bien los dientes, pues se gana unos colones más. me fué cayendo pesado y metiéndoseme en el sen de acá, hay modo de pasar bien con los unos, y algo timiento como punta de espina y de estorbo y de mabien con los otros, a manera como de puente de ha jadería. Hombre, si y aprendanselo ustedes que maca, que balanceándose se equilibra. Claro, no les están jóvenes para buen arriendo de sus vidasniego que siempre que el contratista no sea el alma cuesta mucho ser siempre aseado y transparente con de un coyote, como había muchos, y no olvide que el prójimo. Uno es de carne flaca. lo malo es que de hombre a hombre, como de árbol a árbol en la uno tira a creerse tan limpio y sin manchones conio montaña, ha de haber sus buenos bejucos de amisel delantal de mi abuela. Porque lo cierto es que yo tad. Esto, seguritico, me lo quería hacer entender sentía entonces que Verónico me debía algo, y se lo Pascuala Francis, que era negra así de lista, porque segui cobrando debajo de mi camisa y mi sombrero muy poco después comencé a notar sin mucho eshasta algún tiempo después.
fuerzo cómo se iban cambiando las personas de ellas La verdad, sin embargo, era muy otra. Como a mí y de mi a ellas, y cómo los colores de las cosas whora de veras yo si que mandaba banano, a mi se iban pasando de blanco a gris y de amarillo verde me había metido en la torre de la cabeza una nidada de lechuzas, y sin que me percatara estaba hecho sin que yo, lo juro por mis bigotes, hubiera deseado un verdadero mandamás, tan mandamás verdadero para mi modo de ver las cosas, ningún miraje nueque hasta buena fama me andaba ya enalteciendo.
vo, ni menos que me hubiera entrado en el ánimo mala intención con naide. Recuerdo una vez que se Fama de no ser muy grosero, de trabajar a mi ma.
nera, sin mucho machucar a los linieros mas sin ceme quedo viendo Verónico Ramírez, un peón lo que der lo negro de una uña en lo que fuera defenderle se dice fino, que tan buen rendimiento me había dalos reales y el tocino a mi respetable patrona, la Frudo en la cuadrilla que yo antes tenía contratada. Fué tera. No; si había veinte mil y una razones para andar en el comisariato, él con unos tragos de más, y yo tanto sobradillo de tragos: yo como andaba, a partir un confite con ella. Habia que espiar lo bueno que se portaba conmigo mister Oiga, don Mundo, como que se le han subide Smith, los jaiboles tan sabrosos que entre él, otros los humos a usted.
empleados altos y este concho de mi, nos tomábamos. Cuáles humos, muchacho?
un sábado sí y el que viene también, y todo a cuenta Mire ahí no más si no es, que usted ni se da del mister. usted baraja su buen naipe de billetes, cuenta.
y usted anda de botas altas, y usted puede sacar en Qué diablos me queria hacer entender Verónico el comisariato cuanta lata y cuanto gusto se le anto.
Ramirez; qué humos ni qué estar yo trepado ya en je, a precio de privilegio.
grandezas. Asina intenté hacérselo saber, y que esY por allí, con posición tan cómoda, canas más o canas menos, ver cómo las piara que por andar yo ahora de segundo de mister mujeres y las ocasiones se le ponen tan blandas, y Smith, no había dejado de llamarme como me llaentra la suerte en casa, muy oronda, por la pura maba, ni sostenerme en más pies que dos, como todo hombre, ni manejar otras manos que la pareja con mitad del zaguán. Con lo que se van olvidando penas, y sudores, y todo se mira dulcitico y lisonjero.
que nace cualquier hijo de madre. Hm; pero qué exY en ese caso habría que ser, o muy tonto, o dem. traño; Ramírez se quedó callado, mas me volvió a siado bueno, para no ahuecar la mano y aprovecharse.
ver el revólver que entonces yo usaba. Se echó una ¿Iba yo, que no soy ni lo uno ni lo otro, a ponerrisa y después dijo: me de San Francisco y negarle a mi cuerpo todos Yo no sabia que se nace también con un reaquellos buenos sabores a cuenta de que un tal Verovólver prendido a la cintura.
niquillo Ramírez se había vuelto ocurrente y se haY no me senti cómodo. No me sentí cómodo bía puesto a jetear algunas tonterías en el comisaporque noté como otros hombres, allí, que antes riato? No señor, allá otros que se penitenciaran con habían sido mis amigos, ahora me miraban con algo atravesado en la mirada. Yo tenía que responder ideas y humanitarismos, y toditicos somos hermanos, y dame vos de lo tuyo y yo te doy de lo mío, con algo: toda aquella mar de novedades que a poco se soltó. Verónico; vos sabés muy bien que no soy Cita rodar por entre los trabajaderos de la compañía y paz de matar a naide. Usted no, don Mundo. Pero de la Frutera fué prendiendo como churristate en hombres y mueres.
digo yo lo mesmo. usted ahora es la Frutera Ha visto usted qué cosasDigan que me picó una avispa y se me atontó la gluñía la negra Francis, las que andan diciendo éstos. Con esos lengua. Me aparte del comisariato, y por Dios que pensamientos va a resultar mi fonda cualquier dia aquellas frases me iban escociendo mucho. Estaba un comedero público, y yo no voy a poder ni lava: seguro de que el liniero no tenía razón. Creen usla ropa tranquila.
tedes que es posible que naide dentro del pellejo en que yo andaba y siendo más dulce que amargo de No, qué va. decía ya. no es para tanto.
ánimo, como yo soy, iba a poder pensar que VeróniLos linieros se han encandilado un poco últimamenco Ramírez había dicho una verdad? Pues no lo ha te porque ese tal Ramírez los ha estado trepando a bía dicho, recalcaba yo, y principié a sentirme resenla luna de los sueños. Pero de ahí no pasan.
tido con el hombrecito, al punto que con los dias Pues yo los oí hablar de que preparaban huelEste documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.