NOSOTRAS Nota. En esta página se publicarán siempre los más bellos e interesantes escritos de la vasta obra literaria de CARMEN LYRA. Las jóvenes generaciones deben conocer la intensa labor orientadora que realizó la pluma de CARMEN LYRA, siempre dispuesta a dar estímulo a todas las causas nobles y justas, a todos los jóvenes artistas, literatos y científicos que se iniciaban en las disciplinas del estudio y de la investigación. Banauos y hombres son cinco capítulos que escribió en el año 1931, denunciando las miserias y dolores que viven las familias de los trabajadores de las zonas bananeras. Esta publicación de hoy, es el primer capítulo; continuaremos la repro.
ducción en los próximos números.
20 BA NA NOS HOMBRES CI Vis Pongo primero BANANOS que HOMBRES porque en las fincas de banano, la fruta ocupa el primer lugar, o más bien el único. En realidad el HOMBRE es una entidad que en esas regiones tiene un valor mínimo y no está en el segundo puesto, sino que en la panta de la cola de los valores que allí se cuentan.
María Isabel Carvajal los cultivos y a la muchacha estas viESTEFANIA sitas la hacían tan dichosa como a una Кса Кса Envío de la autora santa las de un ángel que bajara de los cielos. Por él aguantaba que el de las vegas del Reventazón y del adminintrador de la finca en sus boEn la playa interminable y desierta Parismina? La vida la trajo rodando rracheras la pateara lo mismo que a que va desde la Barra del Tortugue. desde el Guanacaste. Creo que en ue en su hija y a su perrillo; y por él, no ro a la del Colorado, encontramos la Santa Cruz, el juez que más tarde permitía que se perdiera un cinco en cruz de madera tosca, pintada de ne llegó a ser un honorable magistrado strado el comisariato, ni que se extraviara gro en alguna ocasión, ya desteñida de la Corte de Justicia, le hizo un un huevo, ni se llevaran un palo de casi toda. lo largo de los brazos, chiquillo cuando ella apenas entraba leña. Entretanto en la ciudad, las gaun nombre, y talvez la primera letra en la adolescencia. Por supuesto que nancias de la finca servían para que del apellido dentro de poco completa después el estimable caballero ni se el padre y el hijo fueran socios del mente ilegible, Estefanía Quizá acordaba de la insignificante aventuClub Unión, para que la señora que Rojas, quizá Ramírez o Ramos. ra. Ella dejó al hijo en la primera ca tenía juanetes y callos no se bajara Muchas millas se habían recorrido sa propicia y comenzó a rodar Lue.
del automóvil y para que la hija se sin encontrar nada que rompieřa la go otro, ella ni recordaba bien el vistiera muy chic y fuera cada año a monotonía del paisaje; mar y cielo a nombre, la dejó embarazada y siguió y siguro Europa y a los Estados Unidos y trala derecha; la arena de la playa al rodando, rodando. Nació una niña.
jera unos vestidos y una ropa interior frente y a la izquierda la vegetación Era como es pedazos de palo que que que dejaban envidia en el corazón de icacos, almendros y cocoteros. van en la corriente de los ríos. La vi.
11 de sus mejores amigas.
Caía la tarde dentro de aquella sole da la deposito con todo y chiquilla. Varios años sirvió allí, pero cuandad inmensa. De pronto, la cruz ne. en una finca de bananos de la región do se puso muy mal del paludismo, do gruzca enclavada en la arena, los del Atlántico. así siguió de finca nadie hizo nada por ella. Tuvo que brazos tendidos frente a la inmensi en finca, hoy con uno, mañana con coger a su hija y sus chuiquitas y ve.
dad azul. El mar la había llevado otro, si hasta con un chino dueño de nirse para el Hospital de San Juan de hasta alli.
un comisariato tuvo que ver la pobre, Dios. Quién sabe cómo haría con la Estefanía y la chiquilla siempre pegada de ena muchachita. por que no creo que Cómo habría sido la mujer que lle como un hongo de una rama desgaque en caritativo establecimiento la vó este nombre?
jada.
admitieran con todo y criatura. el una fila de siluetas femeninas En una ocasión se metió a vivir ir buen mozo hijo del dueño de la fincomo las que uno encuentra por esas con un hondureño y se fue con él a ca ni siquiera se acordó en la ciudad playas o en las fincas de banano co una finca en donde solo admitían homn. de la pobre sirvienta enferma. En menzó a desfilar por la imaginación, bres solos. La muchacha era la úni.
in cuanto a la señora de los juanetes y figuras pálidas, marchitas, tostadas ca mujer que allí había. Una noche se si oche șe su distinguida hija ignoraban hasta la por el sol, las fiebres y la sensualidad convinieron los peones y asaltaron la existencia existencia de aquella mujer que se de la del hombre, amorales e inocentes con casa del hondureño para quitarle la desvelaba porque en la finca no se les desvelaba porai mo los animales. Hay una que se mujer. Lo apuñalearon e hicieron lo perdier 10 perdiera ni un huevo, ni un cinco, destaca sobre el friso doliente. Se que gana les dió con ella. No se sabe desvelos que contribuían humildemenllamaría Estefanío? El nombre se ha cómo no salieron de la chiquita que ue te a pagar el automóvil, los viajes al borrado de la memoria. Un triángulo entonces tendría unos tres años. En la la extranjero y la fina ropa interior de la oscuro el rostro entre el alboroto del finca en donde la conocí de cocinera en donde la conoci de cocinera señorita.
cabello negro; la esclerótica y los era fiel al hijo del dueño como un pe La vi la última vez a su regreso dientes muy blancos, los pies desnu rro. El mozo era bello y amable y del hospital en un es de dos, fuertes y sarmentosos, los brazos por él se habría dejado ella matar. los ramales que salen de Siquirres en muy largos.
Venía el muchacho cada mes a la un carro lleno de negros que reían a ¿Cómo llegó a las fincas de bananos hacienda a inspeccionar el estado de Pasa a la cuarta página Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.