DISCURSO DEL LUIS MORONES BIBLIOTECA O. un deber y de un derecho, venimos a coadyuvar en el gran movimiento de identificación espiritual y material que mueve al pueblo trabajador, que mueve a los pueblos de trabajadores que integran el mundo entero. Viene nuestra organización a tratar de interpretar en la hora presente los sentimientos expresados, los ideales enunciados por los compañeros que cayeron en la jornada de Chicago, al margen del momento que զ: vivimos, tomando las experiencias de cuarenta y tantos años de lucha, y procurando con ella servir a la causa de la manumisión proletaria universal, puesto que estamos laborando y procuramos laborar con todo empeño y buena fé por el bienestar y la manumisión del pueblo trabajador, campesino y obrero de la República Mexicana.
Elementos mal aconsejados, ignorantes o perversos, en vísperas de la celebración de esta efeméride, hacían circular por la Capital de la República, al parecer regocijdos, la versión de que nuestro acto conmemorativo sería la expresión última de las manifestaciones públicas que pudiera realizar la Confederación Regional Obrera Mexicana, en la Capital de la República por lo menos; hablaban de que grandes contingentes de trabajadores de los dos sexos pasarían bajo los balcones de la residencia oficial de nuestro Gobierno, exhibiendo la fuerza numérica de los distintos grupos que se consideran enemigos de nuestra organización; trataban de indicar la desesperación, el rencor, el odio o el despecho que habría de caracterizar 13 exposición que hiciéramos desde esta tribuna al mirarnos despreciados, al mirarnos segregados del contingente de esos grupos, al mirarnos privados de la satisfacción de desfilar por las calles de esta metópoli. Qué equivocados, qué ignorantes o qué perversos quieres así trataron de presentar la expresión del sentimiento colectivo que nos anima y nos ha animado en todas las horas de nuestra vida social. Por qué hemos de sentir despecho. Por qué hemos de sentirnos tristes. Por qué hemos de considerarnos malévolos. Por qué hemos, en esta ocasión, de lanzar improperios y hacer que aflore de nuestros labios torrentes de pasiones y de encono, cuando los mismos contingentes a quienes se referían nuestros detractores, los mismos núcleos que hoy desfilan a la sombra de las banderas obreras por el corazón de la metrópoli, los mismos grupos hacinados de mujeres tado y de Araiza, siguiendo el ejemplo de sus jefes, traten de formar otras pequeñas camaritas de trabajo, tar chiquitas que apenas se vean. La CROM, al hacer la glosa de estos acontecimientos, al tratar estas cuestiones, lo hace con el objeto de declarar que nos sentimos optimistas, completamente optimistas; hemos probado a nuestros enemigos, y no nos referimos al grupo de trabajadores que milita en esta o en aquella otra organización, sino a aquellos que han pretendido acaudillar ese movimiento, que los han incubado, que pretenden dirigirio, nosotros tenemos la convicción de que esos grupos de trabajadores desencantados y decepcionados ante el fracaso de sus jefes, aquellos que están muy por debajo de la mente y del sentimiento del más modesto trabajador que aquí representamos, tendrán qué ir de reacción en reacción y vendrán al seno de nuestra querida CROM, tarde o temprano, en la inteligencia de que siempre las puertas de nuestra organización, como las puertas de nuestro corazón, estarán abiertas para esos elementos, y cerradas, definitivamente cerradas para los hombres que se han exhibido como elementos dirigentes de la campaña, de las luchas intergremiales; para ellos estará siempre cerrada nuestra consideración en rusta COrrespondencia a su indignidad.
En estos momentos en que el camarada Secretario General de la CROM, al hablar de los propósitos del señor Presidente de la República en lo que se refiere a la organización de una Convención mixta en donde haya oportunidad de estudiar y resolver, de establecer normas, pautas a las que se ajusten las relaciones entre el elemento patronal y el elemento obrero dentro del concepto que el Estado tenga de esta cuestión, y al margen de la conmemoración que celebramos, precisa establecer, por lo que hace a nuestra organización, la necesidad de orientar no solamente a los elementos trabajadores que integran nuestra organización, sino a a todos los elementos trabajadores y campesinos de la República. Es más bien tratar de formar una opinión pública que se preocupe por estudiar las condiciones que prevalecen en nuestro país en todos sus aspectos al margen de esa proyectada reunión.
El panorama que observamos, por lo que hace al resto del mundo, es poco consoladora; la agitación en las siete octavas partes del Globo es manifiesta; en los países en donde se había conseguido un adelanto estimable y un control eficaz 27 15