Marxism

SELECCIONES LITERARIAS LOS PUÑOS DE LOS ARBOLES Poy Solón de Mel. Los Arboles: patriarcas agraristas barbidos y nervudos, con los puños en alto; con los puños cerrados de ira, apretados de fuerza, reverdecidos de espe(ranza, riden justicia para el campesino!
Los he visto llorar muchas veces ante la miseria de los desposeídos.
Por las arrugas cor que los años han pirograbado :su gruesa piel velluda, he mirado escurrir el dolor: mudo, piadosamente difano.
de sus lágrimas de resina.
Pero ocultan el llanto sabiamente. y se yerguen con rudos ademanes impetrando el ausilio de los dioses, para reivindic a los caídos.
Cuando el viento alborota su melena marxista, la revolucionaria agitación de sus firmes ideas socialistas, deja esparcir ionumerables hojas subversivas.
Por eso, condenados al martirio, los talan y mutilan; masla tierra nos larga su protesta por las bocas de todas sus heridas! pensar que los músculos intrépidos de sus troncos van a formar alcobas palaciegas para la molicie de los poderosos, mesas sillas para los tronos nos encontramos en la víspera de la liberación proletaria; la tierra de Morelos fué el almácigo prolífico del gérmen de Zapata. la tierra para todos y sus frutcs solamente de los que trabajan.
En Ayala marcó in cometa nuevo la nueva Navidad del Campesino.
Entonces ſué la fiesta, la fiesta roja en que los árboles cubriendo con sus frondas Jos vivas zapatistas, levantarón sus brazos musculosos para enseñarnos, trémulos como fritos podridos las cabezas de los expoliadores. ya cuando la tierra sea de todos y el indio no padezca sed y hambre no sólo de justicia. y el ejido lo haga señor y dueño de sus lares, con qué placer los árboles apóstoles darán toda su carne de gigantes, para formar ya no cetrog ni tronos, ni arcas de caudales, ni carrozas, ni mesas de festines, ni culatas de máuseres; sino cabos de hoces y martillos que por siempre se enlacen; libreros, pizarrones y juguetes, y sólidos menajes para las casas de los trabajadores, residencias alegres, confortables, que suplan con su limpia sencillez palacios y jacales!
Arboles socialistas! Para entonces con qué placer también darán la carne de sus brazos velludos y atezados.
para brindar calor a los vencidos del trabajo constante; a los niños de esas generaciones agrupadas tan sólo en una clase: la de productores. Con qué jubilo crepitarán sus carnes al fuego del hogar. con qué triunfo levanlarán sus puños venerables antes de consumirse en la ceniza para hacer treniolar, potente y ágil. el lábaro de fuego que Zapata legara al indio para liberarse.
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