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El trotskismo contrarrevolucionario contra el Frente Popular Chileno 1936 09 17 El firme y justiciero tribunal del pueblo soviético ha puesto en descubrimiento, ante la opinión pública mundial, los crímenes inauditos de la banda de terroristas trotskistas zinovievistas.
Manchados ya de la sangre generosa del querido y llorado hijo del pueblo soviético, Kirov, uno de los bolcheviques más abnegados, capaces y devotos a la causa del proletariado, a la que entregó entera su magnifica vida, esas especies de perros rabiosos comandados por Trotsky y alimentados por la Gestapo, maquinaban nuevos y horrendos crímenes. Con la complicidad de los verdugos fascistas, planeaban el asesinato del artífice genial de las grandes victorias socialistas, del jefe en quien confían las masas oprimidas del mundo entero, del gran Stalin y de sus colaborador es más próximos. Arrastrándose como reptiles, los enviados de Trotsky querían llegar hasta el corazón y el cerebro de la revolución, calculando herirla de muerte.
Confesaron que ningún apoyo esperaba ya tener del pueblo soviético, puesto que el triunfo del socialismo había sepultado sus concepciones reaccionarias. Por eso, deliraban esperando la guerra en la que ayudarían a la derrota de la URSS para, sobre las ruinas del edificio del socialismo, que es la fortaleza y la esperanza de la Humanidad trabajadora, y alumbrados por las teas fascistas, encaramarse en el poder.
En un proceso público al que tuvieron acceso los representantes de la prensa extrajera quedó al desnudo la repugnante trama. Sancionando el reclamo unánime del pueblo soviético, que en miles de asambleas votó por la pena máxima, el tribunal proletario libró a la sociedad de esta escoria pestilente. El proletariado del mundo entero extrae ahora sus conclusiones del sensacional proceso.
Trotsky, de acuerdo con la Gestapo, capitanea una banda ter rorista antisoviética e invoca la derrota de la URSS por el fascismo internacional. Qué representan, entonces, los minúsculos grupos trotskistas que en diversos pa íses pretendían aun constituir una corriente del movimiento obrero? Es claro que grupos dirigidos por un terrorista contrarrevolucionario, nada sano tienen que hacer en el movimiento obrero y progresista. Al contrario, es claro que por la salud de este movimiento, hay que inmunizarlo contra el contacto mortal con tales grupos. Estas deducciones o dejará de aprovecharlas, también, el movimiento obrero y popular chileno, para el cual no es una novedad la actividad trotskista. Volviendo hoy sobre las andanzas del grupo trotskista en Chile, del cual nos ocupamos ya en números anteriores de esta revista, es obligatorio hacer su examen teniendo presente las revelaciones del proceso.
Ya denunciamos el plan de los trotskistas de Chile, de romper desde