LA REVOLUCIÓN Eso sucede pues en una escuela; y en las otras ¿no sucederá lo mismo. esas son las medidas económicas de nuestros hombres de estado. No es un de ber social, ya que vivimos un sistema anticuado e injusto, proteger a todos los desheredados de la suerte hasta donde sea posible para evitar la miseria que casi siempre es la causa de todos los delitos en el pueblo?
Pero no: esas crueldades son necesarias pura que sea posible hacer derroches en otras partes Los lamentos de tanto inocente hambriento, gravitarán irremediablemente, implacablemente, sobre las cabezas de nuestros estadistas ces, ste, con aire infantil Pensamientos de Víctor Hugo Hablar con los mudos es hermoso, pero hablar con los Del infierno de los pobres se forma el paraíso de los ricos.
Nada endurece tanto el corazón como hallarse caliente entre dos sábanas.
exterior? No ayudó usted a los malos esos procedimientos no me dieron resultados gobiernos que contrajeron esa tremen satisfactorios; cada vez era más deficiente el da deuda, mientras nos han dejado aprovechamiento y comprendí que de seguir a nosotros bostezando de hambre, en así, no quedaría otro medio que expulsadas de la escuela. En vista de eso, decidí dar cuenta tanto que otros lo han acaparado todo a la Directora de lo ocurrido, y ésta, tomando y tienen los bolsillos repletos. Ustedes cartas en el asunto, se presentó un día en la que han encarrilado mal la cosa pú clase y llamó a una de las niñitas por mí indi blica, son los responsables de que el cadas. Se presentó; llevaba la cabellera muy trabajador esté saboreando esta crisis. enmarañada, la cara pálida, amarilla, el traje No podrán jamás decir que por culpa sucio y en desorden nuestra, de los obreros y campesinos. En su casa no hay agua. preguntó la Directora con tono severo.
se deben aquellos millones, pues lo que La chiquilla bajó la cabeza y no contestó nos ha tocado es andar jibados, porque nada.
ya no aguantamos la carga. tampoco hay jabón. insistió No importa que pisoteen nuestros aquélla.
derechos, porque alguna vez será de día.
Dice el Sr. Diputado Chacón que ayupropio de su edad, contestó que no, que en su dará a fomentar la agricultura. Está casa no había jabón; y explicó, que ella era hija de una cocinera y que no tenía padre, que su muy bien. Pero yo le aconsejaría más madre, salía todos los días muy de mañana bien que en la prórima sesión hiciera para el empleo, y que no volvía sino hasta en saber a sus compañeros que es un acto la tarde, pero que al salir, la dejaba un poco de de inconsciencia el que están haciendo café, que ella a la hora de almuerzo, calentaba en momentos tan dificiles, mandando al en casa de una vecina y lo tomaba con lo que Congreso 49 individuos innecesarios, y ésta le quisiera obsequiar, un pedazo de pano de tortilla; eso era lo único que podía comer a que más valiera economizar esa suma ese tiempo. Por la noche, su madre volvía a la al Estado, así nos evitaremos que nos casa, y entonces le llevaba algo de las sobras señalen con el dedo como a derrocha de la casa donde estaba empleada, era entondores. Es mejor que despidan de sus ces cuando comía algo en todo el día. Explicó puestos a los que están de sobra ¡A tra también, cómo tenía ella necesidad de lavar la bajar todos con honradez! con un gesto ropa que se ponía, en las tardes cuando volvía semejante bastaría para que Costa Rica de la escuela, y cuando no se sentía aperezada. Cuando existía la Cocina Escolar, ella iba levante su inclinada frente.
a ella y entonces así podía calmar el hambre, Señores Gobernantes: si no tratáis después de las horas de trabajo de la mañana.
de cambiar la vía por donde ha estaPero, desde que habían suprimido esa institudo corriendo la locomotora nacional, ción, no comía nada a la hora de almuerzo, la tendrá que descarrilarse, y no nos va a vecina ya no la daba nada para que tomara el quedar ni el palo de la bandera café, porque estaba en muy mala situación.
JUAN PERALTA Se comprende lo demás? Se comprende el por qué del modo de conducirse de aquella Cartago, Marzo de 1930.
chiquilla hambrienta que al comenzar apenas a darse cuenta del mundo, sentía ya sobre sus LAS CONSECUENCIAS DE UNA raquíticos miembros los tremendos latigazos MEDIDA ECONOMICA de la injusticia social Conversando con una maestra de una de Pero he aquí lo curioso: Todas aquellas las escuelas de esta ciudad, con respecto a la niñitas en que se había operado el cambio a supresión de la Cocina Escolar, tuvimos la que me he referido, eran asistentes a la Cocina oportunidad de ofr de sus labios una relación Escolar, y su decaimiento, con raras excepcioque nos lleno de tristeza y que no podemos nes comenzó a notarse desde la supresión de menos que reproducir.
aquélla. Se hizo una observación en la escueAsí nos habló: la, y se llegó a la conclusión de que eran más Desde hace algunos días, vengo notando de veinticinco las perjudicadas con la mencioque algunas de mis pequeras alumnas han nada supresión. se presentó el problema: cambiado completamente en su modo de Podían las maestras ver con frialdad aquella conducirse en la escuela. Las noto siempre situación? Pero podían acaso dar de comer aperezadas, desatentas y muy poco cumplen diariamente a tantas chiquillas?
con sus tareas Se presentan además, con los El problema se resolvió así: Todos los trajes rotos y sucios. Yo comencé por llamar días se lleva cada maestra una chiquita a su le la atención y reprenderlas seriamente, pero casa y le da de comer. Al día siguiente lleva otra, y así, las van turnando.
La primera elegancia es la ociosidad, pero la ociosidad del pobre es el crimen.
La luz de las antorchas es como la prudencia de los cobardes: alumbra mal porque tiembla.
Las aristocracias se enorgullecen de lo que las mujeres se creen humillantes de envejecer, pero mujeres aristocracias se hacen la ilusión de que conservan.
La utopía de hoy es la carne y el hueso de mañana.
Lo que mueve y arrastra al mundo son las ideas no las locomotoras Se ha calculado que en las salvas y saludos, el mundo civilizado gasta en pólvora, cada 24 horas 150. 000 cañonazos inútiles. razón de seis pesetas por cañonazo, importan 900. 000 pesetas diarias o sean 300 millones al año que se van en humo. Durante el mismo tiempo se mueren de hambre muchos pobres.
Observamos: Los cálculos son del siglo pasado. Si hoy tratáramos de repetirlos, quedaríamos horrorizados porque los cañonazos han aumentado enormemente, y escandalosamente la miseria.
IMPRENTA LIBRERIA TORNO 28 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica,