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TIERRA LIBERTAD LO QUE NOS UNE LO QUE NOS SEPARA DESVIACIONES ESCRIBE RICARDO SANZ, DESDE MADRID LAMENTABLES LAS CONSECUENCIAS EN LA REVOLUCION Es opinión muy generalizada entre la clase trabajadora, de que la revolución social que hoy vive España, tiene y debe solucionar a satisfacción de todos los productores, los problemas de indole diversa que el régimen capitalista había planteado.
La gente huérfana de educación revolucionaria cree que inmediatamente de iniciado el movimiento y durante el período más álgido de su desarrollo, que es el que estamos viviendo, las cosas en todos los órdenes hasta las más dificiles deben ser solucionadas a satisfacción de todos, sin ninguna clase de demora, por encima de la realidad latente.
La multitud no se detiene a pensar ni por un solo momento, que una guerra revolucionaria como la que estamos sosteniendo en España en estos momentos, impone más que derechos, deberes a todos los que no son enemigos do cate guerra y de esta revolución. Las organizaciones obreras han reunido a los explotados, partiendo de la base indiscutible de que el mismo interés los unía frente a la clase capitalista.
El aglutinante de la misma condición económica se consolidó con la común aspiración revolucionario de una tendencia socialista orientada hacia la gupresión de las causas de la esclavitud económica, política y social de los trabajadores del mundo. El lema más arraigado de la Internacional, afirmó la pecesidad de una sólida unión proletaria. La conciencia de clase, nacida al calur de la propaganda de las minorías definidas, fué factor de solideridad en todos los grandes movimientos sociales. Cada gran conquista obrera precisó del ejercicio de la acción conjunta y de la solidaridad entre los asalariados. Está la historia sindical llena de talea lachas y las campaña. internacionales por reivindicacionce económicas y moralee ban logrado conmover el mundo y hacer temblar a los dominadores. La unidad se rompió cuando, en las primeru experiencias de la organización obrera, entró en juego la acción política para la conquista del poder. No sólo se dividió el proletariado en las ramas autoritaria y libertaria, marxista y anarquista, sino que dentro de la tendencia politica del socialismo nacieron al poco tiempo diversos subpartidos, que después de un proceso de luchas agrias y violentas, be crearon interpretaciones propide, haciendo uso del mismo Marx para exponer sus doctrinas. Cada país del mundo ha mostrado a la rivalidad política en sus efectos divisionistas sobre el conjunto social de los hermanos de taller, de fábrica, de campo, de un mismo lugar de trabajo.
La política, en su aspecto activo de participación en el engranaje institu.
cional del capitalismo, enveneno a los trabajadores y los enfrentó de partido a partido, de una organización sindical a otra dirigida por partidos rivales Países hay en que los trabajadores forman en las filas de partidos populares de esencia y dirección burguesas. Países exjaten, en que la dura prueba de la impotencia del pacifismo clectoral y de la agresividad entre los mismos sectores proletarios, ha desmoralizado a las masas hasta el punto de entregarlas atadas de pies y manos a sus más feroces enemigos. Fué precisa la tragedia horrible de una Italia y una Alemania o una Austria vencidas por el fascismo, la amenaza fascista y reaccionaria en todo el mundo, para llamar a reflexión a los que, antes que explotados manconiunados en el dolor y en las esperanxat, re sintieron y procedieron como políticos, como hombres de partido. La unidad nunca han podido hacerla los trabajadores manteniendo sul rivalidades de sector, cuando la ambición guió su. pabos. Dentro de un mismo partido, de cualquier partido, luchas intestinas desarmen la unidad, se produce una se lección entre grupos y prohombres, y la dictadura es la realidad que impone lo que se llama disciplina partidista. Mirad cualquier partido en cualquier país del mundo y lo veréis hirviendo en un infierno de rivalidades personalis tas o aplacados por el puño de hierro de las directivas que logran un absoluta dominio, previa expulsión de los rivalen. Que España no ha sido excepción, lo prueban incontables hechos recientes y lo patentiza hoy una furiosa guerra a muerte entre dos sectores de tin mjemo tronco partidista, igualmente marvista leninista.
En cambio, donde los trabajadores mantuvieron su abstención, ao para permanecer pasivos, sino para obrar directamente desde o organismos de resistencia, donde los obreros quedaron firmes en sus atpiriciones revolucionarias afirmando que sólo la Revolución social les entregaría el derecho a regirse libremente, donde el vínculo se estableció en el Sindicato revoluciopario apartado del torbellino de la política de colaboración, la unidad fué sólida y si hubo disgregación, debilitamiento, pérdida de fuerzas electives, ello se debió a la brutal persecución de que siempre fueron víctimes, a la guerra legal de todos los gobiernos que comprendieron la peligrosidad de un proletariado organizado con vistas a la emoroipación integral.
Esta ce la locción del pasado y le enseñanza del presente. Objetivadas están en miles de ejemplos. Estamos viviendo aquí, pese a las difíciles circunstancias, los efectos de esa supervivencia de la política. Mirad a puestras ma 4a4, vedlas anbelantes de unión, de alianza, de leal cooperación en la guerra y para la transformación revolucionaria. Vedlas aprobar en sus asamblear cop entusiasmo la alianza con sus hermanos del Sindicato adherido a la otra Cep.
tral, Observad el llamado caluroso de la de sus asambleas, golpeando a las puertas de los trabajadores de la U, Qué se opone a la realize.
ción de esa unificación, tan indispensable en çotos momentos? Qué hay que retrase la unidad, quo los mismos sectores políticos que dirigen los organismos marxistas, afirman imperioso deber de la hora. Cuáles son las razonce para que las asambleas obrerae de la no estudien y apruehen las proposi.
ciones. Por qué no topa cuerpo la alianza obrera revolucionaria que en todos los diarios confederalce y anarquislag se propicia?
La respuesta es clara, tajapte, concreta. La rivalidad política, la descon.
fianza mutua entre los sectores políticos, las líneas tácticas de uno u otro partido, son cocollos puestos a la unidad. Se cumple una vex más la dolorosa ver.
dad: quc pesando más la conveniencia política que las necesidades del proletariado, éste, cuando no ejerce el derecho de obrar por su propia cuente, pasando por encima de los que se oponen a sus descos y conviccionca, de man tiene receloso, a la espera de resoluciones de eus elementos directores, Nos une, a todos los que trabajamos, nuestra condición de proletarios Nos une el lugar de trabajo, el oficio, el Sindicato, Nos separa o quiere man.
tenernos separados el jucgo político. Como productores, podemos organizar la economía, ser ducños de nuestros destinos, utilizando los Sindicatos, las colectividades agrarias, las Comunas, los Municipios La guerra y la Revolución exigen la alianza obrera. Por encima de todos los impedimentos originados por la política, hay que realizarla sin fardanza.
La vorigine de la sin per lacha que sostene mos hace, sin dude, que muchos compaberos novcan el alcance pelaro que adquieren ciertas posturus completamente en desacuerdo con la moral revolucionaria que debemos obser var, particolarmente, según mi criterio, CEADtos por la volonted. del pueblo ostcntatos car ços de respontabilidad en la opeva edrocloración que te da Españt.
Por nera parte, bemos propogado do rante toda nuestra vida por que en las rela clones de convivenci, social entre los home bres no prevalesce, om vez logrado el tan anhelado triunfo de revolución social, el tan maldecido y odiovo milenario criterio de superioridad de jerarqol de a ker sobre otro (rompiendo la equivalencia de derechos y de beres que ha de evinirii nuchro régimen ba de ser jasto. en detrimento, siempre, de aquellos a quienes se les considera inferiores.
En algunas colomnas de este sector, se viene observando, con barto disgusto de muchos mi.
licianos, que los delegidos de cenigria y de más graciones manifeann a diagono a los milicianos no les tratan de usted, pretendiendu establecer a un falso respeto que repegna a foda conciencia libro; pretenden malar el espiritu fraternal de camaraderia soplantándolo por el servil y bonillante de Ja obediencia foreon. que nadie crea que, al abogar por que el trato en el ejército del pueblo rea de rá as porque en mon pregnados de mojigaterfa sectaria o que dicerepétos de la meteridad de que en el ejército exitta el concepto de la disciplina: todo lo contrario; pero pretendemos que esta ma impacata por seres que por su buen comportamiento me bayan gonado la simpatías de quienes han de sufrir los consC.
cuencias de los actos que la obediencia lleva en sí, en manera alguna impuerta para matar IA personalidad del combatienie, ale viej1 Danes. Que es imposible imponer la dieri.
plina por cute procedimiento? QuizíJgunas menici infatuadas por el cargo que la revolu.
ción les ha confiado lo crean asi; pero tene.
mon chemplos contundentes de todo lo con trario: Alli citi lo honrou buforia do puc tro malogrado Darroll, par jurificar onesti lesis, En ninguna de la columnas que se han conultado despace que la lucha empezó ha exlntido ni existe, dergreiddamente, tan rigu.
tou disciplina como en la que lleva el nom.
bro de nuestro compañero y, sin embargo, te enfaduba y reprochaba, siempre, quien al bablarle le trataba de asted. Por qué no to.
quan ejemplo de intachable conducta del héroe desaparecido quienes tienen que efec.
tuar funciones orientadors en el orden de la Kucra? Saldriamoguhando mucho, l, en vex de subir les el mando a la cabeua. los Tudidos, se les hajar li prudencia el co.
razón para no soñar en per emperadores de Id centuris, regimento o batallón que man.
dan; además, debe ocurrir al en la bien, pues de oim forme poede ocurrir que los mandados de manen imprudente tomen le derlatón de abrirles agujeros en las venes.
lo, insensatos, para que por ellos se le vayan las manías de considerare soreriores o los demis compañeros de lasha. Mucho cuidado!
Es eJuanente contrarrevolucionario y por ello muy peligrosa otentar contra el principio de 14 igualdad.
José MAVILLA Barbastro, enero de 1937, UNIDAD SINDICAL PARA SOCIALIZAR El deber más fuodamental que impone la lora presente de nuestro pais a todos, es el deler de ganar la guerra y la revolución, y cuo deber, ha de ser fundanıental para todos los que no son fascistas, conscientes o inconscientes, que también hay muchos.
Hay que administrar lo más conscientemente posible, todas las reservas en cxistencia, porque en ello va la escanez, la posible miseria de mañana. Hay que racionar con una cacrupulosidad mediana, todo aquello que pueda constituir un elemento preciso y que pueda su agotamiento crear un problems inquiciante para mañana, No se trata de ser usureros con nosotros minutos. Eso seria imperdonable en quien tal prctendicra entre la colcctividad proletarit, pero si hay que ser previsorco, porque así lo aconsejan las ncceeidades de la propia revolución.
Las actividades de la retaguardia deben marchar al unisono de las dc vag.
guardia. Si milcs de liernianos nuestros dan cada dia la vida generosamente en las trincheras, por la causa común de totlog, es lógico que los demás camaradas que viven en la rctaguardir, no regalen abeolutamente ningin sacrificio para lograr el triunfo definitivo de la revolución ya que esta no se hace en beneficio de un núincro determinado de personas sino que se hace en beneficio de toda la humanidad.
Reciprocamente, debemos hacernos los unos dignios de los otros, sin que el menor roce pueda enturbiar la marcha de ntcatro gran movinticnlo.
Hay que llevar al ánimo de todos, que la guerra y la revolución llcvan en si aparcjadas el máximo de sacrificio, por parte de cada uno de nosotros y si lo hacemos así llegaremos a la conclusión de que los monicatos que vivimos, con momentos de sacrificio, y no de otra cosa.
Los que vivieron cn los países Jeligerantes durante la guerra curopea, nos podrían ilustrar de las muchas calamidades que pasaron en aquellos cuatro años de cruteptas luchas, y ein embargo, entonces no fo ventilaba como de ventila ahora el porvenir de la clas trabajadora, no solamnente de España, sino de muchos paísco del mundo.
Es muy lamentable, por ejemplo, que las mujeres en las grandes ciudades, tengan que pareree horas y horas hacicnilo cola, para poiler adquirir alimentos, la mayoría de las vecea insuficientes con que nutrir a la familia, pero, si bien ceo es de lamentar, no ca menos lamentable que los compañeros fusil al brazo cutén noche y dia en los parapetos, lloviendo y helando, para impedir el paso a los ejércitom mercenarios que sirven a los gencralca traidores.
Crear conflictos en la retarguardia, por la cecasez de patatas o pan, por ejemplo, es indigno de un pueblo consciente de su propia obra y de su propio destino. La hora presente es la hora del sacrificio, la hora de la abnegación. Esa abnegación y ese sacrificio, no puede ni delic radicar tan solamente en los que combaten en la avanzadillas, cino que dele ser patrimonio de todos los enemigo!
del fascismo y del capitalismo.
En la vanguardia se lucha con entereza, y es anhelo de todos terminar lo antes posible con la bestia fascista. Para lograr tal indiscutible propósito precisa, que en la retaguardia, se preste una estrecha y leal colaboración. De no ser así, las cosas pueden complicate y La responsabilidad de ello pesaria en este caso sobre todos los dcaleales.
Vivimos la hora del sacrificio. Que cada uno sa útil en el pucato que ocupe, ya que ello nos tiene que conducir a todos al triunfo definitivo de la gucrra y de la revolución social, EL PLENO DE REGIONALES DE LA Necesitamos construir mucho. Es.
paña necesita más hospitales, escuelas, fortificaciones, caminos, talleres, regde dios, más ayuda a los campesinos en sus duras faenas. Socializando lagraremos estos propósitos. Solo socializan.
do en bien de todos, podremos tener una clara visión de los grandes problemas que debe resolver el proletariado.
Estamos en momentos en que se deben tomar los caminos más terminantes para reorganizar la economía, y ello sólo se logrará cuando esta esté total.
mente en manos de las organizaciones sindicales, sin ser obstaculizada por ningún interés particular do sector.
Es en este sentido que los anarquistas nos dirigimos a todos los trabajadores y a todos los hombres dignos, sean de cualquier tendencia, para que nos acompañen en la noble tarea de llevar adelante, a pesar de todas las dificultades, el mejoraniiento social. Creemos que todos los que tenemos sentimientos sanos podemos unirnos en esta cruzada, que represento el interés colectivo y tin hondo sentido morol de respeto mutuo.
Con el respeto de todos, dejando a un lado murmuraciones que fomentan irresponsables, abrironios paso a la nueva sociedad por todos anhelada.
Despreciemos la maledicencia dertorista, quc se dedica a fomentar la pe.
queria propietlad, obstaculizando la socialización sembrar cl veneno en el almo atribularla de nuestras pobres mit jeres que hacen colas.
Denunciemos y repudicmos como a.
traidores a los que hacen eso y aun quieren volver a los tiempos de los enchufes, de las dictaduras, de la explofación y de la inaniobro politica, de los que aun sucñan con imponer al pueblo de España la miseria y la ignorancia. Del manifiesto de la Federación Local de Grupos Anarquistam, de Barcelona. Dentro de dos semanas se realizará el Pleno de Regionales de la I, a que hemos hecho referencia en números anteriores. El orden del día es amplio e involucra todos los problemas de la actua.
lidad. Por sus apartados y por la oportunidad en que ha de llevar a cabo, tenemos la seguridad de que cate Pleno de nuestra organización señalará una etapa de fundamental importancia en la marcha de los acontecimientos, ya que de sua acuerdos han de derivarse actuaciones inmediatas en toda la España antifascista. De más está que recomendemos a los compañeros la mayor dedi.
cación en el estudio de los puntos del orden del día, puesto que basta su enunciación para que surja con toda amplitud la responsabilidad que a todos los integrantes de la cabo por igual al ir a propunciarse sobre asuntos de tanta importancia, como son los de la rcconstrucción económica, de orden político, de organización interna, de propaganda y el relativo al Congreso Abarquista Internacional.
Cada una de las Regionales de nuestra querida ha de cstudiar en au. Plenos de Grupos con toda atención el orden del dia, llevando así proposiciones concretas que reunidas en el Pleno de Regionales den un conjunto de acuerdos que sirvan de guía y norma para la actividad revolucionaria en enta hora decisiva que cuenta con nuese tra intervención de organización cspccífica del anarquismo ibérico.
Hemos dicho que la 1, afronta los acontecimientos o los va crcando por su acción tesonera. Con la realización del Pleno de Re.
gionales se cumple una necesidad rentida que permitirá puntualizar posiciones y resolver numerosos ospectos de la militancia cotidiana, Con todo entusiasmo, preparamos nuestro Pleno, haciéndonos eco de la iniciativa oportuna del Comité Peninsular. trabajar, a estudior lou problemas como cuadra al anarquismo revolucionario.
La Guerra y la Revolución Hay que ganar la guern. Extamns todos do arperdo. Si la guerra e perdiere, la Revolución también se habría perdido. Por ero nos anima un alán violento de victoria.
Las mis proletarias que no han regateada ucrificia y han regado con su sangre lanta tierra española, ban acudido a la lid en la esperanza suprema de liberarro para siempre del Tuto capitalista que las esclavixaba. la guerra contra los generales insurrectos primero y conin labordas de Talia y de Alemania después, iba ya lan ligada a la licyolución, que la simple penpectiva de que cua Revolución de malogre desmoronaria los frentes de lara Con un relajamiento lamentable de la moral combativa, sin la cual no hay victoria posible.
Por mantener en vigor que ha alcanzado combres de epopeya gloriosa como la do Madrid, hay goe mantener encendida en el corazón de cada miliciano, como na curella lominou, la luz de la fe, la llama viva del entoriasmo. La bella ilusión de que tras esta nerra titanica y cruel, uile tu redención, en libertad, su bicneolar, la dignificación plena y absoluta de la vida de tirerla y de azote. Hay que darle la reforidad de que lo paudo no puede volver, de que la política a la crpofiola y a la curopea ba concluido de larer de las kuyas y que la guerra contra el fascio liene un valor de símbolo porque, abatir el fascismo, hunde para siempre toda una cconomía y una moral, a la que se dispone a substituir con la economía y la moral de la Revolución constructiva, humana y jacta del proletariado.
Por eso la Guerra y la Revolución se non aparecen como una altación perfecta. Por cho precisamente no pueden separarse. el poeblo en armas ganari ambae rosas, porque ganar la guerra, olvidando a la postre la Revolación, reria tanto como afirmar el fracaso de todas la convicciones sociológicas y de todos los anhelos que por latir desde el primer dia en los freplet, bayan hecho po:ible la victoria. Naero Aragón. diario de Caipe