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Agosto, 20 de 1935 Al de la Estimados camaradas: Les acusamos recibo de su carta del del mes en curso. Junto con ella recibimos una fatura 60. Querríamos saber, camaradas, qué destino tiene esa fatura. La guardamos y esperamos la contestación de ustedes a ese respecto.
Les comunicamos que en cualquier momento podemos remitirlos la otra factura. 255. El ingeniero está en condiciones de devolvernos lo que le dimos y el resto lo reintegraremos nosotros. Ustedes disponen. Necesitamos también urgente contestación con respecto a la proposición del ingeniero. Lamentaríamos mucho que a esa proposición no se le concediera la seriedad que merece. Sería un error grave. Nosotros no habríamos dado el paso que ustedes conocen si no estuviéramos seguros de la importancia de eso.
Estamos a punto, camaradas, de entrar en la ilegalidad. El sábado último (17 de Agosto) dos trabajadores que hace cuatro años fueron miembros del Partido Comunista pero que desde aquella época son anarquistas declarados, asesinaron a Alberto González Lahmann uno de los cafetaleros más fuertes de aquí y persona influyente en la política. Antes trataron de que les diera veinte mil colones.
Esos dos trabajadores, de apellido Sequeira, murieron en el asalto tirados por la policía, pero dejaron unas cartas de contenido anarquista queaqui han dado pie para hacer responsable al Partido Comunista de lo ocurrido. Por los recortes que les adjuntamos ustedes podrán darse cuenta de los hechos. El resultado es que toda la última literatura que ustedes mandaron está decomisada. o la que mandó la casa Smith. Por medio de la prensa y el radio se prepara evidentemente el medio para una persecusión contra nosotros. En este momento preparamos un manifiesto que les remitiremos por correo ordinario.
Por lo pronto les sugerimos que en caso de necesidad nos sigan enviando literatura por medio de alguno de los marineros del Petén.
barco de la United. Los paquetes pueden entregarlos en puerto Limón a Luis Cárdenas dueño del hotel El Sona. Cárdenas ya tiene el asunto arreglado con los guardas del muelle. Pero antes de recurrir a este medio extremo, les pedimos que la literatura que el Correo de aqui debe estarles devolviendo en este momento, nos la remitan de nuevo a la siguiente dirección: Sr. don Francisco Quesada