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APUNTES SOBRE EL PROBLEMA DE LA BURGUESIA.
de nosotros, los capitalistas. Comprendi entonces que eran gente buena. llegué a sentir vergüenza de comparar mi vida con la vida sencilla y modesta, pero provechosa, de esos comunistas, Sin los estúpidos derro ches que acostumbraban antes ciertos capitalistas chinos, mi familia vive decentemente, como familia acomodada.
Comparándolo con el de los comunistas que yo conozco, mi modo de vida resulta casi fastuoso. Mis entradas superan en mucho lo que yo pueda gastar. Me sobra dipero, parte del cual he estado invirtendo en bonos del Estado. pienso renunciar muy pronto a las rentas que me produce el capital, para vivir entonces de mi trabajo como ingeniero eléctrico, al servicio de mi pueblo. Yo soy cristiano terminó diciendo el ingeniero Ting el cristianismo enseña que el hombre viene al mundo para servir a la humanidad. Los comunistes chinos practican de verdad este principio. Por eso, sirceramente, de todo corazón, hoy respeto y admito a Partido Comunista de China y quiero llegar a ser, un comunista de verdad. En el próximo número: Apuntes sobre el problema campesino en la Nueva China. SERA CON EL EJERCITO DE LOS SOMOZA QUE ULATE.
En el primero, el del martes 11 de diciembre, explia francamente que hay el peligro inminente de que pa.
ra este fin de año es derrame sangre en Costa Rica. Pero se limita a decir eso: anuncia, además, la posible in Servención de fuerzas internacionales en esos acontecinientos; y concretamente, la intervención de los hermanos Somoza, de Batista y de Castillo Armas.
tento de burlarlas, la oposición deberá acordarse de José Martí, quien, después del fracaso de La Fernandina, recibió ayuda del gobernante haitiano Ulises Hereaux para salir, con Máximo Gómez, de Montecristi con destine a Cuba, ya empezaba la guerra de la independencia porque para él lo primero era la libertad de su Patria. Pero no antes.
Esta es, ni más ni menos, que la aceptación de la ayuda extranjera. La discrepancia entre Ulate y algunos de sus aliados se relaciona con la fijación del momento de hacer venir esa ayuda. de Nicaragua Lo que el pueblo tiene que preguntarse es esto: cambio de que ayudaría Somoza y Castillo Armas a Ulate? Será que estos dictadores están muy interesades en que el pueblo costarricense recupere plenamente sus instituciones democráticas? 20 será más bien que detrás de esos dictadores se mueven compañías interesadas en asegurarse las riquezas de nuestro subsuelo?
quién garantiza a Ulate lo que puede resultar de una invasión de nuestro suelo por los ejércitos de los dictadores del Caribe. Está seguro Ulate de que él mismo no podría terminar sus días frente al paredón de fusilamiento víctima de las balas de sus propios protectores extranjeros?
El último discurso que pronunció Ulate desde una cadena de emisoras termina con los siguientes párrafos: En el segundo, del miércoles 12 de Diciembre, pide un sector de su bloque oposicionista, sector que por cierto no menciona por su nombre, que no precipite los acontecimientos, que espere a que pase las e ecciones a fin de poder contar con un instrumento legal que justiBique la acción armada. En este editorial, prácticamende, denuncia Ulate a alguno de sus aliados como de que rer ir a las armas antes de que él, Ulate, haya dado la sonsigna. Aquí es donde trata de curarse en salud.
Nosotros somos decididamente enemigos de que se pase la violencia para resolver el actual problema polítiao de nuestra Nación. Una nueva guerra civil sólo ma.
les nos traerá. Tal como están las cosas planteadas en Costa Rica la guerra civil abriría dos perspectivas casi seguras: o el establecimiento de una satrapia que se manBendría por largo tiempo financiada por intereses retrokeros, o la ocupación de nuestro suelo por fuerzas exCranjeras. Pensar en la violencia en las actuales circunsLancias es como querer alumbrarse con una candela en mn cuarto cargado de explosivos.
La salida no puede estar en la guerra civil. La salida Hay que buscarla en la conciencia y en la combatividad del pueblo. Pero al pueblo no podrán movilizarlo nunca Ulate ni sus lugartenientes con consignas reaccionarias.
El pueblo tiene ya muy abiertos los ojos y conoce el camino de su casa. El pueblo no seguirá a quienes se limitan a enarbolar una bandera de odio y de entreguismo.
El pueblo está ya aburrido de disputas personalistas, de choques de ambiciones que se disfrazan con barnices democráticos. Probablemente por eso es que Ulate y algunos de sus amigos están pensando en recurrir a las armas y al apoyo de gobiernos extranjeros. Desconfían del pueblo.
Pero es necesario insistir más en este asunto de la intervención extranjera en nuestra política. Piensen el señor Ulate y sus aliados que les puede ocurrir lo de las ranas que pedian rey.
Póngase mucha atención a los siguientes conceptos del segundo editorial de Ulate. En un agasajo que me hicieron, en la casa de don Manuel Felipe Ramirez, amigos de la ciudad de Santo Domingo que habían estado a despedirme y recibirme en el aeropuerto, uno de ellos me disparó la pregunta. Juzga usted que se puede ir a elecciones sin pensar en otros menesteres. Si, le respondi. Tenemos que ir a elecciones para proveernos del instrumento legal que nos es indispensable.
Pero, acordándonos de la frase genial de un notable escritor costarricense, le agregué. Teniendo, antes y después, una modesta precaución en el bolsillo.
Pues bien, ahora resulta que la modesta precanción de que nos hablaba Ulate es, nada menos que el Ejército de los hermanos Somoza.
Página CINCO Si. verificadas las elecciones, se produjera el inEste documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.