VIA LIBRE Num. 37.
los irriLa Pampa de Granito do.
sas esta del ión nto ob al SOprelas sta ese tes, ner htra tan ienlina tonirator; Era una inmensa pampa de granito; su color, ojos del niño rompió entonces abundosa vena de indiferente e inmutable, erguido, inmenso, silen.
gris; en su llaneza, ni una arruga; triste y de llanto, y el polvo sediento la bebia; y este llanto cioso, sobre la pampa de granito.
sierta; triste y fría; bajo un cielo de indiferencia, duró mucho tiempo, mucho tiempo, porque pabajo un ciclo de plomo. sobre la pampa estaba Ta exprimir los lagrimales cansados estaba el Esa desolada pampa es nuestra vida. ese un viejo gigantesco; enjuto, livido, sin barbas: viejo indiferente e inmutable, de pie sobre la inexorable espectro es el poder de nuestra volunestaba un gigantesco viejo de pie, erguido como pampa de granito.
tad, y esos trémulos niños son nuestras entrañas, un árbol desnudo. eian frios los ojos de este Las lágrimas corrian en un arroyo quejurnbro nuestras facultades y nuestras potencias, de cuya hombre, como aquella pampa y aquel cielo; y su so tocando el circulo de tierra; y la simiente aso debilidad y desamparo la voluntad arranca la nariz, tajante y dura como una segur; y sus mó sobre el haz de la tierra como un punto; y energia todopoderosa que subyuga al mundo y músculos, recios como el mismo suelo de grani. luego echó fuera el tallo incipiente, las primeras rompe las sombras de lo arcano.
to; y sus labios no abultaban más que el filo de hojuelas; y mientras el niño lloraba, el árbol nue Un puñado de polvo, suspendido, por un souna espada. junto al viejo habla tres niños vo criaba ramas y hojas, y en todo esto pasó plo efimero, sobre el haz de la tierra, para volver, ateridos, flacos, miserables: tres pobres niños mucho tiempo, mucho tiempo, hasta que el ár cuando el soplo acaba, a caer y disiparse en ella, que temblaban, junto al viejo indiferente e im bol tuvo tronco robusto, y copa anchurosa, y un puñado de polvo: una débil y transitoria criaperioso, como el genio de aquella pampa de follaje, y flores que aromaron el aire, y descolló tura, lleva dentro de sí la potencia original, la granito.
en la soledad; descolló el árbol aún más alto que potencia emancipada y realenga, que no está El viejo tenia en la palma de una mano presente ni en los encrespamientos de la una simiento menuda. En su otra mano, el mar, ni en la gravitación de la montaña, ni en indice extendido parecía oprimir en el vacio el girar de los orbes; un puñado de polvo del aire como en cosa de bronce. he aqui puede mirar a lo alto, y dirigiéndose al misteque tomó por el flojo pescuezo a uno de los rioso principio de las cosas, decirle. 1«Si niños, y le mostró en la palma de la mano existes como fuerza libre y consciente de tus la simiente, y con voz comparable al silbo obras, eres, como yo, una voluntad: soy de helado de una ráfaga, le dijo. Abre un hueco tu raza, soy tu semejante; y si sólo existes copara esta simiente. y luego solto el cuerpo mo fuerza ciega y fatal, si el universo es una trémulo del niño, que cayó, sonando como patrulla de esclavos que rondan en el espacio un saco mediado de guijarros, sobre la pampa infinito teniendo por amo una sombra que se de granito.
ignora a sí misma, entonces yo valgo mucho. Padre, sollozó él. cómo le podré abrir más que tú; y el nombre que te puse, desi todo este suelo es raso y duro. Muérvuélvemelo, porque no hay en la tierra ni en delo, contestó con el silbo helado de la rá.
el cielo nada más grande que yo.
faga; y levantó uno de sus pies, y lo puso sobre el pezcuezo lánguido del niño; y los dientes del triste sonaban rozando la corteza PROTEO de la roca, como el cuchillo en la piedra de afilar; y así pasó mucho tiempo, mucho tiemForma del mar, numen del mar, de cuyo po: tanto que el niño tenia abierta en la roca seno inquieto sacó la antigüedad fecunda geuna cavidad no menor que el cóncavo de un neración de mitos. Proteo era quien guardaba cráneo; pero roſa, roia siempre, con un gelos rebaños de focas de Poseidón. En la mido de estertor; roia el pobre nifio bajo la Odisea y en las «Geórgicas se canta de su planta del viejo indiferente e inmutable; como ancianidad venerable, de su paso sobre la la pampa de granito.
onda en raudo coche marino. Como todas las Cuando el hueco llegó a ser lo hondo que divinidades de las aguas, tenia el dón profése precisaba, el viejo levantó la planta opretico y el conocimiento cabal de lo presente y sora; y quien hubiera estado alli hubiese visto lo pasado. Pero era avaro de su saber, esentonces una cosa aún más triste, y es que quivo a las consultas, y para eludir la curioel niño, sin haber dejado de serlo, tenía la sidad de los hombres apelaba a su maravillosa cabeza blanca de canas; y apartóle el lejo, facultad de transfigurarse en mil formas dicon el pie, y levantó al segundo niño, que versas. Por esta facultad se caracterizó en la habla mirado temblando todo aquello. Junfábula, y ella determina, en la clave de lo leta tierra para la simiente. le dijo. Padre, gendario, su significado ideal.
preguntóle el cuitado, en donde hay tierra?
Cuando el Menelao homérico quiere saber La hay en el viento; recógela. repuso; y por él el rumbo que deberá imprimir a sus con el pulgar y el indice abrió las mandibunaves, cuando el Aristeo de Virgilio va a peJOSÉ RODÓ las miserables del niño; y le tuvo asi contra dirle el secreto del mal que consume sus la dirección del viento que soplaba, y en la distinguido escritor uruguayo que murió en Italia en 1916 abejas, Proteo recurre a la misteriosa virtud lengua y en las fauces jadeantes se reunía el con que desorientaba a aquellos que le sorflotante polvo del viento, que luego el niño prendían. Ya se trocaba en fiero león, ya en vomitaba, como limo precario; y pasó mucho el viejo indiferente e inmutable, sobre la pampa ondulante y escamosa serpiente: ya, convertido tiempo, mucho tiempo, y ni impaciencia, ni an de granito.
en fuego, se alzaba corno, trémula llama; ahora, helo, ni piedad, mostraba el viejo indiferente en El viento hasia sonar las hojas del árbol, y las era el árbol que levanta hasta la vecindad del era el árbol que lev inmutable sobre la pampa de granito.
aves del cielo vinieron a anidar en su copa, y cielo su cerviz, ahora el arroyo que suelta en Cuando la cavidad de piedra fué colmada, el sus flores se cuajaron en frutos; y el viejo solto rapida corriente sus ondas. Siempre inasible.
viejo echó en ella la simiente, y arrojó al niño entonces al nido que dejó de llorar; toda blanca siempre nuevo, recorria la infinidad de las apade como se arroja una cáscara sin jugo, y no la cabeza de canas; y los tres niños tendieron las riencias sin fijar su esencia sutilisima en ningumanos ávidas a la fruta del árbol; pero el flaco na. por esta plasticidad infinita, siendo de anco: y luego, levantó al último de los pe gigante los tomó como cachorros, del pescuezo, divinidad del mar, personificaba uno de los asquesos, y le dijo, señalándole la simiente ente y arrancó una semilla y fué a situarse con ellos pectos del mar: era la ola multiforme, huraña, rra. a. Has de regar esa simiente. y como él le en cercano punto de la roca, y levantando uno incapaz de concreción ni reposo; la ola, que ya se preguntase, todo trémulo de angustia. Padre, en de sus pies junto los dientes del primer niño con rebela, ya acaricia; que unas veces arrulla, otras donde bay agua. Llora; la hay en tus ojos. el suelo: justo de nuevo con el suelo los dientes atruena; que tiene todas las volubilidades del contesto; y le torció las manos débiles, y en los del niño, que sonaron bajo la planta del viejo impulso, todas las vaguedades del color, todas las modulaciones del sonido; que nunca suhe ni cae de un modo igual, y que tomando y devolviendo al piélago el líquido que acopia, impone a la igualdad inerte la figura, el movimiento y el cambio.
Paso de la Vaca SASTRE Del libro Motivos de Proteo, de José Rodó.
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