AnarchismIndividualism

14 ACRACIA rt So O l liay que empezar desde abajo, desde la base. Cualquier forma de organización que no empiece por este principio es tan sólo una mitificación de la organización, es convertirla en una iglesia. Aunque tenga su delegado en Paris o en Madrid; antes que la internacicnal adecuada, el grupo de afinidad con su entorno concreto, SUS elementos en su hábitat, ya sea el trabajo 70 propondría que fuera, fundamentalmente, el trabajoo cualquier otra situación común a los afines.
lo de sus ataduras terrenales y atavicas. Por eso insistimos en la sexualidad, asumida plena y libremente por cl yo. ito queremos introyectar en el o una supuesta ideología anarquista, sino sólo inocularle la rebeldía y la libertad. Rebeldía frente a los poderes, a toda forma de poder; rebeldía frente a las instituciones vigentes que mediatizan la creatividad; libertad para que sea capaz de crear y recrear, y para que nunca nas, ni él ni su descendencia, puedan ser esclavos. 1 orologerol (D) Airl 6. La afinidad, empero, no puede tener sólo la comunidad del ecosistema, sino, y quizá esto es lo imprescindible, la comunidad de :os indivicros. Cuando digo que una crítica despiadada al incividualismo puede hacernos olvidar que el hombre de hoy está aplastado por la burocracia y que se impone rehacerlo, desalienar20, recomp cnerlo, desatando su individualidad, que, entre otras cosas, tiene como comporienti: la rebeldía, podría entenders 9:20 proclamo un nietcheísmo particular. Y, no; tenem. es que tomar al anarquismo como un todo, es decir, en él la corriente individualista, tantas veces vilipendiada hasta por nosotros mismos, es fundamental. 8. Lo individual y lo afín van parejos a la ética en la prazis cotidiana; no una ética fingida, oportunista, que sólo se practica cara a la galería, y que nada tiene que ver con esas éticas mojigatas de la mayoria de los sectarios. La ética a la que me refiero tiene más que ver con Gandhi que con Jesús. Si partimos de la bondad innata del ser, tenenos que buscar la práctica de la bondad. Ya sê que los planteamientos éticos suelen ser fastidiosos, excesivamente moralistas; pero quizá estamos ante el dilema de ser éticos o ser autoritarios. Esta ética ácrata es imprescindible para la acción libertaria.
Es, en otras palabras, la relación lógica y moral entre fines y medics; no, el fin jamás justificará cualquier medio. Nosotros, ei lo social, queremos hacer nombres ibres. Esta afirmación pudiera parecer necia, mas es pertinente. Vcncs interesan los borregos; los cospreciaros. Queremos sujetos atentos a sí mismos en el plano de la superación permanente, mas no para trocarse en pequeños burgueses egoístas, sino en sujetos actiros, comunitrics y sociales. Nuestra primera terea 51 lay tareas prirares es despertar er. yo de los esclavos moderncs, mpesando por nuestro yo; desahogar al yo de sus ataduras sociales y celestiales; despojaro La insistencia en el localismo y en lo subjetivo puede ser considerada anacrónica; mas a nuestro juicio se trata de un requisito válido para la época que corre. Dentro del marco de esta década de crisis del sistema, la solución estatista, ya sea la proclamada por los autoritarios rojos o los autoritarios rosades, sólo puede brindarnos un futuro concentracionario. Los ejemplos proliferan hoy más que nunca. Necesitamos un régimen social autogestionario, ord 0