APRAAnti-imperialismBourgeoisieKuomintangLatin AmericaLeninLeninismMarxMarxismMarxismo-leninismoProfinternVíctor Raúl Haya de la Torre

Carta de Haya de la Torre al Profintern [1927-04-14]
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Pero incluso cuando la Liga fue fundada ya vi que la resistencia en contra del imperialismo no fue suficiente. Teníamos que atacarlo. Pero no podemos atacar sin un prog rama político. Por esas razones propuse las bases de organización del APRA y expuse su programa ya en 1924. No conozco los principios básicos del Kuomintang, sin embargo seguí los mismos principios mientras elaboraba mi programa.
Considero oportuno comunic ar todo esto a Ud. porque es muy útil para nuestra discusión enterarse de la historia de todos estos eventos. No penetré en las filas obreras. Como muchos revolucionarios, soy parte de la clase burgués, sin embargo, durante años trabajaba, vivía y luch aba entre los campesinos y obreros de mi país. Mi activad no fue solamente teórica, conozco peligros y lucha auténtica, las persecuciones, cárcel y exilio. Estudiaba a Marx y a Lenin y me consider o a mi mismo un buen marxista y leninista. Pero precisamente por considerarme un buen marxista y leninista, siempre mantengo una actitud realista y estoy seguro de que solamente un enfoque realista puede salvar el movimiento antiimperialista en América Latina de errores.
Teóricamente estoy completamente de acuerdo con nuestro punto de vista marxista sobre los problemas de América Latina. Es absolutamente correcto desde el punto de vista marxista, sin embargo, a mi me preocupa, sobre todo, la pregunta ¿Que hacer? Los métodos que Ud. me recomienda, me parecen demasiado europeos y yo siempre indicaba a Stirner que el problema de América Latina es mejor resolver con el enfoque asiático que desde el enfoque europeo.
No puedo darle un informa sobre toda la situación en una carta. Para esto es necesario realizar una discu sión extensa. América Latina no un organismo social homogéneo. Porque hay transiciones de la sociedad primitiva (las tribus salvajes) hasta los centros desarrollados de la civilización actual. En el mismo continente se entrelazan la barbaridad, el feudalis mo y el industrialismo. El estado como una herramienta de explotación no tiene la forma de un estado europeo, sino toma la forma paradoja de un estado burgués de terratenientes. Bajo la mascara republicana tenemos varios tipos de estados desde los gobiernos despóticos y asiáticos hasta el aparato estatal bien organizado de Argentina y Uruguay. Por esto las actividades del imperialismo se cambian según tal o cual zona. Yo hubiera dividido a América Latina en zonas: mi tesis fue aceptado en Bruselas el Caribe y México, las repúblicas que antes habían sido parte de Bolivia y Chile, las repúblicas del Río de La Plata y, por fin, Brasil.