TrotskyTrotskyismWorkers Movement

Informe de Pérez a la IC 1938 00 00 puestos en práctica contra los traidores trotskistas zinovievistasbujarinianos.
Todo ese conjunto de hechos exhiben en forma aguda la existencia de un hondo malestar en nuestros partidos y plantean la necesidad de afrontar el problema para esclarecerlo totalmente y encontrar su solución. La existencia fehaciente de tales actitudes, posiciones y tendencias no pueden ser miradas como hechos episódicos, sino como cuestiones de una suma importancia para el porvenir del movimiento popular y de la vida misma de nuestros Partidos. Estos hechos entrañan un grueso peligro no sólo para nuestra disciplina internacional, como secciones de la IC sino que son actitudes, posiciones y tendencias que abren un ancho camino a la penetración del trotsk ismo en nuestras filas, abonan el terreno para el trabajo criminal de estos elementos y socavan las bases mismas de la unidad en nuestros Partidos, de la unidad en la IC y de la unidad del movimiento obrero y popular, comprometiendo así todo el porvenir del movimiento popular libertador en América Latina.
En el fondo de este problema se halla todo el cúmulo de errores asados cometidos por nuestros partidos, especialmente por sus direcciones; las actividades precedentes del Bureau Sudamericano, en el que pa rticiparon de manera decisiva dirigentes de los diversos partidos sudamericanos, y las del Sub comité del Caribe; las resistencias actuales a la justa aplicación de la ínea del VII Congreso, resistencias que existen objetivamente en algunos partidos de manera mas franca en unos que en otros; los remanentes semi trotskistas de las viejas posiciones sectarias que no han sido todavía extirpados y ni siquiera esclarecidos y combatidos con la fuerza que es necesario.
Esto hace absolutamente indispensable plante ar y esclarecer todas las actividades pasadas, las posiciones adoptadas en época anterior, la táctica y los métodos puestos en práctica entonces, fijando las responsabilidades respectivas. esto, no solamente ante nosotros mismos, sino ante nuestros Partidos y ante la masa de cada uno de nuestros países en general.
Solo un análisis estricto de nuestras actividades pasadas, solo un alance autocrítico precioso de ellas y de las posiciones de los dirigentes que intervinieron en ellas, pueden ayudarnos y ayud ar a nuestros partidos a liquidar concepciones erróneas, métodos falsos, procedimientos incorrectos; a reforzar nuestra vigilancia de clase, rudamente debilitada en la actualidad; a armar e inmunizar a nuestros partidos y a nuestros militantes contra el tr otskismo; a comprender y aplicar en toda su amplitud y profundidad la línea del VII Congreso.
La confusión que sobre las actividades del pasado existen en la actualidad, las falsas apreciaciones predominantes aun, al ausencia de una autocr