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Informe del Comité Central del Partido Comunista de la República Argentina al Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista 1928 00 00 han cometido toda la serie de violaciones a los mas elementales principios de la organización comunista, que han hecho inevitable la división del Partido. Esa mayoría no quiso proceder como debía haberlo hecho un Comit Central, tomando las medidas del caso contra los responsables de esos hechos vergonzosos que estaban en pugna con la elemental honradez de procedimientos que debe caracterizar a todo comunista, según reconocía en una de sus cartas del delegado Codovilla. Con la suspensión inmediata de Romo y Ghioldi y plantear ante la IC las actitudes de su delegado Raymond, como hubiera debido resolver un CC digno de ese nombre, se hubieran evitado todos los hechos posteriores. Pero para salvar de la responsabilidad en ue habían incurrido a Romo, Ghioldi y Raymond, la mayoría se prestó al juego de las divergencias políticas para proceder mas tarde con tanta irresponsabilidad como éstos.
Para desviar al Partido de una posible discusión de este asunto, se comienza a hacer circular entre la base del partido que había graves divergencias políticas, pretendiendo acallar en toda forma la posible impresión que pudiera hacer mañana en esa misma base del partido la cuestión de los telegramas. era el propio secretario del Parti do, era Rodolfo Ghioldi, era Raymond, los que iban llevando estos asuntos a elementos de la base del Partido.
Cuando el compañero Penelón intentara, previo asentimiento de los mas destacados elementos de la mayoría, convocar una reunión extraoficial de los militantes mas destacados y del delegado de la IC para conversar sobre la crisis y tratar de hallarle una solución, Pedro Romo enviaba la nota que figura adjunto en la que se ve que no tenían ningún inconveniente en que se citase a miembros del Partido que no fueran del CC para tratar las pretendidas divergencias políticas, peor no querían que saliera de los marcos del CC el asunto de los telegramas, que demostraba la naturaleza de esas divergencias y la clase de elementos que el Partido tenía a su frente.
Ya en el CC se había querido restarle toda importancia al asunto de los telegramas. Al tener la confirmación de esos telegramas, la mayoría no quiso discutir este asunto. Posteriormente, en el titulado Comité Ejecutivo Ampliado se quiso también restarle mportancia a la cuestión, a pesar de que el secretario Romo manifestara categóricamente como puede verse en las actas del Ampliado publicadas en La Internacional que él volvería a hacer lo mismo en ocasiones parecidas. nos llama la atención que la propia resolución de la Internacional Comunista trate de restarle valor a este asunto cuando se trata de fundamentales principios de organización y de un problema político de importancia, cuyas consecuencias podemos observar hay