Communism

SE CUESTRO CAPUCH wa POR SALVADOR CAYETANO CARPIO CH Se esfuerza por dar a su voz una entonación grave, demócrata, por mucho que se aislen para que nadie los pausada, ceremoniosa: vea, por mucho que se amparen en las sombras de la. Nosotros no queremos causarle daño. El gobierno noche, no podrá quedar impune. El pueblo por momenno quiere crear víctimas. Acepte en declarar como que tos puede parecer dormido, indiferente, tardio, pero tieremos.
ne millones de ojos, millones de oídos, millones y miVuelven a las mismas preguntas. Fantásticas. Per. llones de manos que trabajan, que construyen, que siguen comprometer a muchos ciudadanos en un inex. crean; pero que también envuelven, aprisionan, rodean tente complot. Paulatinamente van abandonando el to en una red inescapable a los verdugos y a los cerebros no grave, el ademán ceremonioso, veposado. Poco a poco que están tras los verdugos y que no los dejará escava cobrando sonido metálico su voz, se impacienta, se par de la justicia, cuando, en camino de alcanzar la li irrita, chilla, estalla: bertad, la justicia sea la expresión de los intereses po Vuélvanle a poner la capucha.
pulares.
Se desmorona todo su edificio impresionista. VuelYa están de vueita. Traen a Tulita. Qué demacrado ven a llamear los ojos de los verdugos con sadismo des está su rostro. Qué pálido y marchito. Qué hondas huebordado. De las bocas aguardentosas se precipitan callas de sufrimiento ha marcado en su frente el horror taratas de lo fétido de sus injurias y toda la maquinaria de estos días. Pero en sus ojos hay fuego. Ella tambiéa de la asfixia se vuelve a poner en movimiento: el hule, me está examinando. Estamos a la par, el uno al otro.
los cordeles, el jinete, puntapiés. Una, dos tres, Han reanudado las preguntas y amenazas. Final cuatro veces cuatro agonías, ahora hondamente más mente ella les dice: dolorosas, pues los pulmones, doliendo como heridas las. Es increíble la forma en que están ustedes protimaqas, se tornan más sensibles al esfuerzo supremo cediendo. Cómo a base de torturas quieren arrancar de.
de la asfixia.
claraciones falsas. Hasta a esa pobre señora que esta Luego, habla el jerarca detrás de su antifaz: en la misma bartolina conmigo, dueña de un comedor. Levántelo ya. Este no quiere con capuchas.
y que jamás ha pensado en llegar a un sindicato, la Me quitan el hule, me sueltan, me levantan, han golpeado tan bárbaramente. Por qué dice eso. preguntan, 0 Porque esto no se había visto nunca antes.
Creo oportuno hacer una observación: Los tres jefes se cd sultan en voz baja. Parece. El recurrir a estos métodos es el medio más se que se están poniendo de acuerdo sobre si ya llegó el guro de que el gobierno caiga en el más profundo desmomento de poner en práctica la segunda parte de su prestigio ante el pueblo. Todo esto el pueblo lo tendrá plan. La cavernosa voz del personaje máximo da una que saber.
orden seca, cortante, colérica: Al ver que un agente, con una mano me ha agarra Traigan a la mujer de éste.
do el cabello y con la otra me va a descargar una bofeDos verdugos vuelven a cumplir el mandato. La tada en el rostro, exclama mi compañera: sala queda envuelta en el silencio. Por las ventanas. No repliques nada, Salvador, te van a golpear.
abiertas, en alas de la brisa que entra bienhechora, se Simultáneamente se oyen toques en la puerta de la escuchan los sonidos apagados de una ciudad que duer sala. La bofetada se detiene en el aire. Un agente abre.
me la nerviosa clarinada de un gallo que canta, el la Vuelve a cerrar la puerta y regresa apresurado. Susurra drar de los perros por allá, por la cuesta de La Vega, algo al oído del jerarca principal. Este da una orden.
la vocina de ua automóvil. Casi se siente el álito hu Nos vendan los ojos con se das mantas dobladas en dos.
mano y cálido de 200. 000 seres que descansan de sus cuyos extremos nos anudan a la cabeza. Vuelven a fatigas. Cuánta gente nos rodea, aquí cerquita, casi se abrir la puerta y entran un grupo de personas. El cuarpodría tocar con la mano; gente nuestra, gente del pue to se ha llenado de sus pasos. Quiénes serán. Qué blo, gente que sufre, que espera, que ansía un nuevo importantes personajes han de ser como para que nos despertar sin la pesadilla de la miseria y del hambre! tengan que cubrir los ojos. Por qué tanto interés en Los verdugos no la sienten. Pierden la perspectiva de que no podamos identificarlos después, siendo que por Jas cosas. Se creen impunes. Absolutos, omnipotentes! el contrario, no tienen interés alguno en impedir que Qué fácil es también para un obrero olvidarse de esto, veamos, juntos con los torturadores, a los más altos Je.
creerse solo, indefenso, abandonado en garras de las fes de la Policía? Sin duda algunos son muy altos funfieras. Pero qué gran error el dar cabida aunque fuera cionarios del gobierno, pero. Vendrán entre ellos sus por un segundo, a esa sensación de soledad e impoten asesores de la Embajada Norteamericana?
El pensa eia! No estamos solos los obreros, los que anhelamos la miento es interrumpido por una voz ya conocida. De Jibertad y la justicia. Aun en los lugares más apartados, entre el grupo que ha entrado, Medrano me dirige la más aislados, cuando parece que nadie sabe dónde esta palabra: mos, que nadie oye nuestra voz si estamos defendien Por fin Carpio, nos va a decir si ustedes son codo los intereses del pueblo allí está el pueblo con nos munistas, nos van a decir quién los conquistó para cl otros, infundiéndonos voluntad y la fuerza de miles y comunismo. Quiénes más lo son?
miles de corazones palpitando al unísono. No estamos Ustedes me han estado vigilando durante mucho solos. los verdugos parecen ignorarlo. Se esfuerzan tiempo. Se han dado cuenta de que todas mis actividades por anonadar a sus víctimas haciéndoles sentir la limi se han desarrollado dentro del movimie to sindical, a lo tación de sus fuerzas físicas, haciéndoles sentir que están cual, como ciudadano y trabajador tengo pleno derecho, solos, que en ese momento nadie puede ayudarles. Pa garantizado por la Constitución Política y las leyes resrecen ignorar los verdugos que cada golpe que descar pectivas. Nada en absoluto sé de lo que me preguntan.
guen sobre un obrero, un campesino, sobre un luchador (CONTINUARA)
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