AnarchismAntifascism

. REDACCION, ADMINISTRACION Union, Teléf. 23658 BARCELONA. Precio: Núm. 49 Herra y Precio: 20 cents. Ilbertad BARCELONA LA MUJER EN LA TRANSFORMACION REVOLUCIONARIA F29 12.
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168: Al hacer un llamamiento a la mujer para interesarla en los problemas sociales o para. intentar: su capacitación, nos dirigimos a ella con el término Mujeres. que signitica apartado, división del género humano, y encierra toda la trágica lucha de la emancipación femenina. Cuando el llamamiento és a los hombres, la expresión Compañeros equivale a homi bres: y mujeres, a complemento vital; pero si nos referimos a la mujer no encontramos ex presión que una y comprenda los dos géneros. Esta carencia de comunidad en la expresión referida a la mujer se acusa más aún en los hechos reales, y así, mientras en los problemas y.
actividades principalmente femeninos no suelen intervenir para nada los hombres, cuando el problema y la tarea son o parecen especialmente masculinos vemos cómo en su solución y. al lado de los hombres actúan las mujeres, aunque en el plano subalterno que ellos les asignan.
El ejemplo está ahora vivo en todas partes; en la mayoría de los sindicatos de los pue.
blos ocurre que mientras los compañeros discuten o resuelven un asunto, las mujeres siguen cjerciendo, en el propio sindicato, y con el mismo espíritu servil que lo hacían antes en sus. hogares, los trabajos femeninos de guisar, lavar, etcétera. Desde que comenzó la lucha hemos recorrido muchos pueblos de la España antifascista, y salvo en algunos sindicatos que han aceptado burguesitas más o menos guapas, más o menos mecanografas, sólo hemos visto. mujeres humilladas en la misma esclavitud de siempre. Se nos dirá lo que se ha dicho tantas veces: que la mujer no está capacitada, que ne. cesita prepararse. Pero cn las mismas condiciones se encontraban muchos hombres a quienes otros más capacitados han ayudado con todo interés a que adquiriesen la preparación que les faltaba, y hoy desempeñan eficazmente funciones de gran responsabilidad.
to Unicamente por esta actitud del hombre, por este desinterés que pudiera parecer lose tilidad, se explica la ausencia casi total de mujeres españolas en los comités y diversos departamentos de la nueva organización social. Con el afanoso desco de ser utilizadas que manifiestan la mayor parte de las compañeras, sólo haría falta que ellos ayudaran un poco a capacitàrlas para su incorporación al trabajo común. De cómo esta labor puede ser rápida, dan fe lais ya numerosas mujeres que en pocas semanas han sabido cambiar la aguja de cro chet por la manivela de un tranvía, la rutinaria tarea de coser y cantar. por el trabajo de una fábrica de motores.
La Revolución no puede ser para hombres solos; es preciso que a la transformación revolucionaria incorpore la mujer su peculiar sentido, sú singular personalidad. Para una construccion amplia y completa de la vida, es indispensable y es urgente que el hombre, y.
particularmente nuestros compañeros, desechando recelos de inútiles competencias de sexos, se dispongan a que del término, Mujeres traşcienda un tan ancho significado humano como de la palabra Compañeros.
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24 La fortaleza moral y el espíritu de sacrifi.
cio han sido en todo tiempo el signo distintivo del Anarquismo. Frente a la corrupción de los demás, la austera integridad de nuestros hombres; frente a la desviación y las claudicaciones, la línea recta y la firmeza granítica de nuestros ideales, Hay que sostener y acen: tuar, si cabe, esa característica señera del mo vimiento libertario. La falta de austeridad pue: de ser el talón de Aquiles de la Revolución.
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