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La lucha contra la quinta columna del fascismo del fascismo en América Latina 1938 03 31 masacre en el momento que creyó oportuno, asesinando a los luchadores de la Alianza Augusto Pinto, Mauricio Mendes, João Varlota y João Costa hiriendo a varios otros gravemente.
La lista de estas provocaciones haría necesario un verdadero catálogo de actos criminales cometidos por los trotskistas contra el pueblo.
La lucha contra el trotskismo El proceso contra el Bloque de los Derechistas Trotskistas en la Unió Soviética, ha demostrado plenamente que el trotskismo como dijera Stalin ha cesado, desde hace tiempo, de ser una tendencia política en el movimiento obrero, convirtiéndose en una banda sin principios y privada de toda ideología. Banda de saboteadores, de espías, de asesinos profesionales La esencia del trotskismo en América Latina, como lo corroboran los hechos antes esbozados, es la misma que la que el sensacional e histórico proceso ha demostrado. Trotsky no es un ideólogo, es un bandido; no es un dirigente político, es un agente a sueldo de la Gestapo y del Intelligence Service. los trotskistas son provocadores y divisionistas dignos de tal jefe. Pero el trotskismo en América Latina halla aun posibilidades de encubrir sus actividades al servicio del fascismo con cierto barniz ideológico. con posturas políticas. De aquí que es indispensable llevar a cabo una lucha implacable por el desenmascaramiento completo del trotskismo y de cada trotskista.
En la URSS el trotskismo había adoptado la tá ctica de las dos caras, de la lucha traidora con el carnet del Partido en la mano. Su táctica en América Latina es semejante, sobre todo desde que la luz de los últimos procesos esclarece la conciencia de las masas. Por esto es urgente extremar la vigilanc ia de clase para hacer imposible este juego de doble cara en las organizaciones populares y proletarias.
La lucha contra el trotskismo en América Latina no puede ser hecha mecánicamente limitándola a anatemas contra los criminales juzgados y ejecutados por el Poder Soviético. Al trotskismo hay que combatirlo a acusarlo ante las masas con sus propios hechos, con las acciones criminales que realizan en el seno de nuestro propio movimiento libertador, exhibiendo de modo primordial lo que está mas cerca de la ompresión y de la propia experiencia de las masas, al lado de su traición en la URSS, en España y en China.
La mentalidad de los jefes políticos que se muestran permeables a la propaganda fascista y reaccionaria del anticomunismo, solo puede ser modificada en beneficio de los intereses de nuestros pueblos, cuando las grandes masas comprendan el papel del trotskismo y lo combatan. La lucha contra el trotskismo en América Latina solo puede ser eficaz cuando sea transformada