CalderonismoManuel MoraWorking Class

San José, 19 de Agosto de 1954 ADELANTE EDITORIAL Sobre la crisis política actual ser como Con el título de Nuestra Opinión Sobre la Crisis Política actual. hemos recibido un documento suscrito por los señores Manuel Mora Valverde, Arnoldo Ferreto y Eduardo Mora Valverde, cuyo texto no nos atre.
vemos a publicar por temor de que tal circunstancia se use como pretexto para perseguir este semanario, único que defiende los intereses de la clase trabajadora nacional.
No obstante, por el interés y actualidad de los asuntos tratados, nos vamos a permitir glosar apenas aigunos conceptos del documento en cuestión.
La declaración es una respuesta al último reportaje dado por don Fernando Castro Cervantes ex candidato del Partido Demócrata en el que hace un llamamiento a las fuerzas de oposición para que se organizati y unifiquen, con vistas a forzar al Gobierno a practicar una política más acorde con los intereses y las aspiraciones de la mayoría ciudadana. El señor Castro Cervantes se pronuncia contra la tendencia a resolver por la via de la fuerza la crisis política nacional y recomienda una linea de acción pacífica como la más conveniente al pais.
Casualmente el mismo día que aparecían las declaraciones del señor Castro Cervantes, estallaba el movimiento armado de Mora Molina, por lo que prácticamente el reportaje de don Fernando vino a un anticipo de definición sobre los hechos que sobrevinieron.
Refiriéndose a la tesis de don Fernando contraria a una salida violenta a la situación política nacional, dicen los señores Mora Valverde y Ferreto. Estamos absolutamente identificados con el señor Castro Cervantes en su criterio contrario a las aventuras armadas para darle salida a la situación política del país. Desde hace mucho tiempo, desde el día si guiente de la toma del Poder por la Junta de Gobierno, venimos abogando por una solución pacífica y demucrática de la crisis política que desde entonces vive et pais.
Luego, haciendo alusión a la tendencia putchista del calderonismo, cuya última manifestación ha sido en alzamiento del grupo de Mora Molina, dice el documento. Por eso, hemos estado y estaremos contra las aventuras armadas, sobre todo cuando se pretende que tales aventuras procedan del exterior. Nada bueno puede desear para Costa Rica ni Somoza, ni Pérez Jiménez, ni Castillo Armas. Ellos despotizan a los pueblos y vendrían a nuestro país a recetarnos algo peor que lo que tienen para los suyos.
Al argumento consignado nosotros queremos agregar que movimientos como el de Mora Molina, aunque se lleven a cabo por hombres bien intencionados, en la práctica sólo sirven para sacrificar inútilmente vidas humanas. Por otra parte, es obvio el juego criminal que en el conflicto entre Costa Rica y Nicaragua está haciendo el Departamento de Estado. Por una parte, azuza a Somoza para que mantenga a Figueres en estado de zozobra y por otra, vende a éste armas para que se defienda de una posible invasión. Los calderonistas creen llegada su hora, se llenan de ilusiones respecto a la posible ayuda de Somoza y se lanzan a aventuras descabelladas.
El saldo es la sangre corriendo, la paz y la tranquidad perdidas, la ruina económica, y más y más so.
metimiento del gobierno a la política imperialista de Washington, con la consiguiente pérdida de libertades para el pueblo. Obsérvese si no que los ataques del gobierno a las libertades de prensa y sindicalización han venido procisamente eon ocas ón de la presente tensión política con Nicaragua. Dicen luego los señores Mora Valverde y Ferreto. Estamos también de acuerdo con el señor Castro Cervantes cuando opina que la oposición dispersa y desorganizada, aunque representa una inmensa mayo.
ria del país, no tiene la fuerza y la eficacia que se necesitan para imponerle al Gobierno rectificaciones. El Gobierno ocntinuará su obra de cercenamiento de libertades; de atropello de los derechos ciudadanos; de abuso de una burocracia sostenida a base de un pesado fardo de impuestos, de ensayismos y aventuras, mien tras la oposición continue dispersa y desorganizada.
En efecto, agregamos nosotros, el Gobierno se aproYvecha de la desunión de sus adversarios para hacer lo que le viene en gana. Es absurdo creer que porque el círculo de amigos del Gobierno se estrecha, éste esté destinado a caer. Los gobiernos no caen solos y una revolución sería una salida. además de costosa, incierta, especialmente si las fuerzas que lo derrocan carecen de Programa. Por otra parte, sólo la impaciencia puede inducir a creer que una oposición en estado caótico puede derrocar un gobierno. Menos se puede creer que en el caso extraordinario de que lo derrocara, pudiera sustituirlo con algo mejor.
Hay una cosa clara: el Departamento de Estado se encuentra satisfecho de la conducta del Gobierno de Figueres. Prueba incuestionable de ello es que le esta vendiendo armas y enviando instructores militares. En el caso improbable de que ayudara a su derrocamiento, sería para conseguir un gobierno más dócil, más en treguista, más dispuesto a seguir sus dictados.
Dicen más adelante en su documento los señores Maro y Ferreto. Estamos identificados con el criterio expresado por el señor Castro Cervantes en cuanto a que uno de los objetivos que debe trazarse la oposición, es devolverle al pueblo su libertad de elegir; libertad especialmente concalculada a partir del establecimiento del control figuerista del Tribunal y del Registro Electorales. Sit Pasa a la Pág. Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.