Amauta 59 Los anti imperialistas de la hora americana se pierden en una confusión terrible, cuando pretenden desarrollar, o mejor dicho, disfrazar de teoría su oportunismo anti imperialista. Nos muestran sus pasaportes pequeño burgueses, al obstinarse en negar el carácter internacional de la economía capitalita. Esta obstinación no es sino ignorancia de la economía. 52. La ligazón económica actual encierra en un solo círculo de hierro todas las economías nacionales, que no pueden desligarse de esta subordinación. Países industriales y países agrícolas.
Capitalismo imperialista y economías retrasadas, coloniales y semi coloniales. Tal es la realidad. La dirección de esta delicada maquinaria es asumida por grandes capitanes de industria, que controlan los trusts, dirigen el desarrollo de la producción monopolizada.
Quieran o no, las naciones necesitan del capital acumulado en los bancos. Las economías retrasadas no pueden ya, como en los comienzos de la era burguesa, desarrollarse nacional e independientemente de colaboración extranjera. Esto es lo importante. Por muy buenos deseos que animen a la clase media y burguesa en formación dentro de los países coloniales y semi coloniales, para sacudirse de esta presión de los banqueros extranjeros, no podrán romper el anillo de hierro de que hemos hablado, ni adquirir una preponderancia tal como la de los grandes financistas de las metrópolis. Tarde o temprano doblan la cabeza en presencia del prestamista yankee o inglés. Pactan con él. Se resignan a ser intermediarios en la explotación de las masas proletarias y y campesinas de sus respectivos países. este precio alcanzarán una relativa prosperidad económica.
Los movimientos anti imperialistas dirigidos por las burguesías locales, terminan siempre con el reconocimiento de la tutela exterior, bien ante el argumento persuasivo de la participación en los beneficios, o con el imperativo de las armas. La lucha contra el imperialismo queda subordinada a la gran lucha de clases entre el proletariado y la burguesía. Es decir, la guerra entre opresores y oprimidos. medida que un revolucionario marxista estudia el capitalismo como hace un químico con la naturaleza, llega a la conclusión de que no es posible destruir el admirable adelanto, de los medios de producción, sino de ponerlos al servicio de todos. El socialismo lucha por apoderarse de la técnica del capitalismo, pero son capitalistas. Observa que la madurez del proletariado se manifiesta cada vez más acentuada, mientras el régimen social capitalista está dando muestras de descomposición. Es indispensable acelerar esta putrefacción, impidindo con energía que ella dañe los resultados obtenidos a través de largos años de explotación y servidumbre, que dan derecho a la gran masa productora a asumir el gobierno económico y político de la sociedad humana, cuya prosperidad ha sido lograda por varias generaciones de asalariados. El anti imperialismo de la Nueva Generación representa un intento de hacer retroceder la historia, en el sentido de garantizar el desenvolvimiento, independiente de las economías nacionales retrasadas, reservando a las burguesías y pequeñas burguesías nativas el privilegio de explotar a los obreros y a los campesinos. Esto, y no otro, significa (52. Es lógico que cuando se desconoce el desenvolvimiento de las fuerzas económicas del mundo, las conclusiones políticas a que se lleguen son falsas.