DISCURSO DEL LUIS. MORONES BIBLIOTECA y precisamente exigia estos anuncios imponiendo la tarifa que le parecía conveniente a los elementos patronales, a los empresarios de las salas de espectáculos; y mientras por una pante se presentaba, cuando le convenía, como Secretario General de nuestra agrupación, cuando le convenía también iba como negociante. Esta dualidad, esta imposibilidad la señalamos nosotros como causa determinante de la expulsión de Pérez Medina.
Cuando se trató el caso escandaloso del Amacuzac cuando arrancó a la buena fé de los delegados al Consejo Federal el acuerdo que recordarán se presentó, de obligar a nuestras organizaciones a comprar acciones de una compañía de. la cual formaba parte como Consejero, en su Consejo de Administración, produciéndole la venta venta de estas acciones del veinticinco al treinta por ciento, al amparo de su influencia como líder obrero obtuvo este acuerdo, lo denunciamos, y señalamos también que esto era una causa que determinaba nuestra actitud en contra de ese elemento. Después de que por espacio de varios años tratamos de hacer comprender a Pérez Medina que el camino que seguía no era el que debería recorrer si quería seguir disfrutando la confianza de los trabajadores, entonces se nos dijo que era envidia, que era mentira, que Pérez Medina era incapaz de ligarse con grupos políticos, y mucho menos de poner al servicio de esos grupos al contingente obrero para fines electorales; se habló de la pude sus manejos como comerciante haciendo ver que tenía derecho de ganarse la vida como cualquier otro, y al hablar del Amacuzac se tuvo como argumento que se proponía acabar con los monopolios de fuerza en México, y trataba de ayudar a que se desarrollara una Compañía competidora de la actual Compañía de Luz y Fuerza.
Pasó el tiempo, y en el Congreso reciente que recordarán los compañeros, sus mismos compinches, sus mismos asistentes, su Estado Mayor: Araiza, Hurtado y otros de igual calaña, se levantan para acusar a Pérez Medina, a poner el grito en el cielo, como vulgarmente se dice, cuando, sintiéndose burlados por lo que hace a la promesa que arrancaron a Pérez Medina de no reelegirse como Secretario General de la Cámara, protestaban, ponían el grito en el cielo denunciando que Pérez Medina había recibido ochenta y tantos mil pesos del grupo político llamado Lo acusan sus mismos elementos, los que lo defendieron cuando nosotros lo expulsamos; es Hurtado, el que defendía a Pérez Medina en nuestro Consejo en donde se acordó la expulsión, es Hurtado el que se let vanta ahora, junto con Araiza para decirnos está robando.
No se trataba de discutir ideas; no se trataba de discutir procedimientos nuevos, no se trataba de asuntos de interés para los trabajadores, no, eso no importaba; no deseaban que Pérez Medina no se reeligiera porque éste fuera más o menos simpático a la organización obrera; de lo único que se trataba era de que cómo iba a ser posible que Pérez Medina hubiera recibido ochenta y tantos mil pesos y no les hubiera dado la tajada correspondiente. APLAUSOS. No samos nosotros los que acusamos, son ellos los que acusan a (Pérez Medina y forman su mundo aparte, y allí está Hurtado acompañado de Segura, acompañado sobre todo de Araiza, la yunta sublime de la organización obrera, la famosa yunta de Silao y tratan de disputarse la mayoría de contingentes. quién divide a quién. Quién cumple con el programa que en el 86 enunciaran las víctimas, los mártires de esa Jornada. Ellos, o nosotros? al margen de ésto surge la apocalíptica, la transparente figura del Licenciado Lombardo Toledano; el hombre idealista, el prototipo del dinamismo, el hombre que hace la Revolución social por entregas; el hombre que anunciara en el famoso Mitín del Cine Olimpia que la nueva primavera habría de encontrarnos cruzando la artillería gruesa y delgada con el elemento reaccionario, mano a mano. El famoso Capitán Araña que lo llamo yo, que en la Universidad Nacional de México fracasó, que en la Universidad Nacional de México envenenó el espíritu y burló la confianza de la clase estudiantil que en él creyera, que en él viera un maestro; Lombardo Toledano, el apocalíptico Lombardo salido de las filas de la CROM a quien debe desde el aire que respiró en 1920 hasta el último traje que se puso en el 28. APLAUSOS). Lombardo Toledano que recibió sólo cariño, atenciones, gentilezas, solidaridad del elemento trabajador de la CROM a quien se dirigiera durante la Décima Convención de Orizaba contestando una peiterada invitación que le hicieran sus simpatizadores y el Comité nuestro de aquella época, para que fue10 11