San José, 21 de Marzo de 1953 ADELANTZ Comentarios de Un Viejo Zonero La Herencia que nos deja la United pre de la injusticia de nuestro régimen.
Ellos me hablaron de otros mu.
chos compañeros de aquella época, hoy igualmente enfermos: ferrocarrileros, trabajadores del spray, etc. me los fueron nom brando tal y como los llamába.
mos allá: Buché, Chuta, el Brequero, el Botero, etc. etc. más otros que yo no conocí, que están tuberculosos y obligados a vivir de la caridad pública o de lo que los parientes les puedan dar. Unos permanecen en el hospital; y otros, caritativamente echados del San Juan de Dios porque ya no se pueden medicinar, tal el estado de su enfermedad, deambulan por las calles. He aquí la herencia que nos deja la United.
Me despedí de esos compañe.
ros preocupado por la suerte que pude haber corrido y pensando en que otros zoneros, hombres sanos y buenos trabajadores, podrán encontrarse mañana en las mismas condiciones. aquí no ha pasado nada.
Que siga la Compañía amasando millones con la sangre y la vida de nuestros obreros. que sigan los gobiernos serviles aplaudiendo los grandes servicios que nos præsta. f) UN VIEJO ZONERO Nota de la Redacción: El anterior comentario nos lo envió un amigo y colaborador de este periódico y lo publicamos sin comentarios. Que nuestros lectores saquen las conclusiones.
Hace varios años, hastiado de la vida en los bananales y aburri do de que me siguiera explotando la United Fruit Company sin más provecho que el suyo propio, aban doné el dominio de la poderosa Empresa y me dediqué a otros trabajos, en otros lugares.
De mis largos años de zonero, y muy particularmente de los tra bajados en la construcción del errocarril del Sur, me ha quedadado el recuerdo de muchos compañeros de labores que llegaron, igual que yo, con la equivocada creencia de hacerse una economía para dedicarse, después, a la agricultura o a otras ocupaciones en sus lugares de origen, y que contribuyeron con su trabajo y con un pedazo de su existencia a que se abriera una nueva ruta de progreso, que no es, en fin de cuentas, sino una cadena más que ata a nuestro país al carro del Imperialismo Yanqui.
No había vuelto a ver a ninguno de esos viejos compañeros ni a saber de ellos. Hasta que al fin, hace unas semanas, encontré, un mismo día, tres de esos viejos amigos por los alrededores del Mercado Central.
Cuando los conocí, en la zona, eran hombrºs jóvenes, alegres y llenos de vida; hoy son verdaderos guiñapos humanos, detri.
tos de la zona bananera.
Los saludé y estuvimos hablan do de sus vidas. Qué habían hecho después que yo me vine?
Nada, nada más que trabajar a la Empresa y vivir miserablemen te hasta que un día, en que por una calentura permanente fueron al hospital, resultaron dañados del pulmón, tuberculosos. Entonces la Compañía tranquilamente los despidió. algunos les dió prestacione) y el pase al hospital de caridad de San José, a otros, la mayoría, solamente el pase; la cuestión era desembarazarse de ellos como de algo inútil, repugnante. aquí están, esperando la muerte que los libere para siemNegada la excarcelación del dirigente sindical de la zona bananera del Pacífico, José Meléndez Ibarra Miles de firmas de todo el país siguen llegando a la Corte Suprema de Justicia y al Juzgado Penal de Golfito demandando su libertad.
Ha sido negada la excareclcela de Meléndez Ibarra. Especialmente ción del dirigente sindical de la zo los trabajadores del banano reali na bananera José Meléndez Ibarra. zan una activa campaña de solida.
Meléndez Ibarra continúa preso ba ridad con su. dirigente. En el intejo una acusación tememaria y ama rior del país, también se recogen ñada de las propias autoridades, de firmas de solidaridad.
portar explosivos. Con esto se pretende darle un golpe represivo al La lucha de los trabajadores por movimiento sindical de la zona ba rescatar a José Meléndez Ibarra lianera.
de la cárcel se efectuará con mayor Miles de firmas de todo el país intensidad en los próximos dias. La siguen llegando a la Corte Supre ciase obrera está segura de que Mema de Justicia y al Juzgado de Tra léndez Ibarra es inocente del delito bajo de Golfito, pidiendo la libertad de que se le acusa.
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