VIA LIBRE Núm, 11. 83.
Un hombre valiente y útil La revolución del porvenir incuba das privl. Siemp!
sereligión de la lo con lo ques pobres (Un cementerio en las montañas. Un cortejo fi mavera el torrente le arrasó todo su trabajo.
nebre. Al borde de la fosa, un sacerdote. Se El y su familia se salvaron. Sin recursos, sin abrigo, púsose nuevamente a tubajar y antes En ninguna de las modernas revoluciones acaba un cántico. PEER GYNT aparece, sobre de terminar el verano pudo verse en la mon. hemos vistó a los privilegiados defender el camino, fuera del cercado. taña un nuevo campo de centeno, en un sitio personalmente su causa. Siempre se han mejor protegido que el arrasado. Si, mejorapovado en las armas de los pobres a quiePEER GYNT, deteniéndose en el umbral. Nada, protegido contra la inundación, pero no contra un ciudadano más que toma el camino del polvo el alud. Dos años más tarde todo quedó se.
nes han atrofiado con lo que ellos llaman la humano. Afortunadamente no soy yo. Entra. pultado por una avalancha. Todo, menos el «religión de la bandera» y han educado para EL SACERDOTE, predicando. ahora, queri ánimo de este hombre. De nuevo se puso a e nuevo se puso a ser, según su propia expresión. mantenedo.
dos hermanos, mientras el alma se presenta al la tarea, y tanto hizo y tan bien, que su casa res del orden. Seis millones de hombres, tribunal Supremo, y que el cuerpo descansa, di estaba ya levantada antes de terminar el in.
remos algunas palabras del camino que el difunto vierno, por tercera vez. Tenia tres hijos, tres sin contar la policía alta y baja, se emplean recorrió aqui abajo.
robustos muchachos. La escuela estaba muy en este trabajo en Europa. Pero estas fuer.
la fortuna ni talento. Su voz era débil, distante: donde termina el camino comunal, zas pueden desorganizarse, pueden recordar vacilante, y apenas, sabia gobernar su casa. En era necesario aun tomar por un sendero estrela iglesia parecia pedir humildemente el permiso cho y abrupto abierto en la dura nieve.
los lazos de origen y de porvenir que les One de sentarse al lado de los demás. Como no igno hacia él? Pues dejando que el mayor andara unen a la masa popular, y en este caso el ráis era oriundo de Gudbrandsdal. Era casi un como pudiera y limitándose a sostenerle, cuan. brazo que las dirige puede carecer de vigor.
niño cuando vino a este país. Recordaréis ha do la pendiente era rápida llevaba a los otros Compuestas casi en totalidad de proletarios, hasta que murió, circular entre nos dos sobre sus espaldas. Así los condujo a la llegará un día seguramente que serán para otros llevando siempre la mano derecha en el escuela durante varios años. Los hiios bolsillo. En esta postura su imagen se ha grava se hicieron hombres. Llegaba el momente la sociedad burguesa lo que los bárbaros a do en vuestra memoria. Añadid su aire embara de que le ayudaran a cambio de las fatigas sueldo fueron para la sociedad romana: un zado y la reserva de su actitud cada vez que se por ellos sufridas. Tres ciudadanos acomoda. elemento de disolución. La historia abunda. hallaba en una reunión. Pero por mucho que dos han olvidado hoy, en el nuevo mundo ndo, a su padre noruego y el camino de la escuela.
en ejemplos de locuras colectivas, por las prefiriese permanecer apartado y que siempre fue un extraniero entre nosotros, no ignorareis sin. Era un hombre de cortos alcances. Fuera de que han sucumbido los poderosos, hasta los duda el secreto que procuraba guardar: esta ma su pequeño circulo su pequeño circulo nada veía. Las poderosas que han conservado en todos los casos, la no que llevaba siempre hundida en el bolsillo no palabras que hacen palpitar a tantos corazones fuerza de carácter. esta energia de carác.
tenía más que cuatro dedos. Me acuerdo aun, a eran letra muerta para él. Pueblo, patria, todo pesar de que la cosa data de tiempo: una mañana lo que hay de elevado, de sublime, estaba en ter no la tienen todos los directores, porque llegaron a Lunde unos reclutadores. Entonces el sumido entre nieblas. Este hombre era un con frecuencia se han visto gentes de ésta había guerra y todo el mundo hablaba de las ca humilde. Desde el día del reclutamiento parecia que no son otra cosa que simples degeneralamidades públicas. Todos se preocupaban del vivir bajo el peso de una sentencia, con la dos, sin bastante energía y fuerza fisica para Yo estuve presente. El capitán vergüenza en la frente y la niano oculta en su abrirse paso a través de un tabique sencillo, estaba sentado detrás de una mesa, con el alcal bolsillo. Ante la ley del país, no era, acaso.
de unos sargentos al lado. Uno despues de un desertor? Si, verdad es; pero hay alvo que ni suficiente dignidad para dejar a los niños otro examinaban, median a nuestros muchachos brilla por encima de la ley, como las altas cum y a las mujeres salir delante de ellos huyenv los declaraban soldados. La sala estaba llena. bres que blanquean detrás del Glittertin y hacen do de un incendio. Cuando los desheredaEn el patio resonaban las risas bulliciosas de la descender sobre este glaciar las nieblas que lo dos se hayan unido por intereses de ofició a velan. Era un mal ciudadano. Para la Iglesia y juventud. De pronto se pronunció un nombre y un presente respondió al llamamiento. Estaba para el Estado era un árbol estéril. Pero all so oficio, de nación a nación, de raza a raza, o pálido como la muerte, blanco como la nieve de bre la cresta más alta; alli donde nuestros cami espontáneamente de hombre a hombre; las montañas. Se le hizo avanzar y llegó hasta el nos se estrechan vlera nos se estrechan y lo. ran; en aquel trabajo hacia cuando conozcan bien su finalidad, no cabe pie de la mesa. Su mano derecha estaba envuel. el cual se sentía llamado, era grande, porque era duda que el momento de emplear la fuerza ta por un lienzo blanco. Tembloroso, tragando él mismo. Su vida dió la nota que le era propia.
su Saliva, sin habla, nada respondió a las pregun. Vibro siempre a la sordina. Descansa en paz.
para defender la libertad común no se hará tas del capitán. Al fin, sin embargo, enrojecien. modesto guerrero que luchaste y moriste en el esperar. Por muy poderosos que sean los Entrecortada yoz. balbuceo uas pala humilde combate del campesino. Nosotros no privilegiados de entonces, su fuerza resulta.
e se desprendió que le habia tenemos el derecho de sondear estos corazones; rá insignificante enfrente de todos los que, ocurrido un accidente, cuestión de una poz que pero tengo la firme creencia de que este hombre le había cortado un dedo. El silencio se hizo en no se presenta como un estropeado y un inútil reunidos por una sola aspiración, se levantatorno suvo. Se cambiaron miradas signihcativas, ante el tribunal Supremo. El corteio se dispersa rán contra ellos para conquistar definitiva.
amenazadoras para el muchacho; los labios de y aleja. PEER GYNT queda solo. mente el pan y la libertad.
muchos se contrajeron. Con la vista baja, el.
muchacho sentía que la tempestad se le echaba ENRIQUE IBSEN encima. De pronto, el capitán se levantó, escuELISEO RECLUS pió, alargó el brazo y le dijo: márchate. El mu De Peer Gynt, poema dramátieo en cinco actos.
chacho se fué, pasando por entre una doble fila de gente hostil. Al llegar a la puerta se echó a correr y ganó las alturas de las montañas. AtraLIB FALCO BORRASÉ El señor de Halleborg, por Ge Hedenstjerra.
vesó bosques, escalo pendientes, corriendo siemKolstomero, por el Conde León Tolstoi.
pre, hasta que llegó a su casa, en el fjaell. Seis TOMOS EMPASTADOS 1. 25. Minnie, por Lichtenberg.
meses más tarde vino aqui con su madre, con Manzana de Anís, por Francis Jammes.
El dragón de fuego, por Jacinto Benavente.
unos niños y una mujer con la que se caso tan El caso Leavenworth, por Green, t. Ernestina, por Prudencio Bertrana.
pronto como pudo. Había desmontado y culti Jacobé, por Joaquín Ruyra.
Boda oficial, por Savage.
vado un terreno en la landa que se eleva hacia El amor catedrático, por Martínez Sierra El luito sabroso, traducida por José Carner.
ei Lomb y construidose una casa. El terreno era La enjuta, por Víctor Catalá.
Rey en la tumba, por Anthony Hope.
duro, pero él logró ablandarlo, como lo atesti. Dios salve a la Reina. por Allen Upward.
en Upward.
Fausto, por Iván Turgueneff.
guaban los terrones. Si en la iglesia tenia una La bella dormía en el bosque. per François El silencio, por Eduardo Rod.
mano en el bolsillo, bien se veía que en el campo de Nion.
Apuntes de un desconocido, por Fedor Dosto.
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