Carta del SSA al SLA 1933 01 01 plantea únicamente como tarea de segunda importancia la cuestión de la división de la tierra entre los campesinos y emigrados.
En la cuestión de las formas de organización, la comisión campesina del XI Pleno exigió que los campesinos pobres uesen admitidos en los sindicales (tomando este de la experiencia en una serie de países. En base a esa circular hemos revisado nuestras formulaciones, tanto mas que las formas de transición entre el campesinado pobre y el asalariado agrícolas en muy complicadas y, a menudo, difícil de distinguir una categoría de la otra (sobre todo en Brasil. En vuestra carta ustedes nos dicen que eso constituye una desviación.
Considero que ustedes, con toda seriedad, deben poner en claro todas estas cuestiones sobre las que reina absoluta incomprensión, tanto mas que estas formulaciones son copiadas mecánicamente por los partidos y les impide estudiar seriamente la cuestión. Me explico la falta de un planteamiento serio de estas cuestiones importantísimos por la despre ocupación existente respecto de América Latina, despreocupación que no corresponde absolutamente a la importancia que juega hoy mas que nunca este continente en la política internacional.
En la cuestión del Perú, se ha aclarado muy poco uno de los momentos mas importantes, que a mi juicio, fue la causa de mi error de sobreestimación del papel de las comunidades. En vuestra carta, ustedes ven como punto de partida de ese error la división mecánica entre la sierra y la costa. Es muy posible que al formularse haya quedado algo de eso, pero les asegure que en toda la discusión de las tesis hemos criticado precisamente por tales formulaciones a los camaradas. Creo que no error ha sido provocado por el deseo de impulsar un viraje en la cuestión indígena, cuyo plan teamiento serio halla la resistencia en los perjuicios de los elementos de los blancos y mestizos.
La relación entre la masa indígena y la mestiza, en parte campesinado pobre y en parte campesinado medio (yanacones) es bastante delicado. Por parte de los blancos y mestizos existe gran odio hacia los indios, menosprecio nacional y, a menudo, plena negación del papel y mismo de la existencia de la masa indígena. Nos vimos obligados a luchar fuertemente contra la formidable subestimación del problema indígena, del papel de las comunidades, etc.
No me cabe menor duda que es un error muy grave la no compresión de que el odio de los mestizos (campesinos pobres y medios) contra el terrateniente los gamonales y el imperialismo es mucho mas profundo que los choques suscitados entre los mestizos, los blancos y la masa indígena. Sin duda que es un error grande separar mecánicamente, en todo el proceso del desarrollo dialéctico, la lucha por la autodeterminación de la lucha contra el imperia