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VIA LIBRE Núm. 11. 84 El bolchevismo explicado por Trotzki de directamente de él. Los que en tiempos normales lo oprimian y despreciaban, ahora lo respetan e imploran su favor. Al mismo tiempo ha venido a un intimo contacto con los verdade.
ros cañones que, de acuerdo con Lassalle, formen la piedra de toque de la constitución. Aun si los que abrigaban ideas avanzadas de entre los trabajadores estaban teóricamente vigilantes del hecho de que la fuerza es semi esposa del derecho, sus pensamientos políticos, no obstante permanecieron compenetrados con el espí.
ritu de la posibilidad y el acomodo respecto de la legalidad de la burguesía. Ahora el trabajador está aprendiendo a despreciar esta legalidad y a destruirla por la kuerza. La actitud estática de pensamiento dió margen a que la pesada artille.
ria dinámica les arraigara en la cabeza la idea de que en los casos en que es imposible andarse con rodeos en algún obstáculo, queda la posibi.
lidad de arrasarlo. Casi toda la población adulta masculina ha pasado por esta escuela de guerra prúdente en su realismo social que está creando un nuevo tipo en la humanidad.
III Si vemos esas formales contradicciones, debe.
mos ver ante todo el Terror Blanco, el instru.
mento de esas clases que se llaman a sí mismas cristianas, que van en pos de una filosofia idea.
lista, y están firmemente convencidas de que el egoismo (el de ellas. es un agente libre.
Por lo que respecta a nosotros, nunca nos en.
tregamos a cualquier doctrina kantiana o quá.
kero vegetariana, que sólo son garrulerías acerca de la «santidad de la vida humana. Fuimos revolucionarios de oposición, y hemos permanecido como tales después de haber obtenido el poder. Pa a que los seres humanos puedan ser sa.
grados. lebe ser destruído el orden social que los cru inca. eso puede hacerse solamente por medio le sangre y hierro.
Hay utra ciferencia entre el terror blanco y el rojo que es de decisiva importancia para los marxistas. El rerror blanco es el instrumento de una clase reaccionaria histórica. Cuando expusimos la inutilidad de la represión por lo que se refiere a la burguesía, por su proceder contra el proletariado, nunca negamos el hecho de que por los ariestos y los castigos, las clases gobernantes podian detener temporalmente el desarrollo de la revolución social, Pero estábamos convencidos de que los antiguos ricos no podían detener ese desarrollo, basándonos en el hecho de que el proletariado es históricamente la clase rebelde y la sociedad burguesa no puede avanzar sin aumentar al mismo tierapo la fuerza del proletariado. La burguesia es actualmente una clase hundida, y no solamente no juega un papel esencial en la pro.
ducción, sino que por sus métodos imperialistas de adquisición ha arruinado el orden económico del mundo y la civilización humana.
No obstante, la tenacidad de la burguesía es colosal, se ha aferrado y no quiere retirarse, pero este hecho amenaza arrastrar a toda la sociedad al abismo.
La burguesía debe retirarse, eliminarse. El terror rojo es un instrumento usado contra una cla.
se sentenciada a desaparecer, y que hace lo posible por eva ir esa sentencia.
Si el terror blanco puede solamente posponer el levantamiento del proletariado, el terror rojo puede acelerar la desaparición de la burguesía.
La aceleración aumentada a tiempo es un hecho de decisiva importancia en algunas fases de la nistoria. Sin el terror rojo, la burguesía rusa, unida a la de todo el mundo, nos habría aplastado mucho tiempo antes de que la revolución sen.
tara sus reales en Europa. Solamente los ciegos no pueden ver esto, y los falsificadores de hechos, negailo.
Sin embargo, atribuir significación revolucionaria histórica al verdadero hecho de la existencia del sistema sovietista, es sancionar el terror rojo también, Los bolcheviki han hecho un acto histó.
rico al mantenerse durante dos anus contra los capitalistas unidos del mundo. Pero los bolcheviki no se sostuvieron únicamente con las ideas, sino con la espada.
Hace cinco años escribi lo siguiente en un libro publicado en idioma alemán, bajo el título de «Guerra y Paz. El imperialismo ha desgarrado a la sociedad por mantenerla en un estado de equilibrio ines.
table. Abrió con violencia la puerta cerrada de la democracia social, con lo cual ha provocado el desbordamiento de la energia del proletariado revolucionario, y dirigido esa inundación en ese curso. Este monstruoso experimento histórico, que ha roto el principal apoyo del socialismo internacional, al mismo tiempo es la base del peligro mortal de la misma sociedad burguesa. El martillo ha sido arrebatado de las manos del tra.
bajador y reemplazado por la espada. El traba.
jador, atado de pies y manos, por el aparato del sistema económico capitalista, se ha libertado intempestivamente de todo esto y puesto el inte.
rés colectivo más alto que su felicidad doméstica, más alto que su verdadera vida. Con las armas que él mismo fabricó en la mano, el trabajador se ha colocado en una situa.
ción donde el destino político del Estado depen.
encuentre, en sus propios paises. La necesidad no reconoce ley. las clases pobres arrojarán esta frase a la cara de los que traten de detenerlas con las leyes de la legalidad burguesa. el terrible desastre económico que gradualmente apareserá durante la guerra, y especialmente después de su fin, llevará a las masas a la violación de muchas y muchas leyes. Todo esto es indiscutible. Pero a lo que se ha dicho debe agregarse esto: que la guerra no ejerce menos influencia en las mentes de la clase gobernante. En la proporción que las masas se vuelvan más exigentes, la burguesía se hará tambien más intransigente.
En época de paz, los capitalistas acostumbra.
ban posponer sus intereses a un camistoso arreglo con los trabajadores. Durante la guerra de fendieron esos intereses destruyendo incontables vidas humanas. Esto ha dado a sus mismos pensamientos económicos una nueva fase «napoleónica. Durante la guerra los capitalistas se acostumbraron a enviar a la muerte millones de es.
clavos de su propia raza y de las colonias, empleándolos en la extracción del carbón, en los ferrocarriles y en alguna otra forma productiva.
Durante la guerra, cientos de miles de oficiales fueron sacados de la grande, media y pequeña burguesía. Esos oficiales son guerreros profesionales, hombres cuyo carácter ha recibido una educación militar y han sido librados de todas las restricciones; legionarios competentes, siempre listos para defender valerosamente su privilegiada posición, arrasando todo lo que se ponga en su camino.
La revolución sería probablemente más huma.
na si el proletariado estuviera en aptitud «de expulsar toda esta banda, como dijo antaño Marx.
Pero durante la guerra, el capitalismo acarreó a los trabajadores una pesada carga de deudas, y éstos hicieron casi nula la producción para hacer aceptar a la burguesia este nuevo orden de cosas. También las masas han perdido mucha sangre, han sufrido mucho, y sus penalidades han aumentado, para tomar una decisión que en cualquier caso estaria lejos de su fuerza económica. ésta deben ag regarse otras circunstancias, todas tendiendo a lo mismo. La burguesía de los países derrotados está encolerizada por haber sido vencida, y la responsabilidad del Gobierno, dicen, no puede dejarse a las clases trabajadoras, que se han mostrado incapaces de llevar «la gran guerra nacional» a una conclusión victoriosa. Desde este punto de vista es muy instructivo leer las explicaciones, incomparables por.
su insolencia, dadas por Ludendorff a la comisión de la Asamblea Nacional.
Las bandas de Ludendorff están inflamadas por el deseo de vengarse de las humillaciones que sufrieron en el exterior, derramando la sangre de sus propios proletarios. Como la burguesia de las naciones victoriosas, está llena de la arrogancia y desparpajo que siempre ha usado para defender su posición social con el empleo de medidas bestiales con las que cree asegurarse la victoria.
Escritas en la blanca pared del futuro, veo las palabras «Mene, mene, tekel upharsin. pero nuestros enemigos no las ven porque estan cie.
gos y no creerán a los que tienen ojos; pero ni aun los mismos dioses pueden detener la marcha del destino.
Por la posición general de Europa, vemos que la burguesía internacional ha demostrado que es incapaz de efectuar ninguna organización sin la guerra y la ruina, ejecutando ellos mismos sus torcidos fines de despojo. Pueden entenderse, sin combatir, para rapartirse los despojos obtenidos en la guerra, equitativamente? La experiencia de los últimos cinco años no deja la más ligera duda sobre este punto.
Si aun antes de la guerra, era sencillamente una utopia esperar que la expropiación de las clases poderosas se podía efectuar pacíficamente sin levantamientos, conflictos armados, intentos de contra revolución y fuertes represiones, la situación creada por la guerra imperialista se volveria doblemente terrible, haciendo inevitable una guerra civil que tendria solamente un térmi.
no: la dictadura del proletariado.
LEÓN TROTZKY El Kremlin, Moscou, de octubre de 1920, LEON TROTZKI Ministro de Guerra de los Soviets La necesidad de una mano de hierro está ahora por encima de todas las normas de la sociedad burguesa, sobre su ley, su moralidad y su religión. La necesidad no reconoce ley. dijo el Canciller alemán el de agosto de 1914. Los monarcas han caido dentro de los marcados para acusar a los otros de su fracaso, como acos tumbran hacerlo las comadres. Los gobiernos deben cumplir con la obligación que solemnemente han contraído, y la iglesia nacional ha encadenado a ese dios lord, como un convicto, al cañón nacional. No es obvio decir que tales condiciones deben dar lugar a profundos cambios en la psicología de la clase laboriosa y curar radicalmmente a éstos de la hipnosis de legalidad que los tiranizo durante un período de estancamiento político?
Las clases elevadas muy pronto, con horror, ten drán la ocasión de convencerse por sí mismas de esto, El proletariado, graduado en la escuela de la guerra, sentirá la necesidad de hablar el lengua.
je de la fuerza al primer serio obstáculo que TRABAJADORES: Pedid en las Barberías el periódico VIA LIBRE y asi contribuirdis a la difusión do las ideas socialistas.