GERMINACION determina una ansiedad de superación de alcanzar nuevas formas para una finalidad más grande, más elevada de la vida social.
Es éste un período destructivo donde las fuer zas y anhelos individuales, ansían llegar a un nivel social más justo.
El Arte por sus condiciones sicológicas no puede escapar a esta circunstancia, y así observamos que el Artista se vé compelid, a interpretar en sus obras, las sensaciones de su propio espíritu. Pero en todas ellas se hace notar el deseo de encontrar suprema angustia del Artista la unidad, la concep.
ción social capaz de enlazar todos los esfuer zos individuales humanos.
En estos períodos disolventes la Música ad quiere relieves vivísimos, ya que por sus condiciones emotivas dentro del Arte, es la que mejor interpreta el sentido individuai, Si nos atenemos a la Historia observaremos que los grandes genios musicales tuvieron en esas epocas demoledoras sus más grandes interpretaciones. Chopin, Lizt, Schubert y tantos otros más, legaron a la inmortalidad de los tiempos el sentir doloroso de su espíritu.
En los períodos constructivos de la sociedad humana los que siempre tienen relación con los períodos destructivos porque ambos no son más que dos factores de un mismo fenó.
meno social el instinto colectivo enlaza todos los sentimientos individuales, y el Arte adquiere una expresión creadora de universalidad, que hace difundir la sensación de lo estético, tanto en el hombre inteligente como en el ignorante.
En estas épocas la Arquitectura adquiere una preponderancia incontenible, debido a que por su forma se presta a interpretar mejor el instinto colectivo artístico. La Arquitectura Gótica en la Edad Media, la Arquiveictura del Renacimiento en pleno desarrollo en los siglos XV y XVI demuestran plenamente la unificación de las manifestaciones individuales en el deseo creador colectivo.
En la literatura misma el fenómeno cons.
tructivo se se opera indiscutiblemente, Don Quijote y Hamlet hablan por nosotros mismos, en ellos más que el tipo individual es.
tán representadas las figuras colectivas; son on fin, el vivo dolor de la humanidad reflejado en esas obras oumbres.
En síntesis Hegamos a la conclusión terminante, de que lejos de estar el Arte some.
tido a un motivo económico ineludible, es la realización de una manifestación emotiva de espíritu humano, que toma en determinados períodos las proporciones gigantescas de un sentimiento o de una aspiración colectiva.
ANDRES DORIA CUENTO El Libro y la Espada Como llegaron hasta los estantes desvencijados de la casa de empeño, fué cosa que desconocieron siempre. La miseria, quizá el vicio los entregó al tráfico agiotista, de dor de saldrían deshechos y molidos a rumbos ignorados un libro; un vetusto libraco desteñido por los años, en cuyas mustias páginas, alineábanse en silencio los negros caracteres.
Ella, uno espada; una arcaica tizona de templado acero, en la que puso la patina de los años.
sisi el tono melancólico de las cosas que fueron.
Allí se conocieron, dentro de los muros sombríos de la casa de usura; hastiados de contemplar por luengos años, las humanas miserias de la vira. La heterogeneidad de los objetos alší acumulados, reflejaban el dolor y la miseria confundidos en trágica amal.
gama.
En la intimidad silenciosa de las cosas, habló ella, asqueada de encontrarse al lado de aquel vecino apolillado y sucio. Dime libro viejo preguntó con voz me.