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ADELANTE Sau José, 24 de Enero de 1953 La carta de Figueres al periodista mento de Estado, a la apard a la vez que PRODUCTORES DE MATERIA PRIMA Diario de Costa Rica y La República del viernes 16 del corriente reproducen una carta escrita por José Figueres a un periodista uruguayo, en que define en varios aspectos su posición frente al imperialismo yanqui, por así decirlo. En realidad, hay algunas de las ideas expresadas por Figueres que ya había hecho públicas, con ocasión de la reproducción de conferencias suyas dictadas en universidades norteamericanas. Consideramos que la posición de Figueres en relación con este problema merece ser seriamente analizada. Nosotros nos proponemos hoy iniciar ese análisis, pues las circunstancias de espacio y de tiempo a que nos vemos sometidos, no nos permiten un examen completo y detenido del asunto.
LOS NEXOS DE FIGUERES CON LOS EE. UU.
Comienza Figueres en su carta por detallar todos los nexos que lo unen a los Estados Unidos y a lo norteamericano. Explica que ha vivido, y estudiado en ese país; que ha leído en inglés más que en español; que se casó en los Estados Unidos y que se siente tan cerca de ese país, que a menudo le parece que él tiene dos casas una en la ciudad, y otra en el campo. La de la ciudad la que tiene en los Estados Unidos.
Esta parte de la carta está destinada a tratar de convencer al Departamento de Estado de que puede dormir tranquilo respecto a la posibilidad de que José Figueres vuelva a gobernar en Costa Rica. Cómo puede desconfiar el Tío Sam de un hombre como Figueres, que tiene tales antecedentes en sus relaciones personales con lo norteamericano?
DECLARACION DE FE IMPERIALISTA En seguida pasa Figueres a formular la declaración más importante y trascendente de su carta.
Declara que está de parte de los Estados Unidos en la guerra fría y que está conforme con el papel director que han asumido en la gran contienda mundial entre socialismo y capitalismo. En este sentido, aunque no es bien explícito, da a entender que está de acuerdo en que los recursos económicos y humanos de nuestro país, como de todos los países del Hemisferio, sean puestos al servicio de la causa que defienden los Estados Unidos.
Esta declaración, en que no hay siquiera la menor reserva en favor de una política exterior independiente, de una política exterior orientada hacia el logro de la paz y la armonía internacionales; en que el concepto de la soberanía nacional campea por su ausencia, es fundamental, y no debe tomarse como un simple esfuerzo por ganar el apoyo yanqui para sus ambiciones presidenciales. Es una declaración de fe imperialista, que responde tanto a las ideas como a los intereses de clase del grupo de capitalistas exportadores de café que representa Figueres o que trata de representar.
Luego Figueres pasa a fijar su posición frente a las relaciones económicas de los Estados Unidos y la América Latina. Esta parte de su declaración merece un examen más detenido. Dice que acepta que en el intercambio comercial entre Estados Unidos y nuestros paises latinoamericanos, nosotros exportemos materias primas y productos agrícolas, es decir, que nosotros seamos el campo. y los Estados Unidos exporten artículos de producción industrial, es decir, que sean la ciudad. En este sentido la postura de Figueres es de tal modo pro imperialista, que el periodista uruguayo, no obstante estar casi totalmente identificado con sus puntos de vista, se manifiesta disintiendo de él, pues no está de acuerdo, como buen uruguayo, en que su país sea eternamente un país agrario y atrasado, que su país no pueda desarrollarse industrialmente. Figueres niega terminantemente la conveniencia de que mérica Latina se industrialice. Esta actitud es, en nuestro concepto, consecuencia de otra. Figueres se manifiesta cosmopolitista, es decir, considera que las fronteras nacionales son hoy día un anacronismo, han dejado de tener sentido, y aboga porque todos los países latinoamericanos pasen a tener en relación con los Estados Unidos, un estatuto semejante al que tiene Puerto Rico. Para Figueres, en este sentido, el ideal para los pueblos de América Latina es Puerto Rico. Por tanto, Figueres es partidario de un tipo de unión de nuestros países con los Estados Unidos, que convertiría a la América Latina en un vasto imperio colonial.
UN POCO DE DEMAGOGIA OTRO POCO DE INGENUIDAD Naturalmente, esta tesis colonialista, ultraimperialista, no se propugna francamente, ni menos despojada de un ropaje que la haga apetecible. Según Figueres debemos formar parte de una unión en que ellos, los norteamericanos, sean la metrópoli y nosotros el campo, el agro, pero la metrópoli debe aceptar, como precio de eso, el pagar el trabajo de los agricultores latinoamericanos a buen precio, así como nosotros pagamos el trabajo de los yanquis a muy buen precio.
Esta frase tiene un poco de demagogia y, quizás, también un poco de ingenuidad. Cuando Figueres habla de que los yanquis paguen bien nuestro trabajo, se refiere a que paguen buenos precios a las materias primas, al café, al azúcar y otros productos de la agricultura latinoamericana. Es demagógica la frase, dado que, los precios de las materias primas y de los artículos agrícolas de exportación pue.
den ser altos, y eso no significa siempre que el trabajo de las minas y plantaciones esté bien pagado.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.