54 Amauta defender el nuevo estado de cosas. Esta forma de solucionar el conflicto religioso, será la misma en los demás países de América en que vuelva a ser planteado el problema por la clase media revoluciona rią.
En cambio, como nos prueba el experimento ruso y en este caso, la Nueva Generación se tapa los oídos la lucha del proletariado revolucionario contra la burguesía y el clero, termina fatalmente para el capital y el cura. Es que el Partido Comunista no transige jamás con sus enemigos de clase. Lleva su guerra clasista tenazmente hasta aplas.
tar. y desaparecer a sus enemigos. Esto lo saben bien frailes, y burgueses. Saben que cuando el obrero y el campesino, junto con el soldado, empuñan el rifle dirigidos por su propio partido, su última hora ha sonado. No se trata de buscar un nuevo equilibrio.
Para el proletariado, la lucha religiosa ocupa el mismo plano que la lucha contra la burguesía. Al barrer a ésta, barrerá también a todos sus instrumentos de odiosa explotación (45. Hemos denunciado por qué la Reforma quiere atraer al proletariado a las Universidades Populares. Su lucha para apartarle del pensamiento político. Su empeño en suavizar el combate entre patronos y, obreros. Al mover esta algazara contra el clero, la Reforma, siguiendo el ejemplo de la burguesía liberal europea, aparta a los obreros y campesinos del terreno de la lucha de clases. Toda revolución pone en movimiento las diferentes clases de la sociedad. La Unión Cívica Ra.
dical no desconoce este hecho. En el transcurso de su campaña con el viejo régimen. no pierde de vista, en ningún momento, al obrero y al campesino. Vigila atentamente para que no pase de la lucha por los intereses de la pequeña burguesía, a la lucha franca y leal por sus propios intereses. qué mejor forma para apartarse de este peligro, que entretener el descontento de la masa oprimida abriendo un nutrido fuego contra la Iglesia, que aún no se convierte en aliado de con fianza!
Con tal maniobra se consigue, 19 canalizar en un sentido determinado, que aleja todo peligro inmediato, el odio y el descontento del proletariado, que ve como la lucha resuelve únicamente intereses extraños, y inclina a la Iglesia en favor del programa de la Unión Cívica Radical. Esto es lo que Lenin calitica de anticlericalismo burgués, como medio de distraer a los obreros del socialismo (46. El (45) Bismarck (al perseguir policialmente a los católicos) no hizo así otra cosa que reforzar el clericalismo militante de los católicos y perjudicar a la causa de la verdadera cultura. pues, puso en el primer plano las divisiones religiosas en lugar de las divisiones políticas, distrajo la atención de ciertos elementos obreros y demócratas de la lucha de clases y de la revolución para concentrarla en el anticlericalismo más superficial y más mentirosamente burgués. Engels invitaba al partido obrero a trabajar pacientemente por organizar y educar al proletariado como medio de provocar la muerte lenta de la religión más bien que lanzarse a la aventura de una guerra política antirreligiosa. Lenin, ob.
eit. pág. 257. 46) El marxista debe ser materialista, es decir, enemigo de la religión, pero materialista dialéctico; no plantea la campaña antirreligiosa en abstracto, en el terreno de la teoría pura e invariable, sino concretamente, en el terreno de la guerra de clases, que es una realidad y que, más y mejor que todo, educa a las masas. Lenin, ob. cit. pág. 262.