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Amauta 53 po clerical. Se lès aparece agrandado como un fantasma. Era el más tenaz, nos dicen. El que con más saña se oponía a la libertad y al progreso que nosotros traemos a la vida social. Esta forma de enfocar la cuestión religiosa nos está demostrando que la nueva Generación tiene que abandonar la Universidad y volver a las escuelas elementales. Plantear la lucha religiosa en términos tan vagos, tan inconsistentes, es tomar el rábano por las hojas. Es no ir seriamente al fondo de las cosas, con un análisis sério, con una penetración inteligente. La Nueva Generación, aunque quisiera. no puede hacerlo.
La lucha contra el clericalismo se lleva a cabo con toda la energía de que es capaz la juventud de la Reforma, en el terreno de las proclamas y de los ditiranibos. La condenación del obscurantismo religioso que ahogaba la libertad de conciencia de la cátedra, se repitió ampliando su eco contra el mismo que asfixia desde el púlpito y dede el seno de la clase avistocrática (43. Naturalmente, estas juveniles acometidas no obtienen el resultado que esperan los padres de la Reforma. La Iglesia continúa firme, en pleno goce de sus rentas y gollorías. Los gritos de mosquitos destemplados que hasta ella llegan, no interrumpen su beatifica ociosidad parasitaria.
La Reforma aparece influenciada, en este aspecto, por el pensamiento liberal de la Francia burguesa, de la Francia mentora de los hombres de Mayo. La Nueva Generación tiene que dar la nota anticlerical y racionalista. No desaprobamos su lucha contra el clero y la Ig esia, como no desaprobamos la lucha de la Unión Cívica Radical contra el viejo régimen. Lo que no permitimos es el engaño al proletariado argentino y al de América, haciéndole creer que esta lucha es su verdadera lucha (44. Nó. Eso, nó. El proletariado debe saber cuáles son los intereses que se mueven. Cómo ninguno de ellos es su particular interés de clase oprimida.
La lucha religiosa en México para hablar de un hecho americano ya que sólo así parece dispuesta a escucharnos la Nueva Generación. nos está enseñando cómo se desenvuelve esta lucha entre la pequeña burguesía revolucionaria y la Iglesia ligada a los intereses del lati.
fundismo. El anticlericalismo de la burguesía media, no es sino una manifestación de fuerzas que buscan su equilibrio. La pequeñaburguesía guerrea contra la Iglesia y contra el imperialismo, como veremos más adelante. El fin de esta guerra no es la destrucción de la Iglesia, instrumento de la reacción burguesa, destinado a embrutecer a la clase obrera y a perpetuar su explotación como dice Lenín, sino obligar al clero a abandonar el viejo régimen y pasarse al campo de la clase media. La revolución mejicana lucha contra la Iglesia en la forma sangrienta e implacable que hemos presenciado y contra el imperialismo yankee. Esta lucha no termina con la desaparición de la Iglesia. Se llega al buscado equilibrio. Cuando los intereses de ambos bandos son los mismos, viene la entente. completamente independiente y en contra de los campesinos y obreros mejicanos, a quienes se persigue y masacra luego.
La Iglesia, a fin de conservar sus privilegios, se compromete a (43) Julio Gonzales, ob. cit. pág. 61. 44. La lucha anti religiosa no puede limitarse a prédicas abstractas, debe establecerse una conexión ntre ella y práctica concreta del movimiento de clase, el cual tiende a suprimir las raíces sociales de la religión. Lenin, Páginas Escogidas, Tomo II, pág. 259, Ediciones Europa América, París.