE DEFIENDA NUESTRO PUEBLO?
PARA LOS MONOPOLIOS YANQUIS DEMOCRACIA ES PETROLEO BANANOS CIVILIZACION CRISTIANA ES LA CIVILIZACION DE LOS DIVIDENDOS Artículo del Lic. MANUEL MORA VALVERDE El doctor Eduardo Salazar, destacado jurisconsulto ecuatoriano, se ha impuesto la misión de organizar en la América Latina una liga de abogados para la defensa de la democracia occidental. Ya recorrió la América del Sur y ahora lo tenemos operando en Costa Rica. Quién financia y quién impulsa esas actividades del doctor Salazar. Qué móviles y que intereses se mueven detrás de esa serie de movimientos democráticos que están reventando como los abejones de mayo a lo largo de nuestro Continente? Trataremos de dar respuesta a estas preguntas.
Al doctor Salazar le correspondió actuar en nuestro país hace algunos años, como personero de la Electric Bond and Share. No cabe duda de que supo desplegar, en aquella ocasión, gran habilidad en la consecución de sus propósitos. Se ligó a nuestro medio social; hizo amistades en las más importantes esferas políticas y profesionales; hizo disertaciones académicas sobre importantes temas jurídicos; y por fin, le ganó una batalla a nuestro país en favor del monopolio a cuyo servicio estaba.
Ahora vuelve el doctor Sa azar a Costa Rica. Pero ya no a conseguir una contratación eléctrica sino a rea.
lizar una maniobra política que es parte de un plan ambicioso de los monopolios de los Estados Unidos.
Esos monopolies están alarmados con el despertar de los pueblos en los países coloniales y dependientes.
Los sucesos de Asia y de Africa, que han venido a per: turbar su festin de dólares y de sangre humana, los mueve a pensar en América Latina con mayor interés que nunca. No entienden los signos de los tiempos y atribuyen a maniobras políticas de partidos internacio.
nales lo que es fruto de leyes históricas que se cumplirán como se cumplen todas las leyes de la Naturaleza.
Es así como tenemos a los honorables monopólios interesadísimos en defender la democracia occidental y la civilización cristiana en estos pueblos de mestizos a quienes desprecian profundamente. Claro que no son tan torpes como para venir a decirnos lo que realmente se proponen. Pero los que conocen un poquito la historia económica de nuestro continente sabemos, que cuando los monopolios nos hablan de demacracia realznente están hablándonos de petróleo, de aluminio, de sa itre, de energía eléctrica, de bananos; y que cuando nos hablan de civilización cristiana de lo que realmente están hablándonos es de dividendos.
Ellos sienten amenazados sus dividendos por el movimiento de liberación que bate con sus oleajes todas las latitudes del planeta; quieren que los esclavos les ayuden a defender la esclavitud, fuente espléndida de esos dividendos. en ese afán están promoviendo una moviJización de agentes hacia los diferentes planos de nuestra vida social: abogados de grandes compañías, periodistas de los que no rechazan subvención, poetastros de lira robada, escritores pornográficos, y en ocasiones hasta logran la co. aboración de algún sacerdote ingenuo.
Forman Partidos políticos con nombres atrayentes y programas demagógicos. Crean ligas culturales, profesionales, religiosas y hasta filantrópicas. Halagan el complejo de inferioridad de nuestros nuevos ricos y fundan con ellos clubs sociales. Penetran en los colegios y en las Universidades y tratan de crganizar y de controlax a los estudiantes. hasta fundan sindicatos que llaman democráticos.
El dinero viene del Norte por diferentes canales y muy pronto se transforma en propaganda radial, en lujosos folletones, en editoriales sonoros, en explosiones do filantropía, en comilonas con orquesta leva y corbatín, y hasta en actos piadosos.
Unos colaboran porque son imbéciles; otros porque son cobardes; aquellos porque son ignorantes; y éstos porque son comodidosos. Todos van poniendo su pétalo de rosa a los pies del nuevo Moloch. Todos van aportando su esfuerzo para defender democracia. la civilizaciór. y los principios cristianos.
Bandoleros que se han enriquecido pirateando resultan paladines del decoro y de la decencia. Mercachifles que han hecho de la explotación humana una industria lucrativa se visten de blanco y llaman a las gentes a defender la justicia social. Sátrapas con las manos tintas de sangre ascienden a la categoría de apóstoles de la libertad. todos, cuando les conviene, apean a Cristo de los altares sin preocuparles la profanación, para pomerlo al servicio del robo organizado, del crimen oficializado, de la tiranía santificada por el dólar, de la mentira convencional.
Hemos oído los discursos del doctor Salazar y nos hemos preguntado. Qué es la democracia occidental de que nos habla el culto profesional ecuatoriano. Qué sentido pueden tener las expresiones democracia occidental y civilizacign cristiana para las masas negras que en los Estados Unidos, cuna de esa democracin y de esa civilización, viven apaleadas, linchadas, humilladas, discriminadas. Qué sentido pueden tener para los millones de seres humanos que viven bajo las Jezuñas de los sátrapas que los varones del dólar nos han impuesto y mantenido en América Latina. Qué para los trabajadores de nuestro continente, que trabajan como brutos y viven como pordioseros?
Oh! los tugurios de San José donde los seres humanos son menos que perro de casa rica, y los barracones de la zona bananera, donde los hombres no son hombres sino carne humana para festín de los zancudos por la noche después de haberlo sido durante el día, para la Compañía Bananera, y los cuartuchos humientos de nuestros cafeta es donde viven amontonados los que producen nuestro grano de oro, y las casitas de a doscientos colones mensuales donde nuestra clase, media se aloja dis frazando su miseria con trajes comprados en abonos a los polacos. Qué efecto podrán producir en esos medios las prédicas del doctor Salazar sobre democracia y divilización cristiana!
Ni el doctor Salazar, ni ningún otro agente de los monopolſos norteamericanos, lograrán nunca movilizar a nuestras masas populares para que luchen por una de mocracia y por una civilzación que nunca han conocido y muchos menos vivido.
MANUEL MORA Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.