Núm. 12.
VIA LIBRE Carlos Liebknecht Era Carlos Liebknecht, enjuto de carnes, alto, desmadejado. Al mover sus brazos parecían éstos aspas. Todas sus actitudes, su gesto, su mirada, su palabra, revelaban in quietud, desasosiego. Sustancia revolucionaria. Más que sus discursos valían sus interrupciones. Eran cortantes, precisas, don de caía el filo tajaba una mentira, un pre.
juicio, y la eficacia del golpe se revelaba en el desasosiego de las gentes. Su ironía, su cólera explosiva hacían reaccionar violenta.
mente a los que le oían. En la mendaz sociedad del Reichstag, los valientes diputados de la burguesía alemana rugían cuando Liebknecht hablaba. más de una vez su indignación les llevó a intentar derribarle de la tribuna. Entonces no temían la amenaza de la revolución, no creían en ella. Pero este mismo instinto zoológico que hacía rugir a los profesores, abogados y sabios, era el que transplantado a la calle había de acabar con la vida del más digno y más generoso de los alemanes.
La primera vez que vi a Liebknecht fué antes de la guerra. Era en el Reichstag. Le había sido concedida la palabra. Desde su escaño se dirigía a la tribuna. En la mano llevaba unas cuartillas enrolladas. Una sonrisa crispaba su faz. Los lentes brillaban a los reflejos de la luz no dejando ver sus ojos, que eran pequeños y vivos. Un bigote negro, hirsuto, corto y crespo, y una indicación de perilla contribuían a hacer su tipo más sin.
gular. Bajó en plena conciencia de que iba a la acción, la acción siempre eficaz, a dar otro golpe a la sociedad capitalista. No recuerdo lo que entonces dijo Liebknecht, pero al evocar ahora su figura, a pesar de haberle visto en momentos más críticos y haberle hablado después en varias ocasiones, me lo represento siempre en aquel momento en que por primera vez oſ su voz chillona, agre.
siva y desarmónica.
Este Carlos era hijo del viejo Guillermo Liebnecht, el que votó contra la guerra de de 1864 y que con Bebel sufrió prisión por protestar, frente a la Alemania en orgía, contra la anexión de Alsacia Lorena. Guillermo Liebknecht, hizo triunfar en Gotha el in ternacionalismo frente al nacionalismo de los partidarios de Lasalle y de Schwcizer. este puro espíritu internacional fué herencia de su hijo. Desde el principio de la guerra afirmó éste su actitud. Ni con unos, ni con otros, de los estados capitalistas en lucha, si con la Internacional. Pero a él, socialista alemán, correspondía luchar contra su Gobierno. Por eso estaba frente a los mayoritarios traidores la victoria ni la derrota! Lo que interesa es el triunfo de la revolución social. Liebknecht, en una tarde de Mayo, al.
zó sus desmadejados brazos en la Potsdamer al socialismo, y cooperaba con los minorita. Platz, en Berlín; y lanza el grito de rebeldía.
rios de Haase, porque sin estar identificado El solo, y unos cuantos amigos suyos. Pocos.
con ellos, veía en éstos la voluntad de la re Los del partido, reprueban su acto. en la volución. Liebknecht tenía en el partido una cárcel, dura en malos tratos, en hambre y susituación especial. Era su programa de ac frimiento, Liebknecht hace zapatos. Si no ción, de antimilitarismo y de repugnancia de concluye su ta ea diaria, el presidiario no po.
la defensa nacional, demasiado radical para drá dedicarse a la lectura, no podrá escribir compaginarse con las plácidas prácticas del a los suyos, y Liebknech consigue, después de unos días de esfuerzo, dar satisfacción a las exigencias impuestas por sus torturadores, ejecutores de la justicia maudada hacer por Guillermo de Hohenzollern.
Salió de la cárcel para hacer la revoiu.
ción. Porque la revoluc ón no solía hacerse nada más que por Liebknecht. Hasta que Liebknecht no hizo oír su voz en la calle no hubo revolución en Alemania. Cuando los que le conocíamos supimos que la derro.
tá le había abierto las puertas del presidio temimos por su vida. Sabíamos que su destino era morir en los albores de la revolución. creíamos esto porque apreciábamos su inmenso espíritu de sacrificio, su enorme valor personal. Pero creíamos que moriría al frente de los suyos, dando la cara a los ene.
migos de la revolución.
No podíamos ponsar que fuera asesinado por la espalda, que fueran sus verdugos aquellos soldados que él ayudó a redimir.
Ese uniforme gris alemán que se cubrió de oprobio en la guerra, se ha manchado con el crimen cobarde y vil en la revolución. la muerte de Liebkoecht es un ejemplo de CARLOS LIEBKNECHT tenacidad revolucionaria. El sabe que si buNació en Leipzig en 1871. Practicó la aboga. ye será muerto por la espalda. Pero intenta cía en Berlin. En 1907 fué condenado a prisión librarse de sus guardianes. Si lo hubiese por la publicación de un folleto antimilitarista. conseguido hubiésemos leído al día siguiente Fue elegido diputado del Landtag prusiano en que Liebknecht libraba nuevos combates en 1908, y del Reichstag en 1912. En 1915 fué des. las calles de Berlín.
tinado a un batallón obrero en el frente occiden La amistad de Liebknecht con Rosa Lu.
tal. consecuencia de la manifestación de 1º de xemburgo, es una curiosa amistad revolu.
cionaria. Era Rosa, la que inspiraba a Liebk.
traición» a seis años de presidio. En octubre de necht. Rosa que nació en Polonia, que desae 1918 fué puesto en libertad. Murió el día 17 de niña luchó en las calles de Varsovia. Rosa enero de 1919 asesinado en las calles de Berlin que presenció en Rusia la revolución de por los soldados de la Guardia.
1905, trajo a Alemania la sustancia revolucionaria tan contraria al pesado espíritu de partido oficial. El era miembro del partido, la Democracia social de cuño germánico.
pero no de la agrupación socialista del Este sentimiento faltó al pueblo alemán.
Reichstag. Con su amigo Ruhle, fué el pri. Por ei ansia de pan y de incredulidad ha ca.
mer «independiente. Con Rosa Luxemburg pitulado ante el enemigo; por creer que la y Mehring publicó la revista Die Internatio. agitación espartaquista retrasaba el goce de nale, suspendida por la autoridad militar la paz, ha asesinado a sus redentores. El primer número, único publicado de esta Scheidemann, nombre que será un oprobio revista, define la actitud de Liebknecht ante en la historia del socialismo, ha comentado la guerra. Una actitud de intransigencia, de friamente la muerte alevosa de Carlos Liebkclara y decidida oposición. Qué importan ni necht y de Rosa Luxemburg, diciendo que BUNDIO SECO Esquina Suroeste del Mercado Ha recibido cuchillas de bolsa, cucharas, tenedores y cuchillos de mesa, todo de buenacalidad y de fabricación inglesa: Existencia de sacos de gangoche: Abarrotes y Licores: Se vende todo a precios muy bajos.
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