NIE ya UNA PILTRAFA de ese desembolso a costillas de ios Viene de la página 7 consumidores nacionales, vendiendo sus divisas a los comerciantes en el obstante que son inconstitucionales se gunas enmiendas y aclaraciones. si mercado libre. En suma, sería un tragún propias manifestaciones de Fi no que la Compañía pague, como pa to de toma y daca. en el que la gueres) y si se declara a priori que gan todos los agricultores y empresa United quedaría igual o mejor de co no habrá nacionalización ni acto alrios costarricenses, los impuestos de mo está, particularmente si el go guno de fuerza. pues lógicamente la aduana que le corresponden.
bierno se hace cargo de los servicios Compañía sabe que no tiene que ha que la Compañía repite tanto que no asistenciales actualmente a cargo de cer al Gobierno más concesiones que está de acuerdo en discriminaciones la Compañía.
en su contra, bueno es contestarle las que buenamente le dé la gana.
En cuanto a las demandas para que que en el caso concreto de los impues el país recobre su soberanía sobre la Veamos qué es lo que ofrece la tos de aduana la discriminación exis región en que tiene sus plantas la Compañía en la respuesta presentate, pero no en contra sino en favor de Compañía nada dice la respuesta que da por Mr. Hamer.
la Compañía y en perjuicio de los hi comentamos. La Bananera quiere, Dice que está dispuesta a pagar jos del país.
por lo visto, seguir siendo un Estado algo más por concepto del Impuesto cambio de lo poco que ofrece, dentro de otro Estado.
Sobre la Renta, pero que de ninguna la United pide que se le permita venmanera el 50 que pretende el Gr der en el mercado libre e incluso se La síntesis de la respuesta puede bierno. En cuanto a pagar los im. establezca un solo tipo de cambio, na hacerse diciéndose que la Co.
puestos de aduana de que está exen turalmente libre. vale decir, de ma cuando mucho ofrece una piltrafa pata, prácticamente no ofrece nada, sos nera que los exportadores puedan es ra zanjar sus diferencias con el Golayando la cuestión con las siguientes pecular en la calle con sus dólares. bierno.
palabras: De acceder el Gobierno a la peti Si, como es presumible (ya Otilio Estaríamos anuentes, a base de un ción de la Compañía el resultado se Ulate lo anunció así) la Compañía se arreglo, en aceptar algunas enmien ría el siguiente: el Gobierno obten mantiene en esa o parecida posición, das y aclaraciones acerca de los de dría, por lo menos teóricamente. en ¿qué alternativa le queda al Gobierrechos de aduana correspondientes a la práctica puede ocurrir que la Uni no. Seguirá este pensando en ciertos artículos de los generalmente ted oculte sus ganacias) un poco más apelar a la nacionalización ni a acimportados por los otros agricultores de ingresos por concepto de impues to alguno de fuerza. Seguirá acepdel país. Naturalmente lo que el to sobre la renta pagado por la Com tando la validez y santidad de un país reclama, no es que se hagan al pañía, y la Compañía se resarciría Contrato inconstitucional. no EL TALLER a tes, desaparecían después como por encanto y sin tregua ni descanso alguno en sus insaciables tragaderas.
Asombrados todos por semejante pricipio, dieron ya por segura la derrota de Petates. éste, asustado, empezó defenderse a gritos diciendo. No sea chollao! No deje caer tantas boronas. Don Pocho, póngale un sombrero en el regazo, pa irlas rejuntando.
no Este Betín, que tenía fama de hartón, púsose una tarde a exagerar su capacidad para ingerir alimentos.
Inmediatamente saltó la proposición de Petates. Pa que no seas rajón, te apuesto dos pesos que no te comés un colón de galleta tostada. querés?
Azuzado por los demás, Betín aceptó, asegurando que uno, sino tres pesos de galleta se podía comer él de un solo tirón. Pero a la hora de formalizar la apuesta, surgieron las condiciones de Petates: se las tenia que comer todas, una tras otra, sin parar y sin beber agua ni líquido alguno y en un tiempo máximo de veinte minutos; el que perdiera la apuesta debía pagar también el colón de las galletas. Betín aceptó sin objeción alguna. Don Pocho, que ya sonreía socarronamente, fué escogido para juez y depositario de la apuesta. Al salir el aprendiz para la panadería, Petates le gritó: Decile a don Gordiano que te escoja las más tostaditas y calienticas iy que no se olvide del vendaje!
En la panadería daban seis galletas por cinco céntimos, más el veinte por ciento de vendaje cuando se compraba de un colón en adelante. Total, ciento cuarenta y cuatro galletas, recién salidas del horno, le fueron puestas a Betin sobre su mesa de trabajo. Todos abandonaron sus quehaceres y agrupáronse alrededor del héroe, discutiendo acaloradamente las posibilidades que este tenía de ganar o de perder la apuesta.
Comenzó el tragón a devorar de tres en tres las galletas que, crujiendo ruidosamente entre sus dienPero muy luego pudo verse como Betín disminuía visiblemente su ritmo de masticación y cómo cada vez tragaba con mayor dificultad. Volaba el tiempo, faltábale que consumir más de la mitad de su gargantúesca tarea, y los partidarios del tragón redoblaron sus voces de aliento. El no atendía ni miraba a nadie siquiera; continuaba en su terco empeño con la cabeza muy agacriada, removiendo las quijadas y haciendo muecas horribles, en un tremendo esfuerzo que lo obligó por fin, al no poder ya disimular su desesperación, a hurgarse la boca con los dedos. El muy nple habíase dejado atrapar en una trampa: cada tostada galleta demangrandes reservas de saliva, y lo que el pobre estaba mascando luego, era una pasta pegajosa, reseca, que se le metía por todos los rincones de la boca, y amenazaba asfixiarlo. No pudo más; enderezose pronto y con un gesto de angustia se precipitó hacia la llave de la cañería, a beber agua desesperadamente. Perdió la apuesta, y fué objeto de burlas y cuchufletas al por mayor.
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