Núm. 36.
VIA LIBRE Preludios de la Lucha polupanyia no sería difícil encontrar base de acuerdo en que se encontrarían los elementos contra de las bayonetas; otros mezclaban los No serían los sindicalistas obstáculo para rios. Los consejos de industria y políticos, ingredientes con que se hace la irriuna eficaz obra revolucionaria por divergen. esquema de la organización de una econotada pólvora.
cias sobre la organización del futuro régi. mía socialista y escuela de sus hombres, irían men. Cuando menos no se negarían a cola fundiendo diferencias. la acción uniría vo Hermosas bayonetas, dijo el borar en la obra de la inmediata instaurs. luntades.
general cogiendo una; magnífica pólción del soviet. Este sería el terreno neutral vora. agregó tomando un puñado. quién atravesarán primero esas bayonetas el corazón o le hará esta pólvora pedazos. Ay! mí. dijo cantando el obrero.
por FRANCISCO PI LOS AMOS. Para quién será. volvió a pre. Fracaso del Estado guntar el sacerdiste, el delicioso li Cada día tiene lugar un fracaso del ¿Por qué afiláis el cuchillo que ha cor que extraen esos desdichados? Estado, y cada día renace la ilusión de atravesaros. Por qué fabricáis la. Ay! Para vosotros. dijo can de que basta un acto del parlamento pólvora que os ha de matar?
tando el obrero.
a un aumento de empleados para obtener el resultado que se ansía. En vosotros que holgáis, la riqueza El sacerdote, el capitalista y el ge ninguna otra cosa muéstrase mejor la y la felicidad; la miseria y el dolor neral llegaron a las puertas de la ciu tenacidad con que la fe se aferra al jay! a mí que trabajo. dijo cantando dad. Cerca de ellos se levantaba un corazón del hombre. Desde que la soel obrero gran edificio. Entraron en él. Era una ciedad existe, la experiencia nos preUn capitalista, un sacerdote y un gran fábrica en que se hacía de todo. dica, diciéndonos. No confiéis en las general llegaron a un campo.
Desde las cinco de la mañana hasta leyes. apenas si ha bajado esta Labrábanio hombres y bestias a un las ocho de la noche trabajaban en confianza. si el Estado cumpliese tiempo.
ella por un escaso jornal miles de al menos sus deberes más evidentes, Unos trabajadores guiaban allá el obreros de ambos sexos.
excusaríase ese su celo para imponer arado; otros cortaban aquí la mies ya. Era ya por la tarde y estaban can otros. Si no hubiera que trinar contra formada; otros aventaban la paja, y sados; pero seguían unos tejiendo fi su administración de la justicia, tan otros cargaban el trigo en acémilas. nísimas telas, otros puliendo finísimo defectuosa; contra tantos aplazamienSudaban todos, ennegrecidos por el oro, otros sacando en sus cañas el tos y gastos infinitos, contra la ruina sol, rendidos por la fatiga. cristal de los hornos, otros labrando que trae, en vez de la reparación; con ¡Qué trigo más hermoso! dijo piedra, otros haciendo encajes. Se tra su costumbre de obrar como tirael sacerdote tomando en la mano un fabricaba allí de todo lo que el gusto no cuando debiera ser un protector; puñado. Para quién será este trigo? y el lujo puedan apetecer.
si no se hubiera oído hablar de sus ¿Para quién el blanco pan que se ha. Para quién serán, exclamó el complicadas necedades; de las innurá con su harina?
capitalista. tantas riquezas?
merables leyes que presume conoci. Ay! Para vosotros, dijo cantan. Ay! Para vosotros. dijo can das de todo ciudadano, cuando no hay do el obrero.
tando el obrero.
uno que las conozca; de las fórmulas tan variadas, que deben preveer toEl sacerdote, el capitalista y el ge El sacerdote, el capitalista y el ge dos los casos posibles y que crean neral siguieron su camino. Cerca de neral siguieron su camino; pero to muchas más escapatorias que soluciola ciudad vieron a unos trabajadores davía antes de entrar en la ciudad hi nes; si en una palabra, se hubiese que entraban en una bodega. Los si cieron otra parada.
mostrado juez capaz y defensor del guieron. En el lagar pisaban la uva Entraron en una hermosa fábrica derecho, en lugar de ser traidor y hombres medio desnudos que baila; de armas.
cruel, entonces sí se podrían esperar ban sobre los racimos como diablos Los jornaleros trabajaban y traba de él algunas otras buenas acciones.
mal humorados. Sus gotas de sudor. jaban. Unos recogían en palas el bronHERBERT SPENCER se mezclaban con el rico zumo de la ce fundido que forma los cañones; vid. Estaban flacos y tristes, pero otros pulían las hojas brillantes de Joaquin Alcázar está autorizado para recibir suscriciones a VIA LIBRE en la Barberla bailaban.
las espadas; otros afilaban las puntas de Leonardo Cartin, Cuesta de Moras.
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