corrientes ideológicas del Pueblo se les colaron la mañana era imposible que lograra convencerlos de que por simple odio a Figueres debían aliarse con Calderón Como se ve, Calderón y Ulate se creyeron caudillos de rebaños políticos y no dirigentes de determinadas corrientes políticas. Dedicaron su tiempo a financiar la campaña con la cooperación de fuerzas internacionales y a preparar una posible acción armada. No le dieron importancia al pueblo, y por consiguiente, creyeron que la convención no dejaría de ser una farsa totalmente controlada por ellos COMPOSICION DE LA ASAMBLKA: Para Ulate y para los intereses que él representaba lo más conveniente era hacer una convención muy pequeña, integrada únicamente por capitalistas. Pero semejante maniobra no era posible de realizar. Habría sido tan burda que el pueblo la habría repudiado desde el primer momento. Resolvieron entonces ampliar un poco e invitar a algunos grupos de intelectuales. Parece que cuando Mario Echandi llegó a la discusión el asunto se complicó, porque éste, seguro de que su fuerza principal estaba en el pueblo pretendió que la convención se abriera mucho. No obtuvo lo que pretendía, pero algo obtuvo. Los obreros fueron definitivamente eliminados. Unicamente se invitó a los dirigentes de sindicatos democráticos a sabiendas de que no se invitaba a nadie, ya que los llamados sindi catos democráticos son sindicatos del Gobierno. Pero le abrieron las puertas a los maestros que constituyen una capa de la clase media muy en contacto con el pueblo y muy influenciada por las corrientes populares. Los maestros, y especialmente los rurales, vinieron a ser entonces una fuerza decisiva dentro de la convención. Pero Ulate no le dió importancia a esta cuestión. Estaba seguro de que en cuanto él y el Dr. Calderón dijeran una sola palabra los maestros se pondrían a marcar el paso.
LA CONSIGNA MAGICA: en el momento oportuno, Ulate y Calderón dejaron caer su consigna desde lo alto de sus respectivos tronos.
Ordenaron a los convencionales votar por Oreamuno. Ulate fue un poco más cauto que Calderón y hasta pretendió bailar en la cuerda floja. Pero a fin de cuentas fue claro, excesivamente claro. Calderón fue más torpe. Sobre estimó su propia influencia y la influencia de Ulate, subestimó la conciencia política de nuestro pueblo y la de sus propios amigos. Sin palpar el medio, oyendo consejos de sus lugartenientes, trasmitidos de aquí, se jugó toda su suerte apuntándose a una carta insegura. Lo indujeron hasta a hacer un discurso torpe y malsonante. COMO REACCIONO EL PUEBLO?
En los dos párrafos anteriores, al hablar del calderonismo y de ulatismo, hemos querido hacer referencia concreta a los convencionales de esas filiaciones. Pero ahora queremos referirnos a la masa del pueblo en general.
No cabe duda de que la mayor parte de nuestro pueblo está ya en una ctitud de oposición al Gobierno. Uno gentes son abiertamente anti figueristas por razones politicas; otras son simplemente oposicionistas porque su situación económica ha empeorado bajo este Gobierno y porque repudian los negocios escandalosos que se han dado a conocer, tales como el embanderamiento de barcos, que los dirigentes del Partido oficial no han podido o no han querido explicar.
Tampoco cabe duda de que nuestro pueblo ha creado ya una definida conciencia anti imperialista y anti intervencionista. Hay repudio para la voracidad de las gran des compañías. Hay repudio para las frecuentes intervenciones del Departamento de Estado en nuestros asuntos internos. El calderonismo, por ejemplo, sabe que la guerra civil de 1948 no fue perdida por ellos en los campos de batalla, sino en los campos de la diplomacia donde un simple recado del Gobierno de los Estados Unidos fue suficiente para que don Teodoro Picado le entregara al Gobierno a don José Figueres. Hay repudio también en nuestro pueblo para todas las tiranías del Caribe, que nadie ignora que son obra de las grandes compañías norteamericanas y de los representantes políticos de estas compañías en el Departamento de Estado norteamericano.
Estos dos factores que acabamos de enunciar, oposición al Gobierno y repudio al imperialismo, están dándole fisonomía y orientación a la conciencia política de nuestro pueblo. Puede haber varios partidos políticos y muchos antagonismos: pero existe un denominador común impuesto por esos dos factores. Ningún político serio, que pretenda ir a la Historia con gran estatura y no simple mente a la silla presidencial, debe ignorar esa situación.
Quien la ignora a la larga irá al fracaso. COMO REACCIONO EL CALDERONISMO?
El grupo de calderonistas de arriba, los que vieron la posibilidad de conquistar privilegios una vez triunfante la oposición, aplaudieron la actitud del doctor que había sido estimulada por ellos mismos. Pero la masa popular calderonista, los obreros y los maestros que no aspiran a prebendas sino a un mejoramiento de nuestras instituciones políticas y de la situación económica, no podían aplaudir un pacto sin condiciones; y no porlían entender una alianza del doctor Calderón Guardia con el hombre que más calumnias había difundido y más odios había concitado en contra suya y en contra de su obra. Semejante pacto sólo lo habrian entendido si hubieran visto condiciones capaces de justificarlo. Pero un pacto consolidado por Somozas y monopolios petro eros no podia ser simpático a una masa popular enemiga de las satrapias del Caribe y de las compañías imperialistas.
COMO INFLUYO EL PUEBLO EN LA CONVENCION: Como queda explicado atrás, las puertas de la convención le fueron cerradas al pueblo. Pero las corrientes ideológicas del pueblo tenían que penetrar a través de las puertas cerradas. Los muchos centenares de maestros que asistieron a la convención tenían que decidirse por la fórmula que más encajara dentro de las aspiraciones popuiares. De los dos candidatos con posibilidades de triunfo, Oreamuno y Echandi, este último se había destacado por su lucha contra el Gobierno, por su lucha contra la United Fruit Co. y por sus definiciones ideológicas menos reaccionarias. Era lógico que votaran por él; y estos centenares de maestros fueron los que definieron la vención. Los esfuerzos de Ulate y de Calderón para impo( Pas? a la Pág. 62. COMO REACCIONO EL ULATISMO?
conUn grupo privilegiado de ulatistas estaba en el ajo del problema. Pero el resto no. estos señores es probable que temieran la existencia de algún compromiso secreto entre Oreamuno y Calderón Guardia. Además, Ulate los había educado en el odio a Calderón y de la noche a Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.