VIA LIBRE Núm. 52.
Güelfos y Gibelinos por MIGUEL DE UNAMUNO Eso de la dictadura del proletariado. de la casa. hasta en los tiempos de su ¿Proletariado? Bueno; tengamos en cuenta peor servidumbre, cuando se supone que que hoy ya proletario no quiere decir el que San Pablo visitó Atenas, dice el libro de los ocupa una cierta posición económica, el que Héchos de los Apóstoles (capítulo XVII tiene mucha prole y sólo sus dus brazos para 21) que los atenienses y sus huéspedes exmantenerla, sino el que profesa ciertas opi tranjeros no se ocupaban en otra cosa que niones políticas aunque ni tenga prole ni ne. en decir u oír novedades y juzgarlas.
cesite trabajar para mantenerse.
La «parresía. la franqueza, el decirlo Eso de la dictadura del proletariado ha todo, era lo que más apreciaba el ateniense, vuelto a retroceder el viejo pleito entre el li Su interés era discutir y jozgar y votar los beralismo, que predica el respeto a los dere intereses del común. coinón. de la «res chos del hombre, a las libertades individua pública de la cosa pública. Su mayor obje.
les que pone por encima de la voluntad gede la voluntad ge cion contra el gobierno absoluto no era que ción contra el gobierno absoluto no era que neral, y la democracia, que predica la volun gobernase mal, sino que gobernase en secre.
tad del pueblo, del «demo. como ley supre to, que no diera razón pública de sus actos.
ma. Demo» o pueblo que abusivamente se Repugnaba acaso más el despotismo, el ré.
reduce a la mayoría o aun a la turba, a la gimen de secreto, que la tiranía, el de viomasa inorgánica e informe. El liberalismo va lencia. Por sauestra parte preferimos también a parar en anarquismo, y el democratismo que nos maltraten, dándonos cínicamente la en sindicalismo y comunismo.
razón del mal trato, como a vencidos que no ¿Cómo, puesi se dirá. hay anarquistas el que se nos cuide con la solicitud de un comunistas? Lo mismo que hay liberales de. Pastor a sus ovejas a las que ordeña y esmócratas y demócratas liberales; en virtud quila y se las come. pero sin darnos cuenta del principio de la concordia de los opues del cuidado con que nos trate.
tos. Las contrapuestas posiciones extremas Democracia, lo hemos dicho muchas ve.
se completan. Toda la dialéctica política vive ces, es para nosotros ante todo y sobre todo, de la concordancia de las oposiciones.
publicidad. Lo que más se opone a ella, es Ernesto Renan, que gustaba de discurrir el régimen de clandestinidad, es la diplo.
dialécticamente, en el capítulo XXIV del li macia secreta. La luz basta para sanear a bro IV de su Historia del pueblo de Israel, un pueblo. No hay microbicida como el sol.
nos dice. El movimiento del mundo es la si «demo» es pueblo, lo democrático es resultante del paralelogramo de dos fuerzas: lo público. Que es a la vez lo noble e inti.
el liberalismo de una parte y el socialismo mamente popular. Ahora que pueblo no es de otra el liberalismo de origen griego, y masa, no es turba. El pueblo es algo orgá.
algo orga.
el socialismo de origen hebraico el libera nico y organizado. No discute y juzga y lismo empujando al mayor desarrollo huma. vota sino lo organizado. La turba ni tiene bi tiene no; el socialismo teniendo ante todo en cuen lenguaje articulado; grita y no dice nada. ta la justicia entendida de una manera es. lo más da vivas y mueras y canta himnos.
tricta y de la dicha del mayor número sacri. Lo que no es decir nada.
ficada a menudo en la realidad a las necesi Pericles en su discurso inmortal dijo que dades de la civilización y del Estado. en se llamaba democracia la de Atenas porque el capítulo XIV del libro IX de la misma su gobierno no era para los pocos, sino para para obra, dice. La política, lleva consigo, de los más. Pero estos más lo que pedían era una manera o de otra, la desigualdad de las que se garantizase el libre juego de la acti.
clases. El judío es demócrata por naturaleza; vidad individual, era el respeto a las liberta tiene el gusto de la igualdad; no quiere a la des del individuo. El pueblo, el «demo, fuerza armada; no admite otro mérito que la los más, propendían más bien al anarquissantidad. mo. Aquel cínico señorito ático que fué Parécenos que en estos pasajes Renan se Alcibiades, cuando excitaba a los lacedemoconfunde entre liberalismo, democracia y so nios, enemigos de su patria, a que fuesen cialismo. Dice primero que el griego es libe. contra ella, les decía que se llama pueblo.
ral y el judío socialista, y luego que éste es demo. a todo lo que se opone al que demócrata. sin embargo, nadie más de ejerce el poder público, al dinasta. no le mócrata que el griego liberal. El espejo y faltaba razón.
dechado de las democracias fué la de Atenas Pero a quella democracia ateniense, espejo de Pericles, la que este describió en su in y dechado de las demás, nació en una pe.
mortal discurso en elogio fúnebre de los queña ciudad. Como siglos después ocurrió muertos de la guerra del Peloponeso, dis en la nueva Atenas, en Florencia. Alfredo curso político que es el más grande que se Oriani en su hermosísima obra «La Lotta concce.
Política in Italia» decía del Dante que «es Aristóteles definió al hombre diciendo el más grande ciudadano de todos los siglos que es un animal político, esto es, civil. al y su patria no es todavía más que su ciudad.
griego, o al ateniense más bien, le cuadra. este mismo Oriani, en ese libro preñado ba perfectamente esa definición, aunque no de enseñanzas, de sugestiones y de bellezas, acaso al bárbaro. El ateniense era un animal hablando de la libertad de los comunes itapolítico. No era hombre de casa, sino taas lianos escribe. El pueblo es, pues, una arisbien de la calle, o, mejor aún, del «ágora» tocracia burguesa formada por encima de la de la plaza pública. Su régimen era el del nucheduinbre, por concesión de la muche.
cabildo abierto. Discutía en público todo lo dumbre misma. Todos los estados comuna.
público, y la libertad que más apreciaba era les italianos del tiempo prueban abundante.
la de poder criticar y juzgar públicamente mente tal forma de derecho electoral, pero al que mandaba. La mujer cuidaba en tanto esta usurpación del pueblo es tan aceptada por la muchedumbre que pasa inadvertida, y los primeros años de la era consular hasta I133 representan la edad de oro en la historia italiana; todo se hace en público; por el público muchedumbre y pueblo, representado y representante, se confunden en una sola idea y en una misma voluntad. En público y por el público. notémoslo bien, porque eso es democracia.
Pero como ahora entre liberales y demó.
cratas, entre anarquistas y socialistas, entre mencheviques y bolcheviques, entre mayo.
ritarios y minoritarios. en la Italia medioeval era grandísima la confusion entre güel.
fos y gibelinos ni hay otro medio de distinguirlos que negativamente. Había quien era güelfo en una ciudad y gibelino en otra. eran blancos o negros unos u otros. Qué nos dice Oriani de estos dos partidos, blancos y colorados, como si dijésemog, desembla o unitarios y federales? Oigámosle. Güelf y gibelinos, irreconciliablemente enemigos y recíprocamente invencibles, no son más que dos formas del mismo hecho y dos momentos de la misma idea. Los unos representan una democracia mal adiestrada en las armas, auaque hábil para el gobierno, avara, enemiga de toda grandeza individual y de toda llibertad intelectual por rabioso sentimiento de igualdad; los otros son una aristocracia armada, pródiga, altanera de libertad legal, arrecida en viejas fórmulas y por ende incapaz de comprender los intereses móviles y múltiples del pueblo. La historia, imponiéndoles un combate secular y sin victoria, obtiene de los güelfos el pro.
greso, la riqueza, la igualdad, la democra.
cia; de los gibelinos, el genio, el carácter, la libertad.
Las victorias alternadas de los dos parti.
dos consagran todo el progreso obtenido por el vencido antes de la derrota: la plebe.
insondable fondo en que ambas sectas coinsondable to hra bran fuerza, acoge a todos los caídos y se alza con todos los surgientes; sus individuos sin nombre se hacen ciudadanos combatien.
do en la ciudad por la ciudad; el partido es escuela de guerra, de diplomacia, de go.
hierno bierno, de viajes, de igualdad, de libertad, de nacionalidad, de italianidad. Mientras el palacio del grande amenazando la casa del burgués protege el tugurio del pobre, la casa del mercader atrae nobles y plebeyos; el dinero y el poder, el medio y el fin de la guerra disciplinan y avecinan a todos los que querrían diverger. Cuando triunfan los güel.
fogartes y Oficine redoblan la masa del pueblo oficial; cuando prevalecen los gibelinos, las artes menores, los más viles oficios, las industrias más despreciadas, el pueblo enjuto, los Ciompi, invaden la escena y con.
quistan puesto en ella. la historia se repite.
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