Violence

2 ADELANTE San José, 26 de Julio de 1953 Nuestros votos deben ser para don Fernando Castro Solo en esa forma lograremos defender a Costa Rica de una nueva tiranía Figuerista (Explicamos una vez más nuestra posición frente a las elecciones que se aproximan)
Ya estamos en vísperas de las Castro Cervantes para Presidente. Cervantes no nos satisface porque elecciones. Nuestro Partido ha de de la República; por don Ricardo en él no se abordan todos los profinido claramente su posición po Castro Beeche y el Dr. don Anto blemas que nuestro pueblo necesilítica en un manifiesto nio Peña Chaavrria para Vicepresi taba que se abordaran. Sin embarda nuestra propaganda. Pero con dentes; y por nuestras propias pa go, hay tres compromisos concresideramos necesario, ya a las puer peletas, para diputados.
tos del señor Castro Cervantes, tas de los comicios, sintetizarla asi: Como oportunamente lo explicaVotaremos por don Fernando mos, el programa del señor Castro. Pasa a la página tres)
y en toSigno de Gran Debilidad Electoral es la respuesta de Figueres al Señor Arzobispo De don Roberto Cantaclaro son los siguientes comentarios. Es muy significativa la respuesta dada por Figueres al Señor Arzobispo, al Vicepresidente Oreamuno y a otros caballeros con respecto a a interpelación formulada por todas esas personas a los dos candidatos presidenciales. La interpelación, como usted bien lo sabe, tenía por objeto conseguir que cada candidato hicrera formal promesa de respetar la elección de su adverario, sin recurrir a las armas.
El señor Castro Cervantes dió una respuesta serena, sensata, en el sentido de que si el señor Figueres triunfa por la voluntad popular, él le reconocerá y respetará su triunfo. Es ésa una declaración que respira sentimiento democrático y que armoniza con todas nuestras mejores tradiciones políticas. Revela además, sin que el señor Castro lo diga, seguridad en el veredicto de los comicios. Al buen pagador no pueden dolerle prendas, como lo dice el refranero popular. si la presente es una justa democrática, no otra cosa podin responder un ciudadano que profese sinceramente ese credo. Vea usted en cambio la respuesta de Figueres que se publica en La República de hoy. Es una respuesta fanfarrona, que trasuda debilidad por todas partes. Comienza diciendo, que no considera necesario responder a lo que se le pregunta porque él ya tiene ei triunfo en la bolsa. Luego, pide a los interpelantes que se atengan a sus antecedentes. Es decir, que evade la respuesta. No habría hablado así el señor Figueres si las tuviera todas consigo. Si estuviera tan seguro de su victoria como lo afirma, habría sido lo más natural para el comprometerse a respetar el triunfo de su contricante, caso de que éste lo obtuviera. La conciencia de que se tiene fuerza nunca empuja a los hombres sensatos a actitudes como ésta, especialmente en momentos tan complejos como los presentes, en que el pueblo quiere que lo tranquilicen los dirigentes políticos y que le aseguren que la paz pública no va a ser perturbada. Solo la duda de la fuerza que insinceramente se pregona es lo que ha podido decidir a Figueres a responder como respondió. el asunto reviste especialísima importancia, y por eso me parece nesario subrayarlo. La verdadera situación del figuerismo nadie puede conocerla mejor que su jefe, el señor Figueres. Es Figueres quien tiene el pulso de su Partido. Por lo tanto, en el estado psicológico de Figueres es donde nosotros podemos encontrar mejor los indicios del estado de salud del figuerismo. La psicología del Jefe viene a ser algo así como el termómetro que el médico usa para descubrir la clase de fiebre de que padece el enfermo. Si el enfermo esta bien, el termómetro marca una temperatura normal. Pero si el enfermo esta mal, el termómetro también lo indica. Desde ese punto de vista, el señor Figueres tiene que servirle a cualquier observador experimentado para llegar a la conclusión de que su Partido se encuentra en estado de verdadera gravedad. Dos actitudes suyas en estos últimos días hablan muy claro: la respuesta al señor Arzobispo que vengo comentando, y su discurso de la Plaza Víquez. En este discurso puso de manifiesto un verdadero descontrol psíquico. Aquel llmamiento patético a Dios, para que bajara de los cielos a contemplar sus huestes, nos sonó a cosa anormal, a desaliento, a desesperación. Lo mismo nos ocurre con la respuesta tantas veces mencionada. Figueres, en suma, no está actuando como un candidato triunfante, sino como un candidato derrotado. esta situación viene a confirmarse con la actuación misma del figuerismo, ya como grupo popular, en los últimos días. Sus actos de violencia en Alajuela, San José y Cartago; sus exhibiciones de matonismo en su campaña de prensa y de radio; sus amenazas con confiscarles sus propiedades a sus adversarios: todo, eso que en lenguaje corriente se denomina romper el naipe. todo eso, puede resumirse en una sola palabra: desesperación. Están desesperados esos señores. Están convencidos de que van a ser derrotados en los comicios. Ojalá que el señor Figueres sea cuerdo, y que sea capaz de respetar el veredicto popular.
Hacemos votos muy sinceros porque así sea.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.