66 Amauta Por el alma de América. borrada y analfabeta. otro hombre nos ha dado el Perú Un hombre se llamaba González Prada El otro hombre eres tú.
nuestro caso.
Ambos cumplieron con infundir ánimo inquieto a su tiempo estático; o este tiempo sintió por obra de ellos la gravidez del vientre fecundo: Uno dentro del liberalismo, cuya extrema izquierda es el radicalisino: el otro dentro del socialismo, cuya extrema izquierda es el comunismo. Es decir, en la obra de ambos, estilistas definitivos: lírica en uno, analítica en el otro, se contienen los extremos de nuestra expresión, de nuestra realidad. Además, si, como resulta, Mariátegui pertenece a la familia intelectual de Prada, en él se completa el revolucionario que había chafado en el maestro.
Podrá superarse su obra de escritor en integridad panorámica; repetirse la manida objeción de su falta de conocimiento visual de los problemas peruanos, particularmente de los que afectan a la tierra en los Andes. Habrá quienes señalen lagunas en su interpretación; no se le podrá negar vivacidad, limpieza, intuición para enfocar y resolver Resulta un nomenclator certero, agudo, creador. Su pluma comunica una vitalidad llena de admirable salud. No hay parecido entre nosotros a su estilo, a veces saturado de un ambiente de marea plena, constantemente risueño, de una saltarina agilidad de ola y de atleta. No revela ningún propósito didáctico; pero es profundo e inquisitivo; tampoco sugiere la abotargada prosopopeya de los adobadores de incunables. Sus libros, estéticamente, parecen el fruto de un hallazgo en la soltura desprevenida de la charla militante y fervorosa. Sin embargo, entre nosotros se han escrito pocos libros con más audacia. polémica que Siete Ensayos. menos aún tan universalmente literarios.
Por lo demás, la historia del libro entre nosotros es singular; junto al extenso desarrollo de Vigil, y a su erudición más abundante que profunda, tenemos el libro cincelado, fragmentario de Prada, o el agua chirle de cualquier ergotizante. la edad bibliográfica de Ensayos pertenecen los libros más serios y fundamentales de nuestra literatura.
De la inquietud que revelan: Iniciación de la República de Basadre; Cuestiones agrarias. de Abelardo Solís; Monografía de Puno. de Romero; Historia de la Literatura del Perú. de Alberto Sánchez, puede decirse que es la de mayor sentido constructivo y definitorio suscitada por generación alguna, sobre todo si se considera que nuestras revoluciones Emancipación y República son primordialmente episodios sin génesis ideológica nativa. si este conjunto de germinatica exultación puede ser clasificado como síntoma o período en la historia de las letras peruanas, se comprenderá cuánta razón tiene Sánchez cuando reclama para la generación actual la compañía de Mariátegui, contrariamente a More que lo ubica en la generación infortunada. o la generación colónida. Esa generación era de estetas; esta es generación de agonistas, se abre casualmente con hombres de la edad del maestro caído. Mariátegui, a la bella libélula apodan aquí chupajeringa. le decía ciertamente consternado por la plebeya ofensa el dandy y gran poeta que fué Abraham Valdelomar, al joven y laborioso Mariátegui. el corifeo adolescente instábale a escribir el alegato en favor de la homildosa charmasua. Dentro de este refinamiento declamatorio, ninguna voz talvez sólo una acusa no ya sentimiento mulsea