CommunismProfintern

Informe del BSA al SLA 1933 03 08 En Sud América, en toda la América Latina, se había movimiento sindical nuestro y todo lo que en la Profintern expusieron los representantes latinoamericanos, eran mentiras, que sus informes sobre el estado de las cosas eran falsos y que en base a esas mentiras se había hechos males cálculos y mal precisado las fuerzas, y que únicamente ahora comienza a crearse algo. Que ninguno de los partidos, en forma alguna se preocupó del trabajo sindical y que ninguno de ellos ayude a la formación de sindicatos. Que él no aceleré ni impulso la formación de los cuadros y del movimiento sindical conscientemente, pues no existían todavía partidos fuertes capaces de dirigir el movimiento sindical. Sin partidos comunistas no hay sindicatos revolucionarios.
No quiere perder tiempo en aclarar el contenido de tal posición. Tampoco quiere defender a los partidos en esta cuestión: al contrario, considero que los esfuerzos de los partidos, por crear nuestro movimiento sindical, son todavía muy débiles. Procuramos, con toda la fuerza, dar ese empuje.
Es claro que la intervención del Octavio provocó una gran indignación los representantes de los partidos ante el pleno. El estado de ánimo de pánico de los compañeros de la CSLA, me lo explico por las siguientes razones: a. La agravación de la crisis y el aumento de la opresión, provocó el aflujo de la masa hacia la organización; se formaron sindicatos baja la dirección e influencia de diferentes grupos (del Estado, policiales, reformistas, de agrupaciones pequeño burgueses, etc. Estos sindicalistas se organizan, reorganizan, desaparecen y vuelven a aparecer; a veces son elegidos nuestros compañeros para dirigirlos. Hasta ahora, la CSLA no ha dado una directiva seria e insistente salvo en Argentina, en todos los países organizar las oposiciones sindicales, habiéndose limitado al trabajo de formación de nuestros sindicatos revolucionarios. La formación de una gran cantidad de sindi catos bajo influencias ajenas, sin realizar en ellos un trabajo nuestro, desorientó a la CSLA, haciéndola sobrestimar las fuerzas del enemigo, impregnación de pesimismo y desesperación. La CSLA no tuvo ninguna línea de separar nuestros sindicatos de la influencia pequeñoburguesa que persistió fuertemente en ellos durante todo el tiempo. Eso perjudicó mucho la consolidación de nuestras fuerzas, dio lugar a una gran inestabilidad en las organizaciones y de los cuadros. La permanente resistencia a la ormación de cuadros obreros y al trabajo educativo, la no separación de estos de la influencia pequeñoburguesa la falta de una lucha concreta y constante contra los resabios anarcosindicalistas, el pasaje a la lucha abierta contra nosotros de los grupos equeñobur