Magón
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"Magón", o la sorpresa de las palabrasCardona Peña, Alfredo (Costa Rica) (1917-1995)

348 REPERTORIO AMERICANO Magón. o la sorpresa de las palabras que habían Manuel González Zeledón (Magón)
Dibujo de Roe.
Por Alfredo CARDONA PEÑA (En El Nacional de México. Envío del autor, en México. Llega, después de años de olvido, un re rráneos, que supieron catar desde los primeros cuerdo de mocedad: el libro de cuentos de Ma momentos aquella especie de milagro vernácunuel González Zeledón (1864 1936. que lo que les venía a decir cosas vistas y sentidas, popularizó el seudónimo Magón y entregó cosas por ellos respiradas y como enojosas de al folklore de América el secreto del tico tan cercanas, pero cosas, cosiacas y cosillas que de mediados de siglo pasado o mejor del con al perpetuarse en la escritura adquirían senticho. ese campesino con zapatos de carne y do nuevo, iniciaban el campo de las revelacioeterno valor de espíritu.
nes y se tornaban, una vez hechas, en lozanos Entre los cuatro o cinco escritores esencia huertecillos que, antes eriales, suscitaban al les a Costa Rica (hay más, pero ya no lo son ser leídos la envidia de muchos tanto) quizá sea Magón. por las cualidades mirado con desconfianza el ciento por uno y rigores de su obra despreocupada y en de aquellos terrenos en agraz.
mangas de camisa como los anfitriones por Leyendo este libro en donde para mí, las sorpresa aquél que se lleve las mejores pal palabras del genio local adquieren más immas de la bendición popular, por ser más re portancia que los argumentos, y las voces más gional, con todos los defectos y virtudes que prestancia que las figuras, caigo en la cuenta supone el nativismo llevado a extremo. Alla de que el folklore es un laboratorio filológico donde va Magón va el alma de Costa Rica. y no dramático. El folklore, al buscar los todice el señor José Arce, albacea literario nos diferenciales de una nacionalidad, tiene del escritor y fino y elegante crítico de su que apoyarse forzosamente en el habla común, obra. Tiene razón. Fuera de Aquileo Eche tan ligera de academia como de ropas, y al verría, el poeta que sincronizó los latidos más apoyarse en ella, muestra lo inmarcesible de la entrañables del pueblo en una ejecución llena corrupción. Se trata de un pecado virtuoso.
de maravillosas dicharacherías, no hay, en También los regionalismos idiomáticos satuaquella tierra de mi infancia, escritor más cos ran los regionalismos del pensar, y así, al pretarricense, mas familiar, más natío, que Ma guntarnos cómo reacciona el alma de un puenuel González Zeledón.
blo, debemos ir, entre otras fuentes, al paliA lo mago grande, o magón, este hombre que, a su conversación extra libro, porque en rescata los tesoros de la existencia colectiva y estas formas de comunicación corre a borbose lleva al oído mercados y hogares, velorios tones la malicia y se oculta la idiosincrasia.
y jardines, plazas y lugarejos de beber, todo ¡Lástima que tales descubrimientos nos repara escuchar los carnavales y las cuaresmas velen adulteración constante, irreverencia, lien que el idioma se desenvuelve. Ello sucede bertina je, poco respeto a la propiedad de nuesen una geografía que sin tener opulencias ar tra lengua multimillonaria! Estos vicios se prequitectónicas, ni grandes complicaciones histó sentan con más fuerza en aquellos países que ricas, ni nada que no sea una aldea eternamen no tienen dialectos indígenas, y es algo note bañada y puesta a secar al sol, como pie table como fenómeno. Sabido es que Costa dra de río, cultiva dentro de sí, con amoroso Rica, lo mismo que Buenos Aires, no usa el gusto, el caudal de sus emociones particulares tú, sino el vos. Allí se zarandea el lenguaje y un viejo y perspicaz sentido del humor, he que es un gusto. Un os ruego no entréis se oye redado quizá del andaluz y de la bonachone como algo extraño, ajeno al común decir. ría del gallego.
los oídos del pueblo, esa frase es extranjera, Todo lo escuchó y lo observó Magón. no llega a lo hondo y por tanto se queda en verdadero cazador del costumbrismo idiomáti el aire de la simple dicción.
co, en tal forma que a su muerte ya se haEl nativismo, el floklorismo, las artes pobía ganado el cotidiano nacimiento del nom pulares de nuestros pueblos son tanto más esbre, y sobre todo, la simpatía de sus conte timables en cuanto mejor expresen los defectos de expresión y sus peculiares euforias. Cada libro así concebido es un documento inapreciable para la construcción del gran diccionario de americanismos que esperamos vendrá algún día a decirnos las fluctuaciones de la lengua y los misterios en ellas encerrados.
Volviendo a Magón. en él es tan saludable la prosa, que su lectura produce en mi ánimo no sólo una evocación, sino una inmersión, y grande, en el clima de mi enterrada pureza.
Las palabras que hace años y años no escucho en boca viviente ni impresa, están aquí, conmigo. Las saboreo como una golosina y las encuentro tan ricas, tan hermosas, que con sólo pasear los ojos ya recojo diamantes. paro aquí, no vaya a ponerme más sentimental de la cuenta, no sin antes recordar lo que decía, a propósito de estas impresiones, el benemérito y joven portugués Fidelino de Figuereido: Sólo las largas ausencias de la patria nos hacen sentir lo que el idioma significa para nuestra definición moral; al oír, al regreso, la propia lengua, hablada con su peculiar espíritu y las sutilezas de sus inflexiones melódicas, tenemos la sensación del músico, por largo tiempo desterrado de su instrumento familiar, al pianista que vuelve al piano, al violinista que vuelve al violín.
EXPERIENCIA SENEQUISTA (En Etica. Buenos Aires, 26 marzo de 1948. Es posible acercarse al tirano, rodearlo de de sus tratados no deberá sufrir, jamás, ni consejas, poner en su instintiva crueldad una humillación, ni servidumbre. Educación padosis de racional ternura, convocarle todos los ra la libertad? Educación senequista del goberdías posibles y para sus oídos las voces del nante sabio, del buen tirano.
derecho, de la tolerancia, de los nobles bene Al maestro y al niño, al maestro y al mo.
ficios? Lucio Anneo Séneca no se acercó al zo se les vió dialogar en las tardes romanas.
tirano. En verdad, pusieron en sus manos al El cordobés hacía ofrecimiento de razones. Si niño que habrío de gobernar, de hacer justi al maestro le atemorizaba esa naturaleza imcia, de comandar el estado. Para ello, trajeron petuosa, soñadora de mandos, fábrica de fual cordobés del destierro que transcurría, entre turas crueldades, que desde entonces se muesmeditaciones de madura soledad en isla inhos tra en el niño y apunta en el mozo, no reapita, Córcega. Séneca en Roma es el maestro, lizará Séneca otro propósito que apurar conel mentor del riño Domicio, hijo de Agripi sejos y enseñanzas. Huír de la adulación. Dona, destinado a suceder al débil Claudio. Có minar el orgullo.
mo lo sucederá? Es cosa de Lucio Anneo Sé En verdad, el maestro cordobés está solo, neca el preparar, con su sabiduría de varón terriblemente solo, en los días romanos de Agrisabio, al sucesor. Vaya maestro profundo! pina y de ese aprendiz de tirano más que aprenEl niño había escrito el maestro en uno (Concluye en la pág. 354)
Séneca Por Velázquez. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica