Anti-communismCominternCommunismCommunist Party

Informe del Comité Central del Partido Comunista de la República Argentina al Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista 1928 00 00 en el movimiento comunista de la Argentina. Solamente podemos concebirlo por la falta de información o, mejor dicho, por informaciones interesadas que desnaturalizan los hechos mas elementales con el propósito de salvar a malos elementos de la responsabilidad en que han incurrido. nos lo explicamos así porque sabemos que el propio delegado Codovilla, aun cuando supo apreciar todo el significado de esta acción y conocía bastante a los elementos que intervenían en ella para saber que eran elementos indeseables en las filas comunistas, esgrimió como base para su actuación en las discusiones posteriores en Moscú la consigna anticomunista de salvar a Rodolfo Ghioldi. posiblemente el mas responsable de todos en la situación actual del Partido.
Pero nosotros insistimos en que admitir que se desoriente políticamente al partido pos intereses personales; admitir que dos miembros del CC o una mayoría precaria del mismo, en complicidad con un delegado irresponsable de la Internacional Comunista, trabajen para destruir y destruyan todas las normas mas elementales de la organización de un Partido, para dar satisfacción a intereses a ambiciones personales; admitir esto, es destruir todo el movimiento comunista y entregarlo en manos de arribistas sin ninguna responsabilidad. Sostenemos que trab ajar por salvar a elementos de esa naturaleza, por mas autoridad que hayan tenido en el Partido, es hacer una obra anticomunista, dado que el movimiento comunista debe depurarse sin contemplaciones de elementos de esa naturaleza.
La disciplina de la Inte rnacional Comunista relajada Los primeros resultados de esta situación han sido relajar completamente la disciplina del Partido. Asimismo, la actitud de la mayoría del CC sirvió para relajar también la disciplina frente a la misma Internacional Comunista.
Al descubrirse el asunto de los telegramas en la sesión del 20 de julio, y al tener conocimiento de que el telegrama de la IC que fue destruido en Montevideo decía que se suspendiera toda discusión, la mayoría precaria del CC expresó, por intermedio de Rod olfo Ghioldi que no podía acatarse esa resolución dado que había otras divergencias que el Comité no conocía ni había tratado, sobre la cuestión de la guerra y la cuestión del trabajo municipal. En esa reunión, sin entrar a considerar las divergencias y ba jo la presión de los elementos comprometidos en el asunto de los telegramas, se llegó hasta la enormidad de resolver en envío de dos informes en disidencia, designando a los que debían hacerlos, sin saber cuales eran esas disidencias ni en que consistían y solo con el propósito de intentar con ellas justificar el envío de esos telegramas. Solo en la reunión siguiente, dándose cuenta esa mayoría preca