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dno VI BARCELONA 13 DE MAYO DE 1909 Epora Númern 28 Tierra y Libertad Número suelto: céntio os Redacción y Administración: Arco San Pablo, 8, Paquete do 30 ejemplares.
Suscripción: España un trimestre Extranjero. 00 peseta 00 BO Alcalá del Valle La escena resultó muy patética. alll quedo para siempre la humana en: voltura del pobre Salvador. o Mulero ha muerto en presidio Sor Mulero Hasta despuéu.
Llega hasta mi lecho de enferma una triste noticia. Son dos líneas que me lee, con voz entrecortada, mi compañero de lu.
chas y fatigas: Salvador Mulero ha muerto en el prec sidio.
Así Mulero despertó cuando el sol parecía que se negara alumbrar el horizonte, porque las sombras de aquella noche eterna sin crepúsculos impedian el brillar majestuoso de sus flechazos, que son fuerza, que son savia, que son vida.
Entonces el resonar de las clarinadas del combate recorren el espacio, van de cortijo en cortijo, de aldea en aldea, de villa en villa. El rumor sordo se transforma primero en rugidos de leon, hasta que el relámpago anuncia al trueno y tras éste un inmenso cataclismo, con su ala de muerte, amena za barrcrlo todo, como si el Universo orgánico con sus icyes cesara de vivir. Era la revuelta precursora de una gran Revolución, era un pueblo que desataba sus iras contra sus mandoncs en Alcalá del Valle.
No quise saber más. Para qué? Esto ya cra bastante.
Me revuelvo airada en la rabia de la im.
potencia porque mi afección a la vista me impide escribir.
No obstante, mis deseos grandes de dedi.
car un recuerdo al obrero que en San Miguel de los Reyes pagó con su vida la deu.
La contraída con la justicia de los códigos penales, dicto este pensamiento, que si bien carece del mérito literario, tiene en cambio el mérito de ser sentido en las horas del dolor.
Hasta después, jobrero amigo! Yo, obre.
ra como tú, con el pensamiento en constan.
te evolución por la lucha de las ideas, perdiendo en estas lides juventud, salud y tranquilidad, no puedo más que dedicarte esta despedida, porque a mí, también como a ti, acaso me depara la suerte el hospital o la a cárcel.
Hasta luego, pues.
Marfa MARÍN Trabajadores que por inconsciente rutina vais misa y hasta os asociáis en los patronatos clericales; Trabajadores que por indiferencia, que vuestros explotadores alaban como honradez, os sometéis marsa indignamente a la esplotación; Trabajadores que confiáis con ridicula candidez en las reformas. camama republicano. radicales sancionadas por la Gaceta; Trabajadores que contais emanciparos ncgociando con espíritu burgués en la cooperativa; Trabajadores que con la mezcolanza del sindicalismo y el socialismo esperáis cl imposible de alcanzar el poder politico, sin vor que ese poder, tiránico siempre, solo será para vosotros una decepción más y la suinisión vuestros jeles y representantes, convertidos de compañeros en tiranos.
Trabajadores que tomais el sindicalismo como medio de organización, de fuerza y de agitación revolucionaria para llegar a la expropiación burguesa y la conquista del patrimonio universal; Trabajadores anarquistas que prestáis a la humanidad el scrvicio de señalar como linico ideal de libertad y de justicia la abolición de la autoridad y de su sostén el Es1ado; Sabed todos que por subsanar las preocu.
paciones, los errores y las deficiencias de los unos y ayudar las iniciativas de los otros, Mulero ha muerto en presidio.
El presidio, lugar de deshonra y de castigo, creado y sostenido por el privilegio, ha dado una vez más honra y gloria un mirtir.
Esa muerte, tras un duro cautiverio, es una severa condenación del orden burgues, una provechosa lección para la masa inerte de los trabajadores y para los trabajadores amasados en los remansos de la desviación politica, a la vez que poderoso estimulante para la altiva dignidad de sindicalistas y an:rquistas.
Posible es que Mulero en Valencia continúe la leyenda del héroe valenciano, que ganaba batallas después de muerto.
Tal vez su muerte ocasione la libertad de sus cinco camaradas supervivientes compancros nuestros una manifestación importante de solidaridad internacional contra la tirania burguesa española, en forma de boicote en los puertos del extcrior.
Al compañero muerto, los honores de la historia los trabajadores corresponde la continuación del pensamiento y de la acción del mártir.
ANSELMO LORENZO EN LA RUSIA AMERICANA Un masacre y una huelga general España atravesaba por un gran sacudimiento social; la tiranía había sentado sus reales en la Península torturando inansal.
va, persiguiendo, matando. La libertad, la cierna Magdalena, corría en pos de sus hijos sin hallarlos, pues estaban en la Nlazmorra. Fué entonces cuando los campesinos de Alcalá se yergucn en son de amenaza, cn son de protesta. La organización social regida por ese monstruo llamado Estado, organiza su defensa y aplasta a los rebeldes. las cárceles se llenan más y más y el santo oficio que hercdamos de Torque.
mada se resucita y los tormentos empiezan funcionar sin piedad y las uñas saltan de los pies por obra del fuego, los testículos se hieren y el dolor continúa su marcha.
Esa fue la obra del Estado en todas las edades: no evitar los estallidos revolucio.
narios, aplastarlos cuando éstos surgen, sin estudiar sus causas, sin analizar sus origenes.
El estado es la muerte. Mata sin piedad, es el monstruo de mil cabezas de que nos habla la leyenda biblica: enemigo de toda renovación, de todo progreso, pretende aplastar todo lo que salga de la rutina y del ayer.
En Alcalá como en Montjuich y en todas partes torturó, olvidándose que los tiempos han cambiado y que los procedimientos ju: rídicos han evolucionado, puesto que la ciencia criminalógica ha demostrado que el delincuente es un enfermo a quien hay que curar, para que sea un factor de evolución y no regresivo. Pero la autoridad, bárbara siempre, lo mismo en la monarquía que en la república, lo mismo en la teocracia que en la democracia, no quiere dar oidos a la ciencia, porque su única misión consiste en defender al Becerro de Oro y en detener la evolución hacia nuevos derroteros sociales.
Salvador Mulero no es una víctima de la dolencia de su organismo. es, por el contrario, un mártir, asesinado por el Estado con sus procedimientos inquisitoriales, por las torturas que le fueron infligidas, por la humedad de los calobozos con su falta de aire y de sol. te es un crimen del Estado y de toda la organización vigente. El principio de autoridad mató a un hombre por defender los intereses de una burguesía rapaz que vive de la sangre de los trabajadores; el princi.
pio de autoridad mato a Mulero por defen.
der a la Iglesia y a todo el armatoste social, y la misión de los buenos ha de ser la de preparar el saldo de cuentas con los que así diezman nuestras filas, y luego marchar siempre en pos de nuestro bello ideal para hacerlo realidad viviente y para nuestro bien y el de todos.
Antonio LOREDO mún, como si el patrimonio universal no defraudara nadie la debida y total participación y cada uno, con su perfecta y absoluia personalidad, ſuera aquel soberano ingobernable de que hablaba Pi y Margall.
En ese feliz estado de ánimo en que se realizan maravillas ha venido la realidad trágica romper el coloreado cristal de la ilusión. Mulero ha muerto!
La noticia cunde en las obras de la Exposición, en las fábricas, en los talleres y en todos los departamentos de la gran col.
mena valenciana se produce una pausa, un momento de recogimiento y meditación, de.
dicado a pensar en aquel pobre agricultor en aque. popre agricultor de veintiocho años que llevaba seis en presidio por haber tomado parte un día en un u movimiento de protesta contra la prisión de numerosos trabajadores españoles encarce lados por cuestiones sociales.
El muerto era un precursor, un apostol positivo del ideal y además un mártir digno de todos los respetos, y para demostrarlo los trabajadores valencianos han realizado un acto importante, saber: Mulero, anarquista y atco, había manifestado su deseo de librar su cuerpo de las ceremonias religiosas, y el pueblo de Valencia, contra todas las censuras cclesiásticas, ha acompanado su cadáver al cementerio civil.
He aquí algunos párrafos resenando el acto de El Pueblo, de Valencia.
Pocos minutos después de las diez salio del penal indultado por la muerte Salvador Mulero. Un grupo numerosísimo de obreros esperaba en la puerta del triste establecimiento. Al través de un camino pésimo pú.
sose en marcha la comitiva.
Las gentes salían a los balcones. Lloraban las mujeres al paso del féretro. El acto resultaba de una tristeza inmensa. Todos recordaban las amarguras del infeliz Mule.
ro, su trágica muerte, lejos de los seres más queridos.
Cuando el féretro llegó a la calle de Sagunto comenzó ya la aglomeración. Inmenso gentio agrupa base en torno de la carroza y engrosaba la manifestación presidida por Torner, en representación de la familia, y Azzati, como albacea del difunto.
Una vez en la puerta de Serranos, acercáronse los representantes de sociedades obreras, de grupos revolucionarios, de sociedades republicanas, con coronas en las que campeaban vivas inscripciones y guirnaldas de flores.
Fué sacado allí el ataúd del coche y envuelto en la roja bandera de la Casa del Pueblo. Sobre la caja figuraba un ramo grande de los anarquistas y la corona de Hores del partido de Unión Republicana.
Se organizó en la puerta de Serranos, de un modo definitivo, la grandiosa manifestación, con el cadáver a hombros de obreros que se turnaban.
No es para descrito el número de escenas conmovedoras que presenciamos. Las mujeres y los hombres agolpábanse a los balcones a las puertas de sus casas, Obreros y obreras de las fábricas instaladas en el camino abandonaban el trabajo para presenciar el paso de la manifestación, que era cada vez más imponente.
En el coche fúnebre y en otros carruajes veíanse muchas coronas. Entre la comitiva figuraban también muchas mujeres.
Al llegar a la calle de Jesús, y ante lo intransitable que se halla el camino del Ce.
menterio, el Sr. Azzati rogó a los obreros que depositasen de nuevo el ataúd en la ca rroza, pues se hallaban dispuestos llevar.
le en hombros hasta el Cementerio civil, labor impracticable, pues el camino, que es muy largo, está además convertido en un infecto barrizal.
Los manifestantes asaltaron tartanas, ca.
rruajes y tranvías; gran número de mujeres del pueblo y de trabajadores emprendieron a pie el camino.
En el momento de dar sepultura, el profesor de la Escuela Moderna, en representación de la familia, pronunció muy sentidas frases, exaltando el sacrificio de Salvador Mulero, pidiendo a los obreros todos la imitación de un tan preciosísimo ejemplo de heroísmo.
Pronunció también breves frases nuestro director, condenando las injusticias sociales que llevaron Mulero, primero al presidio, después al Cementerio, tin la República Argentina. que lantos medioscres y mal intencionados de por ac:i han titulado la segunda República Vodelo, se ha cometido por milesima vez un crimen contra el proletariad.
inilitante, que no se conforma con el estado de cosas actual; con la explotación capitalisia. Min la tirania politica.
El do Mayo tiene ya en la Argentina su lisbria roja. que está ii la altura de la de otros paises y en especial de la gran Republics. del Nor.
te. pues si en Chicago se asesina con toda alevosia al pucblu que se chelaba contra o imperio hírbaro del oro y luego. como un trda tragedia, crearon la correspondiente apoteosis que traj.
como resultado el ahorcamiento de los cuatro hiPoes, conocidos con el nombre de Mártires de Chicayo, en la Argentina, después de aquella gran hudlya del Rosario, de iur. y de la otra de Bucnos Aires, del año siguiente, que tiño de sangre aquella tierra virgen que cn into hubiera proclamado la luz del dia la libertad para todos y sancionara los derechos del hombre, aquellos mis, inos que votaran los Convencionalistas franceses de 1781 43, vió como un Parlamento dictaba una ley draconiana como todas, llamada de extrañamiento para los extranjeros, y desde entonces sc sostuvo una guerra mucrte entre el pueblo y el principio de autoridad. una amenaza de arriba surgia al momento una amenaza de abajo: un atropello aparecia la rebelión abierta de los trabajadores, y así tenia que succder, puesto que las posiciones están bien deslindadas entre el pueblo y los gobiernos y así se comprobaba aquella verdad sostenida por Juar Bovio. Este decía. Lo mismo en América que ca Europa hay dos partidos en continua pelea, ambos violentos; el uno representa el pasado, la rira.
nía, el oprobio; el otro es el laro que señala el sendero por donde el pueblo ha de pasar para ir a la conquista de su libertad y de su cmancipación; en esta lucha ninguno de los dos partidos da su brazo torcer; el uno coarta todas las libertades; la del pensamiento, la más primordial, por medio renta, de asociación unión y de huelga; el otro propaga la rebelinin abierta contra el principio de autoridad, contra el capitalismo y contra la iglesia, para convencer al pueblo y prepararlo para hacer esa gran revolución que ya empezó a manifestarse al dia siguicntc del triunfo de la revolución política. Esos partidos son: el conservador y cl anarquista (1. Ya deslindadas las posiciones, la lucha continúa y no cesará hasta que una de las fuerzas ccda ante el triunto de la otra.
En pocos años las doctrinas anarquistas en la Argentina progresaron grandemente pesar de que la policia trabajara activamente para detencr la evolución de las ideas, pero así y todo, con el gran número de masacres en plazas públicas y ca la calle, con todo el sinnúmero de persecuciones, prisiones y destierros, la propaganda anarquista ha seguido su curso preparando los cerebros de (1) Véase al. a Doctrina de los partidos politicos ca Europay.
de Cómo nos diezman!
Uno más, una nueva víctima cayó después de una ruda pelea por la conquista del pan y de la vida; un hombre rudo, con la fortaleza de un titán, fuerte como un roble, con un cerebro potente y hondo como abismo, colosal como una montaña; éste era Salvador Mulero.
La sociedad vigente, con toda su organi.
zación económica, política y social, mató a un hombre útil para la vida y para el progreso. Nacido en el dolor, vivió siempre pegado al yunque del trabajo; sin saber que un dia caería víctima de aquellos a quien diera toda la sangre de sus músculos y la savia de su cerebro.
La historia de Mulero es la misma de todos los trabajadores que, nacidos en la miScria, tuvieron una vida de privaciones, sin que nadie se condoliera de las torturas de sus cuerpos y de las dolencias de sus almas.
Entonces un rayo de luz iluminó su cerebro, abrió su corazón y preparó sus brazos, Era lógico aquel despertar que surgia para batir los murciélagos que, al amparo de la noche, detenían a la aurora en su marcha ascendente como un rayo después de las tinieblas. como una vida renovada por una muerte, reEl entierro de Valencia está en plena fiebre de actividad y entusiasmo por su Exposición.
Para cumplir la palabra de honor colectiva de terminar los trabajos antes de la inau una satisfacción y con una energía propia de comunistas que quisieran probar su fe amplísima en la grandiosidad del pro co