72 Amauta llones de obreros que trabajan en las fábricas y talleres aun saben que la misma suerte los alcanzará inevitablemente tarde o temprano. No creen más en los cuentos social fascistas diciendo que la democracia económica y la paz industrial son las verdaderas vías del mejoramiento de la situación de la clase obrera y del pasaje al socialismo.
Conforme más se comprueba la falsedad de tal criterio y la realidad económica viene desmintiendo todos los conceptos que sobre estabilidad capitalista pregonan los apologistas del viejo orden burgués, más la revolucionarización de los desocupados se intensific toma impulsos sindicales vigorosos y se compactiza en núcleos organizados que tienen uma fe, una orientación, un espíritu de clase.
Las intentonas laboristas de Mac Donald y Cook para atenuar los efectos de los sin trabajo, así como los esfuerzos de Müller y de Baüer en idéntico sentido resultan estériles frente a su crecimiento aplastante y a su agudización manifiesta. La desocupación deviene cada vez más en foco, en centro básico, en punto de partida de intensas campañas revolucionarias. Los despidos consecutivos que se hacen, la reducción del trabajo y los grandes lock outs que la clase capitalista de todos los estados burgueses emplea y hace uso contra el proletariado, lejos de debilitar la izquierdización de las masas de desocupados y de atajar su marcha abierta a la revolución lo que hace es apurar más esa marcha, precipitar esa izquierdización trayendo consigo, al mismo tiempo, más tensión en la crisis del capitalismo, impulsando su desbarramiento, su descomposición.
El proceso revolucionario de los desocupados, para que sea más enérgico y más efectivo, para que se solidifique y se extructure en debida forma, depende de la dirección que se le imprima, de la orientación ideológica que se le dé. esta orientación no puede ser otra que la revoluciona: ia. Ni la social democracia alemana ni el movimiento minorista inglés, ni el reformismo acomodaticio de Vandervelde y su patrulla pueden conducir a los sin trabajo hacia objetivos precisos de reivindicación, hacia fines revolucionarios categóricos. Por el contrario, toda la influencia que estos sectores logren adquirir en el seno de los desocupados, equivale a un comp omiso con la misma burguesía que los explota, a un atajo en su movimiento, a una paralización de sus energias combativas, a una sumisión de las más deshonestas ante el régimen capitalista que los ha arrojado a la calle. Concluirá) KALTOFEN. EL TEATRO POLITICO EN ALEMANIA.
UE es el teatro? Es un arte, se dice. Mas. qué es el arte. El arte es algo absoluto? No; el arte es un arma. Siempre y en todas sus variedades. El arte es un arma. De este conocimiento nació el arte nuevo y expresamente político del proletariado, y su teatro expresamente político presamente: en contraposición al campo burgués, donde no saben que el arte sea político, o po lo menos se discuta este rol.