CapitalismSocialism

San José, 30 de Mayo de 1954 ADELANTE DOS TESIS OPUESTAS. APOYO LA INDUSTRIALIZACION. Viene de la página 5)
Octavo: Si a la par de todo lo dicho, luchamos pui. problemas con vistas al futuro, pues, pese al pequeño que se eleve el nivel de vida de los peones agrícolas y retroceso sufrido, nuestro avance es incontenible. Le ra de los campesinos pobres, entonces el mercado interno gamos que refleccione, y que reaccione como un verda del calzado se multiplicará, y no habrá zapateros cesan dero revolucionario. Su propia vida es una experientes. Al efecto, hace falta una verdadera Reforma Agraria. cia que demuestra que nada se resuelve con manteUn alto nivel de salarios para los obreros y jornaleros ner indefinidamente el trabajo artesanal. Poco a poco agrícolas y una Reforma Agraria que de la tierra a los las fábricas y las grandes plantaciones capitalistas nos campesinos pobres, sería una base sólida para que la darán el ejército proletario que necesitamos para enteindustria encuentre mercado interno y no haya cesantes. rrar, primero lo que queda de feudalismo, y luego, el Como ve, el camino no es el estancamiento feudal, capitalismo.
ng es apegarse al pasado; el camino es la Revolución Lo saluda fraternalmente, Agraria y Antimperialista y luego, el pase al Socialismo.
Nosotros comprendemos su situación personal y la de GONZALO SIERRA muchos artesanos como Ud. Pero debemos abordar estos Secretario General de la CGTC.
PARA SER MAS. don Florentino tiene razón. Los movimientos demagógicos que tratan de engañar a los trabajadores con el espejismo de que van a participar de las ganancias del patrón, o de que van a salir de pobres mediante el ahorro, sólo sirven para hacer a los ricos más ricos y a los pobres más pobres.
Los centenares de jornaleros que trabajan por miserables salarios en las fincas de don Florentino tienen Viene de la página 1a que ponerse en guardia con el llamado solidarismo. Con el señuelo de la economía. don Florentino pretende engañarlos para que abandonen la lucha por mejores salarios, pa.
ra que no se sindicalicen, para que se maten dando más rendimiento en el trabajo, para que no se cobren los días feriados, etc.
Claro está, ahora los trabajadores son socios del patrón, y ya no tiene sentido la lucha contra él. Ahora son, jornalero y patron solidarios.
Pero la tal solidaridad va a consis.
tir en que el peón se reviente en el surco, trabajando como una bestia, para que don Florentino, como el mismo dice, acreciente sus ganancias.
Don Alberto Martén cree que los obreros costarricenses comulgan con ruedas de molino. Pero está equivocado. Los obreros saben que sólo a lucha de clases implacable, puede conquistarles mejores condiciones de vida hasta su total liberación del capitalismo.
EL TALLER En el taller los operarios que quedaron pusiéronse a especular con lo que podría ocurrir en la capital. Los obreros estaban comprometidos, con sus declaraciones, a intentar la manifestación; el Gobierno parecía deciai do a impedirla. El choque resultaba inevitable. Por eso la preocupación de los zapateros aumentaba conforme avanzaba el tiempo. El Indio salió al patio, se quitó los anteojos y examinó atentamente el cielo, haciendo gestos de inconformidad. Cuando regresó a su asiento dijo. Está limpio y clarito el cielo. qué vaina! Un buen aguacero salvaría la cosa. Los muchachos podrían suspender la manifestación con el pretexto del agua.
La tarde era magnífica y no había la más remota posibilidad de que pudiera lloviznar siquiera. Hasta el corredor llegaba, de cuando en cuando, un soplo de brisa suave y tibia.
Cuando el reloj de la cercana catedral dió las cuatro, todos en el taller, cen excepción de Beteta, comena hacer votos porque no ocurriera nada grave.
Minutos después el Cholo José asomó a la puerta que daba al taller y dijo, con voz un poco alterada. Vallan a oír lo que están diciendo los radios. Eso era lo que querían esos carajos!
En las calles de la ciudad los vecinos corrian, curiosos y asustados, a engrosar los apretados grupos que se formaban frente a los establecimientos comerciales, comentando exaltados y nerviosos las inquietantes nuticias que estaban recibiendo. Hablábase de obreros 37 muertos, de heridos y presos. Algunas mujeres del pueblo lloraban y maldecian al Gobierno. las tres y media de la tarde, y desde la capital, la estación radiodifusora Ecos del Pais había comenzado a informar de los acontecimientos, que se estaban desarrollando a muy poca distancia de la propia Estación. esa hora, según informara, nutridos grupos de obreros, portando banderas y estandartes, comenzaion a llegar a la Plaza del Pacifico, lugar fijado de antemano para la concentración; y estaban ilegando también de las ciudades cercanas, camiones atestados de trabajadores, que bajaban en distintos sitios y luego su sumaban a los agresivos grupos de la capital. Numerosa policia, con las crucetas desenvainadas, estaba bloqueando las cuatro esquinas de la plaza, y habíanse suscitado ya ncidentes, con la consiguiente detención de algunos obreros y su inmediato traslado a la Penitenciaría.
Media hora más tarde la trasmisora informaba que, a pesar del bloqueo de la policía, una inmersa multitud obrera llenaba la plaza y estaba siendo agitada por oradores de ambos sexos, que se sucedían, sin treguam descanso, en una tribuna improvisada en el propio centro de la aglomeración.
El Jefe de la Policía, por orden superior, acababa de hacerles saber a los dirigentes obreros que se les permitiría la reunión allí, con sus carteles y discursos, per que de ninguna manera se les toleraria que desfilaran hacia el Congreso. La multitud protestaba, alegande, por medio de sus oradores, que se trataba de una manizaron Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.