ADELANTE San José, de Agosto de 1953. armisticio en Corea: gran triunfo de los pueblos en su lucha por la Paz Se le ha puesto fin a la guerra de Corea. El pueblo coreano ha dado al mundo uno de los más grandes ejemplos de estoicismo y abnegación. Su actitud ha llevado ánimos y esperanzas a toda la humanidad que lucha por su liberación. He aquí la historia de los últimos años de este heróico pueblo.
En el mes de agosto de 1945, quedó liberada de la opresión nazifascista, la península de Corea. El ejercito soviético y el ejercito norteamericano ocuparon la peninsula, el primero por el sector norte, y el segundo por el sector del sur. De inmediato, ambos se dirigieron al pueblo de su respectivo sector.
Firmado por el Alto Mando del Ejercito Sovietico, se envió este mensaje. Ciudadanos de Corea! Vuestro país es libre. Pero ésta es sólo la primera página de la historia de Corea.
Del mismo modo que un jardin floreciente sólo crece merced al trabajo y a la solicitud del hombre, la felicidad puede conseguirse únicamente con la lucha heróica y el esfuezo infatigable del pueblo coreano. Ciudadanos de Corea. Tened presente que la felicidad está en vuestras manos! Habéis recibido la liber.
tad. Ahora, todo depende de vosotros mismos.
El ejercito rojo ha creado todas las condiciones para que el pueblo coreano pueda emprender el libre trabajo creador Vosotros mismos debéis ser los forjadores de vuestra felicidad.
Firmado por el General Douglas McArtur, fué difundido el siguiente mensaje. En el territorio de Corea situado al sur del paralelo 38 de latitud Norte, todo el poder administrativo se encuentra hajo mi jurisdicción.
La población queda sobordinada incondicionalmente a las órdenes que aparezcan con mi firma. Las personas que actúen contra las tronas de ocupación o alteren el orden y la tranquilidad pública, serán castigadas severamente y sin piedad.
Durante el período de ocupación militar, el idioma oficial será el inglés.
Comisión de la ONU para Corea. Fué esa Comisión la que convocó a elecciones en Corea del Sur y separó en esa forma, arbitraria e impopularmente, al pueblo coreano en dos mitades.
Pero la lucha por la libertad del pueblo coreano encontró aún más obstáculos. En la mañana del 26 de junio, el Presidente del Consejo de Ministros de la República Demcrática Popular de Corea, Kim Ir Sen, dirigió el siguiente mensaje al pueblo de toda la península coreana. Queridos compatriotas! El 25 de junio, el ejercito del gobierno pelele de Corea del Sur ha comenzado la ofensiva contra el territorio situado al Norte del Paralelo 38. El Gobierno de la República Democrática Popular de Corea, después de examinar la situación creada, ha dado a nuestro ejército Popular, la orden de pasar a la contraofensiva y derrotar a las fuerzas armadas del enemigo.
La guerra coreana, que hoy ha llegado a su fin, ha sido de las guerras más encarnizadas de la historia.
Han muerto millones de seres humanos. La zona sur de Corea ha sido arrasada prácticamente por la aviación norteamericana, habiendo lugares, como su capital, en donde ya no queda una sola casa en pie. Decenas de bombas bacteriólogas cayeron sobre su suelo.
Millones de firmas se recogieron en todo el mundo para pedir el cese inmediato de la guerra de Corea y la concertación de conversaciones entre las grandes potencias para llegar a un entendimiento pacífico. En todos los pueblos de la tierra se firmó por la paz se efectuaron manifestaciones de masa que asestaron un rudo golpe a los criminales de guerra que, por saciar sus apetitos de ganancias, no perdieron oportunidad para tratar de sojuzgar al pueblo coreano.
Pero pesó más la voluntad de la humanidad entera, que la de los pocos magnates de la industria y del imperialismo. Toda las dificultades se fueron venciendo gracias a la paciencia incomparable del pueblo coreano, de Gobierno del norte, y del ejercito de voluntarios chinos.
La última provocación para burlar las gestiones de paz fué la puesta en libertad de miles de prisioneros que se encontraban en manos de las Naciones Unidas.
Al abrir las puertas de los campos de concentración a los prisioneros, pujándolos a dispersarse por los cam.
pos y ciudades de Corea, se pierde asi la oportunidad de saber cuantos fueron los miles de prisioneros asesinados en la isla de Kojedo, que nos informaron los cables en forma no precisa. Pero aun así, los delegados de Corea del Norte del Ejército de Voluntarios Chinos, han acepta.
do todas las condiciones y obstáculos puestos por las llamadas Naciones Unidas y se ha llegado a la paz.
Ha llegado la paz a Corea. Soldados chinos y yankis se han abrazado fraternalmente expresando ambos así su voluntad de vivir amgros en armonía. La paz mundial ha recibido así un vig, roso impulso. La humanidad entera, los millones de seres humanos que habitan la faz de la tierra y que aspiran a yvir sin los temores de guerra para construir un mundo democrático de ielicidad, están hoy, y con razón, llenos de júbilo. Los millares de partidarios de la paz que por su lucha ham sufri.
do ultrajes y persecuciones en diversos países, pueden sentirse hoy llenos de honor, porque ha sido gracias en gran parte a sus sacrificios, que el pueblo coreano na acabado con los horrores de la guerra. partir de entonces el pueblo coreano se aboró a una lucha difícil por su libertad, porque mientras en un sector se le daba oportunidad al pueblo de coronar sus aspiraciones más sentidas, en el otro, al sur del paralelo 38, se le impuso la volutad de un sargentón enfatuado, representante en Corea de los interes comerciales más egoístas y reaccionarios de los Estados Unidos.
Miles y miles de comités populares, creados por el pueblo para alcanzar la reconstrucción de Corea y democratizar al país, fueron deshechos violentamente por órdenes de MacArthur. También por órdenes de este militar imperialista. fué desintegrada la Camisión Mixta Soviético. Norteamericana, ya que esta luchaba por unificar en Estado Democrático a toda la península coreana.
Ante la amenaza a la paz que esta situación ya señalaba, el ejercito soviético proprso el retiro inmediato de las tropas extranjeras y se dispuso a ejecutarlo en lo concerniente a su país, pero el General McArthur se negó y no sólo se negó sino que logró que el gobierno de su patria llevara a las Naciones Unidas la cuestión coreana y ésta, por una mayoría dócil formó la Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.